domingo, 30 de diciembre de 2018

La ínsula de Barataria y los hijos de puta

Don Quijote no se burla de Sancho Panza cuando le promete la ínsula de Barataria, tampoco lo hace Cervantes, los únicos miserables son el conde y la condesa, urdidores del engaño al que someterán al bueno de Sancho.

En el esperpento del "procés", el diálogo entre el mosso d'escuadra (policia) y el agente rural es antológico:

- ¿Tú no eres funcionario como yo? Pues no defiendas a estos hijos de puta.
- Yo defiendo la República.
- Qué república ni qué cojones... La República no existe, idiota.

Todos somos idiotas en esta historia, todos somos Sanchos, todos somos Don Quijotes. Todos tenemos ideales, y todos intentamos ser razonables.

Pero los verdaderos hijos de puta no aparecen, son los que quedan entre bastidores, como las ladillas entre los pliegues de las sábanas de un burdel. Son los que se ríen de todos nosotros, los que mueven los hilos, los que saben que todo es mentira, los que enfrentan a policías y ciudadanos en su juego miserable del poder. Los "de arriba", los que siempre han estadoy estarán, pase lo que pase, arriba. Ellos, no Don Quijote, ni Cervantes, son los que se inventan Baratarias y Repúblicas.

En el sistema educativo pasa lo mismo. Nosotros, los Sancho Panza de la educación tradicional nos reímos de los Quijotes de la "nueva educación" y sus disparates, y ellos se ríen de nosotros, porque nosotros somos Quijotes para ellos, anticuados, esclavos de caducos idealismos.

Y mientras tanto, los condes y las condesas del sistema educativo se ríen de todos nosotros, bien posicionados en el poder, en sus cargos medios, los "gestores del cambio", los líderes educativos, los gurús de la pedagogía, desmantelando el sistema educativo desde dentro, moviendo los hilos para enfrentarnos los unos con los otros, los muy hijos de puta.



Feliz Navidad a todos.

lunes, 3 de diciembre de 2018

La Vanguardia, 3 de diciembre de 1918


Retroceder cien años asusta. Asusta ver con qué exactitud repetimos la misma problemática, pero  asusta aún más saber que el auge del nacionalismo catalán no precedió ningún proceso de "autodeterminación de los pueblos", ni ninguna "liberación", no, fue el preámbulo del fascismo, en España y en toda Europa.

La Vanguardia, 3 de diciembre de 1918, página 8

Se impondrá la templanza

Faltaríamos a nuestro deber si, con motivo de la petición de autonomía para Cataluña no dirigiésemos un llamamiento al patriotismo, a la templanza, a la cordialidad de todos los españoles y de todos los catalanes.  Se trata de evitar, aquí y en el resto de España, en Barcelona y en la capital de la monarquía todo desbordamiento de las malas pasiones, y de dar al asunto la tramitación única que puede temer: la del mutuo respecto y la mutua transigencia. Fuera de eso no puede haber solución, sino estéril y dañosa sacudida que, en último término, no había de aprovechar a España ni a la causa del autonomismo. Los beneficiados serían, a la postre, los naturales enemigos de una y otra: los enemigos de la paz pública y de toda evolución normal y ordenada.

Por lo mismo que este periódico vive fuera de las luchas de los partidos organizados y se limita a una función moderadora y de concordia, cree tener derecho a esa apelación en nombre de los millares de lectores que comparten su actitud, no neutra ni pasiva, sino esencialmente patriótica, esencialmente atenta al bien común y al progreso conjunto de Cataluña y de España cuya suerte considera y ha considerado siempre como inseparable e indestructiblemente solitaria, por razones de utilidad que nadie puede desconocer y, sobre todo, por razones fundamentales de sentimiento, de convivencia histórica, de geografía, de política internacional. En una palabra: porque la inmensa mayoría de los catalanes, sintiendo profundamente su propia personalidad, se sienten a la vez profundamente españoles, a pesar de todas sus querellas y discrepancias con el Estado oficial, esto es, con las oligarquías políticas que tan a menudo se le superponen y lo desfiguran.

 De aquí toda nuestra repulsión para cualquier estridencia de palabra y de concepto que implique la solución del problema de Cataluña- fuera de la confraternidad española ó que signifique agravio para el resto de España. De aquí igualmente nuestra repulsión por el fanatismo contrario de los que injurian a Cataluña, para contestar a los ultrajes de unos pocos. Nosotros esperamos fundadamente que no prosperarán esta vez semejantes manejos. La discusión del asunto en el Parlamento será conducida con elevación,  nobleza y espíritu de armonía.

Nos induce a pensar de este modo, en cuanto afecta a los catalanes, no solo la salvedad contenida en el documento presentado al Gobierno, según la cual se trata de un resumen de aspiraciones y no de un proyecto cerrado, sino también el estado general de la opinión de Cataluña y las reiteradas declaraciones del señor Cambó v sus compañeros que lo aprecian de la misma manera. El señor Cambó ha repetido constantemente que en cuanto a la extensión» de las concesiones autonómicas que el Estado hiciese a Cataluña habría la mayor transigencia posible, mientras que hacía hincapié en cuanto ii la «intensidad», la cual deseaban completa para aquello que so les delegase, de suerte que son preferibles dos puntos del programa con plena intensidad, a ocho con atribuciones mermadas.

Ahora bien: dentro de este sentido, ¿no será posible llegar a la natural transacción, obteniendo las concesiones sustanciales y renunciando a otras de puro integrismo teórico quien sean acaso las más difíciles de conceder dentro de la actual estructura del Estado y dentro de la confusión de grupos de las actuales Cortes? ¿No será posible obtener, pongamos por caso, el régimen de obras públicas regionales, el de la cultura, la plenitud del derecho civil y la potestad de su transformación, una hacienda propia con lo que subvenir a todo ello, dejando aparte la aspiración a unas Cortes propiamente dichas acerca de la cual no existe consistencia de pareceres, al menos tan manifiesta como pana los eternas puntos, y aún hay muchos regionalistas y no regionalistas que la repugnan, bien por razón de oportunidad, bien por discrepancia de principios?

Sea como fuera, nosotros persistimos en mantener que se impondrá a todos el buen sentido, el sentimiento de la responsabilidad por el amor verdadero a Cataluña y España, para confusión de los separatistas y de los separadores: de los que sueñan en la demencia de la secesión y de los que del otro lado, hacen lo posible para provocarla. El tiempo no ha pasado en balde y unos y otros se encontrarán sin ambiente propicio tanto en Madrid como en Barcelona.  

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Departament d'Ensonyació

Me dicen que la Generalitat quiere volver a cambiar el nombre del "Departament d'Ensenyament" por "Departament d'Educació". Una vez más. Es ya una tradición que el gobierno entrante cambie el nombre del departament, en un bucle eterno: de Ensenyament a Educació, de Educació a Ensenyament, de Ensenyament a Educació, de Educació a Ensenyament...

¿Enseñamos o educamos?
¿Ensenyament o educació?

Yo propongo la superación del dilema mediante la fusión poética de los dos nombres, la comunión mística de los dos conceptos:

Ensenyament + Educació = Ensonyació



Oh, sí, un nombre poético, musical, con un toque mágico a lo "Harry Potter", es el mejor nombre para la nueva política educativa. ¡Ojo! que lo dice muy clarito el diccionario médico:

Ensoñación
f. Estado de conciencia, más o menos desconectado de la realidad, en el que el sujeto se deja llevar por una sucesión casi siempre incoherente de imágenes y pensamientos dependientes de motivaciones afectivas (deseos, temores, emociones, etc.), más que del pensamiento lógico. Es un fenómeno habitual en la pubertad, donde tiene el sentido de anticipación de la realidad futura, pero puede convertirse en un síntoma de huida de la realidad.


Pues eso, la política educativa actual y futura. Ya lo decía el poeta, que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son...

domingo, 11 de noviembre de 2018

Modelo Montessori: Una educación teta para una Cataluña teta

La verdad a veces es dolorosa, a veces es dura, a veces escuece. Pero hay que ir siempre con la verdad por delante. Con la mentira no se va a ningún lado, tiene las piernas muy cortas, es la mala hierba que hay que arrancar, y que nunca muere.

Arranquemos la mentira de la "innovación pedagógica" del paisaje de símbolos catalán y aparecerán ante nosotros las verdades. Este es el principio fundamental de la "antididáctica".

Una de las verdades es cultural: la lengua catalana, y merece todo mi aprecio y respeto. Y por qué no decirlo, una cierta envidia. Los castellano parlantes catalanes jamás tuvimos el más mínimo respaldo institucional por parte del Estado español, esa es la cruda realidad. Es más, los sucesivos gobiernos españoles no dudaron nunca en vender barata, en regalar  la carne charnega castellanoparlante al nacionalismo catalán a cambio de cuatro escaños miserables para completar mayorías absolutas en Madrid. Recordaremos siempre aquella noche electoral en Génova, cuando la muchedumbre pasaba de cantar "Pujol, enano, habla castellano" a "Pujol, guaperas, habla como quieras". El catalanismo político jamás "negociaría" a costa de la lengua catalana. Eso le honra.

La otra gran verdad es política: el nacionalismo, y merece todo mi desprecio. El nacionalismo es la antesala del fascismo. En 1918, con el final de la Gran Guerra, empiezan a surgir el movimiento fascista en Europa, siempre de la mano del nacionalismo, y cien años después, el fantasma del fascismo está más presente que nunca. En Catalunya, en Europa y en todo el mundo. Ayer mismo, en Barcelona, los CDR decidieron que la policía y la Guardia Civil no tiene derecho a manifestarse en Barcelona. Por las buenas o por las malas. Eso es fascismo.

Todo esto se resume en la sencilla plantilla de la Antididáctica:
Mentiras:
     - Pedagogía, innovación pegagógica.
Verdades:
     - Lengua catalana (cultural, admirable, respetable)
     - Nacionalismo (político, despreciable).

Hasta aquí la teoría. Pero apliquemos el principio "antididáctico" a un ejemplo concreto: Las escuelas Montessori.

Leemos en un libro de texto de segundo de bachillerato (Editorial Vicens Vives):


"...Paralelamente, se impulsó [a principios del siglo XX, por parte de la Mancomunitat de Catalunya] una renovación pedagógica, que introdujo en Catalunya los métodos de Maria Montessori..."

Y sabe a poco, a nada. A mentirusco gordo mal atado.

Sin embargo, en la prensa catalana de 1918 esa mentira no aparece. La realidad es otra, mucho más brillante:


"...En catalán se imparte la enseñanza en las dos escuelas municipales 'Montessori', debido a las orientaciones nacionalistas..."
(La Veu de Catalunya, 18-10-1918, página 10)


"La acción directa del Ayuntamiento solo está en las escuelas d'Orbs y especiales, en las Montessori y en las de Artes y Oficios.[...]. En catalán ya se imparte la enseñanza en las escuelas de Artes y Oficios, en las Montessori y en las de Bosc".
(La Veu de Catalunya, 19-10-1918, página 10)

Una vez que hemos arrancado la mentira de la "innovación pedagógica", aparece ante nosotros la verdad: A principios del siglo XX, en Barcelona, las dos escuelas Montessori eran prácticamente las únicas en las que se usaba el catalán. Y esto era posible porque no dependían del Ministerio de Instrucción Pública español, sino directamente del Ayuntamiento de Barcelona.

Y el Ayuntamiento de Barcelona, en aquel momento, estaba ya dominado por el nacionalismo catalán. El nacionalismo catalán, a través del Ayuntamiento de Barcelona, tenía, por fin, capacidad económica.

Celestina Vigneaux i Cibils fue la pedagoga que introdujo el método Montessori en Catalunya. En 1915 convirtió su escuela de párvulos de la calle Llúria 112 en la primera Escuela de Párvulos Montessori de Barcelona.

Celestina Vigneaux estaba casada con Pere Coromines i Montanya, el insigne político catalanista, uno de los padres fundadores de Esquerra Republicana de Catalunya y del Institut d'Estudis Catalans.


Encontramos en 1908 a Pere Coromines como funcionario del Ayuntamiento de Barcelona, participando activamente en la redacción de un presupuesto extraordinario para la creación de escuelas donde se impartiera la enseñanza en catalán.

Celestina Vigneaux y Pere Coromines tuvieron ocho hijos, entre los cuales destacan Joan Coromines, el insigne filólogo, uno de los padres de la modernización de la lengua catalana después de Pompeu Fabra, el matemático Ernest Coromines, y Júlia Coromines, psicoanalista, una de las primeras en aplicar las teorías de Freud en Catalunya.

¿Impresionante, verdad? Admirable. Alrededor de la mesa comedor de la familia Coromines se sienta lo mejor de la intelectualidad catalana. A veces la verdad es hermosa.

Me pregunto si Júlia Coromines, la hija psicoanalítica, se dedicó en algún momento a interpretar el nacionalismo catalán con la teoría freudiana.

No es descabellado. Por un lado, Catalunya, la mujer, la madre, la gran teta, fuente de todos los placeres imaginables, y por otro, España, el padre, el represor, la norma, aquello que te quita la teta... Y el ciudadano catalán ante el complejo de Edipo: El deseo de matar al padre para así poseer la madre, para quedarse con la teta Catalunya.

Pero... ¿Acaso el método Montessori no es una educación teta? Educación infantil e infantilizadora, esa educación de niños retozando sobre mullidos cojines, como el bebé reposa en la teta materna, sin obligaciones, sin normas, sin esfuerzo, sin la figura del padre represor.


La negación directa del modelo educativo español, memorizador, dictatorial, la lista de los Reyes Godos...

domingo, 28 de octubre de 2018

Fascismo: Una advertencia


Impresionante la fotografía que publicó ayer La Vanguardia por el aniversario del 3-O. En el centro de la fotografía hay un hueco, entre Junqueras y Puigdemon, parece que ninguno de los dos quisiera ocupar el lugar protagonista de semejante acto, y precisamente gracias al hueco que dejan aparece una Ana Gabriel convertida en protagonista involuntaria para la Historia, como en aquellas fotos de boda en que aparece la niña jugando entre las faldas de la mesa, con la cara llega de pastel.



Ahora nos reímos (es un decir), pero aquel día pasé miedo. Aquel día pasamos miedo. Si con dos millones de votos se atrevieron a declarar la independencia de Catalunya, de qué serían capaces con medio millón más. De qué serán capaces cuando tengan legitimidad democrática...

Estoy dedicando este finde a la lectura del libro "Fascismo, una advertencia", de Madeleine Albright, la que fue secretario de Estado americana entre 1997 y 2001. Un repaso a la historia de Occidente a lo largo de todo el siglo XX, desde la Italia de Mussolini, pasando por la Alemania de Hitler, la España de Franco, hasta nuestros días, en los que la amenaza del fascismo sigue tan viva como el primer día.

Porque, argumenta la autora, el fascismo no es un momento de la historia, sino una peligrosa tendencia en la que podemos quedar atrapados en cualquier momento, cuando el poder deja de ser un medio para convertirse en un fin en sí mismo.

"El fascismo se propagó porque muchas personas, en Europa y en cualquier lugar del mundo, lo vieron como una tendencia poderosa que estaba cambiando la historia, que era exclusivamente obra suya y que no podría ser detenida" (página 85)

Un libro muy recomendable. Sale todo el mundo. No hay nación que en algún momento de su historia no haya caído en la tentación fascista. De la Italia en los años veinte del siglo pasado, luego Alemania, luego España por supuesto, pero también Francia, Portugal, Grecia, la Rusia de Putin, la Turquía de Erdogan, la Argentina de Perón o los propios Estados Unidos con McCarthy. No se salva nadie... Bueno, nadie no, no aparece Catalunya. Ni una sola referencia al catalanismo, o al nacionalismo catalán. Aparece Barcelona sometida a los bombardeos italianos en la Guerra Civil, pero de Cataluña ni una palabra.

Y es uno puede pensar que Cataluña es el único lugar del mundo que jamás ha tenido tentación fascista. Será otro fet diferencial català. Será. O tal vez el catalanismo tenga una deuda pendiente con la Historia... Pero ¡ay! ciertas enfermedades hay que pasarlas de joven, como las venéreas, que en pleno siglo XXI ya no se entiende ir a hacerse un lavado de bajos en una clínica urinaria del barrio chino...

Esta semana leí un artículo de opinión en La Veu de Catalunya, el periódico oficial del nacionalismo catalán, 19 de octubre de 1918, hace ahora justo cien años. La traducción es mía, sin pretensiones, y pongo entre comillas algunas palabras que dejo sin traducir.

Al Día

¿Hacia el abismo?

La espectación que hay alrededor del mundo para conocer lo que Alemania responderá al presidente Wilson, de lo que depende la vida de algunos centenares de miles de hombres, la ruina de muchos pueblos, la existencia de docenas de barcos –que tanta falta hacen- y la tranquilidad de los Estados neutrales; la preocupación que todo el mundo siente por esta epidemia sutil que ha conquistado el mundo, haciendo de cada casa un hospital y de los caminos de los cementerios vías pobladas; la crisis industrial que la epidemia trae a las grandes ciudades como Barcelona, reduciendo las compras en la época, precisamente, en que se tienen que llenar las cajas de las tiendas, tiene alejada de la política española, en crisis profunda en el preciso mommento que la política exterior, la política mundial, va derecha a definitivas organizaciones de las relaciones internacionales, de los Estados, de la economía mundial.
Afortunadamente, la epidemia parece que va a la baja: Como el mar, las epidemias se arrastran en cuento han hecho el mal; la crisis industrial pasará; y el gran problema de la paz , no tiene que hacernos perder de vista nuestro problema: Tiene que interesarnos, como hombres, en sentido humanitario; en el que pueda afectar el pensamiento de cada uno en la gran división del mundo entre los intereses y los criterios de los beligerantes – pero no haciéndonos más germanófilos que los alemanes, no más aliadófilos que los franceses e ingleses- pero sobretodo, con lo que respecta al problema nacionalista de Catalunya y con el problema general económico del Estado español, dentro del que vivimos en en el que somos el primer factor de producción y consumo.
El martes que viene se abrirán las Cortes: Las izquierdas promoverán, al volver, algunos  de aquellos debates ridículos a los que nos tienen acostumbrados; la derrota de Alemania los hará más feroces en el juicio de los conflictos de los 'torpedinaments': alguno añorará de no estar en los vencedores, rehaciéndose del susto de cuando los alemanes, hace tres meses, alargaban la mano para tomar París; alguno maldecirá la salvadora neutralidad de España; se aprobarán dos o tres proyectos de ley; el señor Alba, cegado por el rencor y la impotencia, abrirá la puerta al escándalo; los agricultores –los que dicen representarlos y representan solo, muchas veces, a los acaparadores y a los judíos que los explotan política y económicamente- alzarán campaña contra Ventosa; se aprobarán los presupuestos y el gobierno dimitirá. Pero es posible que los cabeza de partido que lo forman vayan al Rey y le digan: Señor, hemos cumplido el deber sagrado que contrajimos con V.M. y con el país, la noche del 21 de marzo; aquí teneis las carteras; ahora, V.M. arréglese como pueda.

No, no es posible: Esto sería una traición al Rey y al país. No podemos decir como en las películas de los cines: Unos minutos de descanso para preparar la continuación. Sino que el Rey, el país, tiene derecho a saber el que pensamos hacer los hombres directores de las agrupaciones políticas, porque en la opinión pública pueda inspirarse el Rey.

Las circunstancias de ahora no son las de 1914, ni las de los años siguientes, ni las del verano pasado: el mundo ha hecho un 'capgirell', y como una nueva fuerza geológica podría transformar la tierra, una nueva fuerza transformará la humanidad. En este momento, no es suficiente con recordar lo que se dijo en años pasados: Los partidos españoles viven todavía enquilosados: tienen que reformarse, tienen que tomar movimiento y vida. Nosotros, los nacionalistas, acabamos de hablar, ratificamos cada día el criterio expuesto por Cambó, 'en apenes vint', en el teatro del Bosc. ¿Qué hacen los demás? Los demás, o no hacen nada o están en la oscuridad, en el secreto, por donde se mueven: Quién sabe si en lugar de hacer un estudio de los problemas vitales para España y de sus remedios, pasan el tiempo ligando o desligando voluntades de hombres ascendidos por el escalafón y la amistad. Y ha llegado el momento de poner paredes de cristal a la actuación política; es la hora de buscar la fuerza en la opinión y no en las cábalas; de ver los hechos y no las combinaciones.

No sé si voy a escribir una tontería política; que se me perdone si lo es: De no poderse hacer unas elecciones generales, rápidas, legales, honradas, para que de ellas saliera el Gobierno de la paz, la salvación de España, si se encontrara el dictador, sería una dictadura... sabia, paternal, honrada, patriótica, democrática, juzgada después de un año, por un plebiscito que llevara al dictador a la horca o a la presidencia del Gobierno que completara la salvación de España. Porque, ¿Verdad que produce horror pensar que el gobierno que sustituyera el de ahora esté hecho en 'conciliabuls' como se han ido resolviendo casi siempre las crisis?

POL


No decía ninguna tontería el POL ese, no, cinco años después llegó la dictadura de Primo de Rivera...

domingo, 21 de octubre de 2018

La pedagogía es adoctrinamiento

Es muy recomendable la lectura del documento del Síndic de Greuges de Catalunya

EL PLURALISMO  EN LAS ESCUELAS DE CATALUÑA COMO GARANTÍA DEL NO ADOCTRINAMIENTO


para comprender la situación del sistema educativo catalán y como ejemplo perfecto del cáncer de la "nueva educación".

Por mucho que se empeñe el Síndic de Greuges, la garantía del no adoctrinamiento en las escuelas catalanas no está en la "pluralidad", sino en la reivindicación de la escuela como transmisora de conocimientos y que el espacio de las informaciones y las opiniones corresponde a la familia.

Por mucho que se empeñe el Síndic de Greuges, para activar el pensamiento crítico del alumnado, para desarrollar su personalidad y formarlo en los principios democráticos de convivencia y libertad... lo que se necesita es aprender, y mucho, en el sentido de acumular conocimientos, objetivos y evaluables.

Y sin embargo, hasta el Síndic de Greuges tiene que someterse a la dictadura de la pegagogía:

"las finalidades del sistema educativo van más allá de la trasmisión de conocimientos" (página 8)

¡Cuando es precisamente la transmisión de conocimientos el único camino para formar a nuestos jóvenes en "la formación en la esfera de los derechos humanos!

"la educación no puede estar aislada del entorno del alumnado" (página 8)

¿Y cuando "el entorno" es puro ruido? (ruido mediático) ¡Para aprender es necesario aislarse del entorno!

Pero no hay nada que hacer. El Síndic no puede dejar de utilizar la misma horrorosa perversión del lenguaje de la pedagogía:

"La escuela no puede quedar al margen de los conflictos sociales de su tiempo, no puede ser una burbuja aislada de la realidad que la rodea" (Página 17)

¡A ver quién es el guapo o guapa que se atreve a negar esto! Pero resulta que para poder entender los conflictos sociales de nuestro tiempo, primero tenemos que aprender (¡y mucho!) y para aprender (es decir, acumular conocimientos) debemos aislarnos de la realidad que nos rodea.

"Los infantes son sujetos políticos y tienen derecho a una educación desde una perspectiva crítica, más allá de una esclusiva trasmisión de conocimientos" (página 18)

¿Ves la perversión del lenguaje? "más allá de" Implícitamente se da por sentado que la esclusiva transmisión de conocimientos no forma una perspectiva crítica, y se consigue que el lector lo asuma o quede como un imbécil ¡Esto es precisamente adoctrinamiento! "esto es así y si dudas o criticas, eres un imbécil fascista"

¡La transmisión de conocimientos es la única forma de llegar a tener una perspectiva crítica!

En esta misma página se llega al delirio: "El profesorado tiene derecho a expresar una opinión respecto de temas ideológicos o políticamente controvertidos, incluso puede ser preguntado por el alumnado" y cuatro líneas más abajo "También tiene derecho a no expresar su opinión".

En fin... Educación happy-flower. En la pàgina 30 se hace menciona positivamente una escuela ¡de primaria! en la que se trabajó en clase la siguiente "duda" formulada por un niño:

"¿Por qué Andorra puede ser independiente y Catalunya no?"

¡También a mí me gustaría saberlo! ¿Qué diría el maestro? ¡Quién lo sabe! Sí sé lo que yo diría: Queridos niños, porque ciertos políticos sinvergüenzas promueven los valores napoleónicos entre sus ciudadanos mientras que se inventan paraísos fiscales en los que esconder sus ahorros y los de la burguesía a la que deben obediencia...

No. Ahora en serio. Hay ciertos temas que corresponden a la esfera familiar. Las escuelas e institutos están para aprender contenidos y valores universales.


No. No se puede enseñar a pensar. Enseñar es transmitir conocimientos. La pedagogía es adoctrinamiento, es el peor de los adoctrinamientos, es la madre de todos los adoctrinamientos.

lunes, 15 de octubre de 2018

Chapapote informativo

Hace cien años la prensa de Barcelona hacía un llamamiento a la higiene (link). Para evitar la epidemia de gripe, lo mejor es tener limpias las calles "restos digestivos del hombre y de animales", es decir, de mierda.




La sociedad actual vive rodeada de mierda, de mierda mediática. Es una lluvia fina de chapapote informativo, pegagoso, artificial, nauseabundo, que respiramos continuamente casi sin darnos cuenta.


Hace unos días, la Fundación Jaume Bofill publicó los resultados de una encuesta a 9.794 padres y madres y 2.666 docentes sobre el tratamiento del "procés" independentista catalán en las aulas.




Sólo el 12% de los docentes encuestados se posiciona en contra de tratar este tema en las aulas. Sólo el 3.3% de los docentes se identifica con "creo que no tengo que hablar porque son debates que no tocan a la escuela". El 29.3% de los docentes encuestados se identifican con "me gustaría hablar pero últimamente lo evito porque no sé como se interpretará".

Este 29.3% es interpretado por dicho estudio como "esto podría indicar una autocensura o miedo a las acusaciones y la presión judicial y mediática"


En un mismo día, el 10/10/2018,  toda la presa no independentista se hace eco de este estudio con los siguientes titulares:



Y en ese mismo día, toda la prensa independentista ofrece el mismo titular, repitiendo como loritos la palabra "autocensura", dando por verdad indiscutible que el 30% de los profesores se autocensuran:


Esto es chapapote informativo. Esta es la mierda que respiramos, mañana, tarde y noche.

El Sindic de Greuges publicó en julio un informe sobre el adoctrinamiento en las aulas catalanas con el sugestivo título de "El pluralismo en las escuelas de Catalunya como garantía del no-adoctrinamento" (link)


¡Pluralismo! ¡Pluralismo en Catalunya! Qué gracioso el sindic. Qué gracioso su chiste.

domingo, 30 de septiembre de 2018

Calificados, incalificables y descalificados

Poco a poco se va diluyendo la neblina mediático-institucional de los últimos seis años. Todo se va viendo más claro: La gran baza del movimiento independentista del "procés" era la debilidad del Estado español: España no sería lo suficientemente fuerte para resistir la tensión del proceso de autodeterminación catalán, y esta debilidad por el bando español compensaría en el bando secesionista el "detallito" de no haber alcanzado ni siquiera el 50% de respaldo democrático. España estaría "descalificada" para oponerse a la ruptura nacionalista.

Seis años después, todo el mundo sabe colocar Catalunya en el mapa, pero, ¡ay! todo el mundo la coloca dentro de España. Sin embargo el independentismo continúa y continuará repitiendo su mantra incesantemente: Pretender una España fuerte es de seres poco democráticos, ¡es de fachas!
Lo progre, lo "de izquierdas", dicen ellos, es aceptar el "derecho a la autodeterminación de los pueblos", es decir, dejar que la derechona de Convergència y todos los hijos putativos de Jordi Pujol se adueñen de las instituciones catalanas (y gestionen todos nuestros impuestos).

El espíritu de la izquierda es lo internacional, eso está claro, ¡pero sin abandonar la idea de lo nacional! Lo que importa es lo común, lo público, el barrio y la ciudad, pero no se puede pretender exigir un barrio y una ciudad limpia y agradable mientras se tiene la casa hecha una mierda.

En lo educativo pasa lo mismo: España es una nación débil, y para mayor vergüenza de la izquierda española, sólo la derecha parece dispuesta a reivindicar su fortalecimiento.

Tiene narices que tengamos que comprar el ABC (link) para poder leer a un estupendo profesor como Alberto Royo diciendo que un chaval que entrega un examen en blanco merece un 0, y que poner cualquier otra cosa es un insulto y una falta de respeto, al chaval, a todos sus compañeros y a toda la comunidad educativa. Un insulto, una falta de respecto, un engaño y una flagrante malversación de fondos públicos añadiría yo.

En Catalunya se han erradicado oficialmente los ceros. En contra del sentido común y del criterio de todo el profesorado, a partir de ahora, cuatro notas: "I", "S", "N" y "E" (y porque los gurús educativos se "han cortado", que si fuera por ellos puntuaríamos con emoticones). Esto mismo se quiso imponer hace veinte años con la reforma LOGSE y acabó siendo un fracaso: La escuela concertada y privada continuó, como es natural, poniendo notas numéricas y los profesores de la pública nos cansamos de hacer el ridículo, así de sencillo (bueno, y gracias a que el sistema informático de evaluación jamás se llegó a actualizar. El SAGA, ese insondable e indescifrable galimatías de código COBOL84,  FORTRAN y BASIC del Commodore64, tal vez nos volverá a salvar la vida).

Porque no es lo mismo calificado, incalificado y descalificado.

Calificado queda un examen en blanco cuando se le pone un cero.

Incalificables son las declaraciones de la "experta" en educación que aparece en el artículo del ABC, que ante los argumentos sensatos y cabales de Alberto Royo, se limita a divagar, que es lo único que saben hacer los expertos educativos.

Descalificada
es como queda la izquierda española cuando asume como propio el discurso de que "poner ceros es de fachas". En este punto se impone proclamar, alto y claro, desde el cariño y desde el respeto, que esa izquierda es una mierda.

Hace cien años España era educativamente una nación muy débil. Lo podemos constatar en el siguiente artículo de La Vanguardia de hace exactamente cien años (25/09/1918). Vemos un Estado incapaz de afrontar por sí mismo la escolarización toda la población sin depender de la Iglesia y su ejército de sacerdotes-maestros, sencillamente no habían recursos económicos suficientes (y de aquella debilidad nació la doble red educativa Escuela Pública vs. Privada-Concertada característica del sistema educativo español)

Los ricos medran en un Estado débil: Siempre pueden llevar a sus hijos a estudiar "con los curas", donde recibirán educación seria, con calificaciones serias, con notas de 0 a 10.


DE INSTRUCCIÓN

Orientaciones IV

(La Vanguardia, 25/09/1918, página 6)

Las escuelas nacionales, consideradas como centros productivos, entran de lleno en la nueva orientación económica que tiende á nacionalizar todas las fuentes de riqueza pública, con miras al colectivismo, convirtiendo a los directores ó maestros de enseñanza en funcionarios del Estado.

El número de maestros es insuficiente en nuestro país, considerado, según estadísticas, como el último en gastos de instrucción primaria (26.000 maestros por 20 millones de habitantes).

Si se tiene en cuenta que en la dotación de títulos de maestro se ha introducido el mismo convencionalismo que en los otros títulos académicos, lo cual no es garantía de capacidad; títulos puramente teóricas, especulativos, poco en consonancia con los métodos de enseñanza y sobre todo la educativa, de carácter esencialmente práctico.

Si se considera la escuela popular en sus dos aspectos, el técnico y el económico, siendo el primero medida de capacidad del maestro, que solo puede juzgarse por su eficacia, por sus frutos; y el segundo, el económico, que afecta más directamente; a las escuelas privadas ó particulares (que tienen por base la estimación que consiguen del público á quien sirven, y que puéde traducirse por mayor número de alumnos y mayor holgura de la escuela), hay que aceptarías de buen grado mientras no constituyan exclusivismo de enseñanza para sus directores, funcionarios del Estado; exclusivismo que pudiera convertirse en monopolio de los partidos políticos á merced de sus caprichos y concupiscencias, en perjuicio de aquella sana competencia que incita y estimula; transformándose en elemento restrictivo de la enseñanza que imposibilita el progreso en las artes todas. (Alemania permite, delante de un profesor ordinario, que enseñe, un Privat docent sin sueldo oficial, sin dependencia del catedrático, ni obligación, para los alumnos, de oir á éste ó sométeme a su examen).

Siendo insuficiente él número de maestros, conviene aprovechar elementos sanos, con honradez, capacidad y voluntad reconocidas, vengan del campo laico ó del sacerdocio. Lo que conviene, lo que es indispensable es que llenen las mejores condiciones para poder cumplir debidamente la humanitaria misión que les está confiada. En este sentido la enseñanza debiera permanecer Libre. La estadística dé 1917, publicada por el señor director geneneral del ministerio  de Instrucción pública, nos advierte que faltan crear escuelas nacionales en todas los provincias:

En la provincia de Lugo, 769. En Madrid y su provincia, 139.
En la misma estadística se declara que el número de alumnos escolares, en Barcelona, es de 82.000, y los que asisten á las escuelas públicas de todas clases 16.000. No reciben, pues, instrucción en Barcelona unos 66.000 niños.
ídem en Almería, 27.923. ídem en Coruña, 25.467.
ídem en Murcia, 24.538.
ídem Orense, Castellón y Pontevedra con más día 20.000 cada una.
Sólo en ocho provincias todos los maestros á sueldo del Tesoro son titulados.

Estos datos demuestran indudablemente  la lamentable equivocación que se tuvo al decretar obligatoria, la enseñanza en 1857, y más aún si se tiene en cuenta que desde aquella fecha algo hemos adelantado.

No podemos, pues, por ahora, intentar la obligación de la enseñanza; impidiéndolo además otras causas de orden distinto.

La Historia nos enseña que toda legislación sin la oportuna preparación, realizada á manera de imposición ó revolucionariamente, es de difícil adaptación y semillero de odios y rencores: de ahí que seamos partidarios, en general, del sistema de evolución equivalente al de convicción; y en el caso que nos ocupa debiera principiarse por difundir en el pueblo, por todos los medios posibles, la convicción de que hoy la instrucción es, más que necesaria, indispensable al individuo; y que sin ella no puede aspirar á un cambio de posición social que le eleve y dignifique.

Existe además otra consideración de orden cívico,que afecta directamente á las clases directoras, ó sea, la de imponerse la obligación de sacrificar algo de sus aspiraciones económicas en pro de la instrucción de su joven dependencia.

¿Como se resolvió, en América, ese difícil problema?

El norteamericano tiene fe ciega y completa confianza en la instrucción y educación que se dan en sus escuelas públicas. Lo mismo acontece en Alemania, aun cuando la finalidad de su enseñanza sea distinta.

Son gratuitas las escuelas públicas en Norte América, tanto para los pobres como para los ricos, por ser un axioma entre los norteamericanos que no existe razón alguna para que ningún niño de la libre América pierda la suerte de continuar sus estudios por causa da pobreza; y no quieren que se vea obligado á declarar su indigencia y á solicitar de los funcionarios, sus servidores, favores gratuitos.

Las escuelas secundarias americanas contenían 97.000 alumnos. En 1904 subieron á más de 730.000; es decir, que el número de alumnos que continuaron sus estudios al salir de la escuela primaría cuadriplicó en el espacio de 26 años.

Este fenómeno es debido en gran parte a los altos salarios que se pagan á los obreros, cuyas familias renuncian voluntariamente á la ocupación del muchacho y al dinero que pudiera llevar como remuneración á su trabajo, para poder satisfacer la legítima ambición de una instrucción esmerada y completa.

Los patronos ayudan y favorecen esta tendencia no admitiendo en sus fábricas y talleres á obreros infieriores á 17 años, apoyando su decisión en que los salarios que en sus establecimientos se pagan son, suficientemente, crecidos para que los padres no especulen sobre el trabajo de sus hijos.

Con este noble proceder, destello de virtud cívica; con el método y finalidad de la enseñanza, descritos en nuestros artículos á manera de orientaciones; con el aumento de buenos maestros en relación con la población escolar, y el indispensable número de edificios  higiénicos dedicados á escuelas publicas, creemos solucionado en gran parte, el difícil probiema de la enseñanza obligatoria en cuanto á enseñanza primaria se refiere.

Dejamos para superiores inteligencias promover la legislación que debe imperar en la enseñanza, así como los programas que deben desarrollarse en las escuelas; y que en nuestro humilde entender debiera estar en consonancia con las necesidades y modo de ser de la localidad donde se hallan enclavadas.

JOSÉ FERRER VIDAL




domingo, 23 de septiembre de 2018

Paraísos educativos = Infiernos educativos

Todos los expertos en economía coinciden en lo mismo: Si existen paraísos fiscales es porque los políticos son los primeros en tener su dinero en ellos, porque ellos son los primeros en estar "pringados" en la evasión de impuestos.

Por ejemplo, aquí en Cataluña todas las familias burguesas llevaban sus ahorros a Andorra con total confianza porque todo el mundo sabía que Pujol, el padre espiritual y político de la Catalunya moderna, era el primero en treure les peles.

Hace unos días sacaba yo punta a las declaraciones en La Vanguardia del máximo gurú educativo de Cataluña, mi admirado Eduard Vallory, de cómo este individuo se jactaba de haber obtenido nosecuantas licenciaturas y doctorados, aquí y en los Estados Unidos, "gracias a su paso por el cau (los boyscout catalanes)". Yo me prreguntaba, me sigo preguntando, si será por el "espíritu del cau" o no será más bien por los jugosos contactos políticos a los que tienen acceso los monitores de esos boyscout catalanes (aquellos monitores que demuestren dotes de liderazgo, patriotisme i dotes políticas, naturalmente).

Ahora sale a la luz la vergüenza del doctorado del presidente español, el Dr. Sánchez. Un doctorado express, en un solo año, en una Universidad "amiga" a la casta política, con un tribunal "de amigos". Pero lo peor, lo más penoso y triste es que tiene que ser una máquina, una puñetera máquina, la que dictamine, por así decirlo, la honradez de la tesis de Sánchez, qeu diga que la tesis doctoral es honesta porque sólo ha fusilado un 2% de su contenido. No un 20% ni un 15% no, sólo un 2%. ¡Entonces sí, Doctorado Cum Laudem para Sánchez, que es un buen hombre y no fotocopia!

En Cataluña es un noparar. El expresident Puigdemon alardeando de estudios en filología y periodismo y no había pasado del bachillerato, la periodista Rahola y su doble doctorado que ni era doble ni era doctorado. La alcaldesa de Barcelona, la Sra. Colau, que parece que tampoco acabó la carrera de la que alardeaba... Están todos pringados.

¡Uy! Lo de la alcaldesa Colau es de traca. Apareció en televisión el otro día afirmando, muy digna ella, que una mujer madura, directiva de cierta multinacional, le había ofrecido "ayuda" para acabar las dos asignaturas que tiene colgando de la carrera. Pero que ella dijo que no. Bien por ella. Pero que no va a decir el nombre de dicha mujer, ni va a entrar más detalles, no sea que se perjudique. ¿Se puede ser más miserable?

En el fondo todo es muy coherente. Después de décadas regalando la ESO y regalando el bachillerato, toca ahora regalar también los másteres y doctorados. La degradación y la corrupción alcanza ya todo el sistema educativo, desde la primaria al doctorado. Los jóvenes de las clases populares, que con su esfuerzo y su valía pretenden utilizar el sistema educativo como ascensor social se van a encontrar con un montón de escombros. Que también tendrán que pagar ellos, por cierto.




domingo, 9 de septiembre de 2018

Política mágica, educación mágica

Me tomo un café en la societat de mi pueblo. Al fondo, en la pared, el omnipresente televisor de plasma con la omnipresente TV3 mostrando el omnipresente líder independentista dando la omnipresente arrega patriòtica, muy a lo "1984". Pero esta vez es diferente, aparece Gabriel Rufián diciendo que debemos abandonar la idea del «independentismo mágico», que la independencia no se conseguirá sin esfuerzo, que no seremos independientes sin sacrificio (Link). Por fin una idea interesante, por fin algo que no ofenda a las inteligencias, que la independencia no es como cambiar de compañía de teléfono, ni como comprarse una Termomix a plazos. Bien.

Pero en el campo educativo ¡ay! estamos bajo la dictadura de la «educación mágica»: Aprender sin sacrificio, sin esfuerzo. Que si los profesores no suspendemos los chavales no se frustran, y no dejarán de aprender, y la cultura entra en ellos como la lluvia en la tierra buena.

Mientras me tomo el café hojeo La Vanguardia, y me encuentro la omnipresente entrevista al omnipresente gurú de la «nueva pedagogía» catalana, el omnipresente Eduard Vallory, el vendedor de termomix educativas más seductor del mundo, y su producto estrella: La nueva educación catalana, sin esfuerzo, sin sacrificio, sin suspensos, sin fracaso.

Y es que en Eduard Vallory todo es mágico. Toda su vida es mágica, yo soy su máximo admirador, su seguidor namberguan, y algún día escribiré su biografía, como pasó de ser un mal estudiante de instituto a estudiar nosécuantas carreras universitarias en Estados Unidos ¡magia!, siempre con becas, oye becas todas «meritorias» como afirma rotunda La Vanguardia pero  sin especificar qué méritos son esos. Y de ahí a liderar al profesorado catalán ¡magia!, sin haber pisado un aula en su vida. Es más, sin haber trabajado nunca en nada que no sean cargos políticos, y todo gracias a su paso como monitor de «cau». ¡oh, sí! El sr. Vallory tiene mucho que agradecer a los «cau». ¿No sabes lo que son los «caus»? Yo te lo explico. Los «cau», junto con los «escoltes», son como los «boyscout» americanos pero a la catalana, y son las canteras de jóvenes promesas para los partidos nacionalistas e independentistas catalanes, que entre sus monitores y voluntarios buscan «carne fresca» a los que proponer cargos políticos, jóvenes con dotes seductoras y de liderazgo que quieran medrar en lo político. Es la magia de la política.

En mi niñez los únicos boyscout que conocí fueron los tres sobrinitos del pato Donald en los tebeos "Don Miki" (Jorgito, Juanito y Jaimito). Y así me ha ido, qué vida más poco mágica la mía. Con una sola carrera universitaria, sin haber viajado nunca a los Estados Unidos, sin ser director de nada... todo a base de esfuerzo y sacrificio. Será por eso por lo que siento tanta repulsión a lo "mágico", a lo que se consigue sin esfuerzo, sin sacrificio.

 



sábado, 1 de septiembre de 2018

Educación catalana: Llámalo mafia, si quieres

Cuanto más conozco Sicilia más entiendo Cataluña.

Las carreteras sicilianas son un auténtico desastre. Entre arbustos invadiendo los laterales de las autovías, el asfalto en mal estado, los carriles cortados, los desvíos inesperados, las infinitas rotondas... cualquier viaje de más de cincuenta quilómetros en pleno agosto se convierte en una odisea postapocalítica a lo "Mad Max".

Los sicilianos saben perfectamente el perché: "Scusi, perché le imprese dobrebbero farla bene la strada, se peggio la fanno, più ci guadagnano, nell'inmediato e a vita, con il diritto alla manutenzione?"
Porque las mismas empresas que hacen las carreteras son las que luego se encargan de su mantenimiento, y cuanto peor las hacen más ganan, antes y después toda la vida. Cuanto peor las hacen, mayor es el coste del mantenimiento posterior. Y siempre "en la sobra", con total impunidad.

Es así de terrible, y así de sencillo. Llámalo mafia, si quieres.

A partir de este curso en los institutos catalanes se dejará de puntuar numéricamente, del 0 al 10, como hasta ahora, para pasar, por imperativo legal, a una escala de sólo cuatro letras: "I" , "S", "N, y "E". Toda la franja de la insuficiencia, del 0 al 4.99, se reducirá a un único valor: "I", es decir, el "insu" de toda la vida. El chaval que saca un cero, "insu". El que se esfuerza un poco y saca digamos un tres, pues también "insu". Y aquél que con esfuerzo casi llega al suficiente pero de momento se queda en el 4, pues lo mismo, "insu".
Y la equivalencia numérica de este "I" para hacer media será de un 2.5. A partir de ahora todos los jóvenes que suspenderán con la misma nota, un 2.5. ¿Cabe imaginar mayor despropósito?

Con la "pedagogía catalana" se da un caso insólito en la historia universal de la ciencia: Es el único caso conocido de una ciencia en la que, en vez de ir a mayor precisión en la medida, exige "avanzar" reduciendo la exactitud, exige perder nitidez, exige "mirar para otro lado", exige "taparse los ojos", como sin darle importancia a las cosas. Qué vergüenza.

Porque los responsables de este despropósito, cómodamente instalados en la sombra, son los mismos que en los próximos años van seguir viviendo del cuento, calentando silla en Via Augusta, en los "ICE", parcheando y remendando el sistema educativo que ellos mismos están destrozando con total impunidad, son los mismos que seguirán imponiendo a los profesores las chorradas neopedagógicas más ridículas imaginables para ir tapando las grietas de su propia chapuza. Los que acusarán (¡ellos!) al profesorado de ineptitud, de no ser suficientemente "finlandeses".
 
Es así de sencillo, es así de terrible. Llámalo mafia, si quieres.

jueves, 2 de agosto de 2018

El Gattopardo catalán

"Es como si en un restaurante te dicen que no te dan la comida, tú te conformas con un vaso de agua y encima envías una buena crítica a Tripadvisor"

Esto lo podría escribir cualquier profesor de secundaria de Catalunya para describir el sentimiento de frustración, mentira, censura y chantaje emocional ante la imposición del modelo de la "nueva educación" en el sistema educativo.

Pero lo escribe un militante histórico de Convergència que se da de baja del partido harto del mensaje mesiánico, dictatorial y mentiroso de Puigdemont y su "Crida per la República" (Link).

Populismo barato y mediocridad envuelta en celofán, en educación y en política. La misma comunión de ruedas de molino para mayor gloria de una casta política irresponsable, incompetente y corrupta que no busca otra cosa que autoperpetuarse en el poder, al precio que sea. La máxima gatopardiana  "Que todo cambie para que todo siga igual", un país de ricos y pobres, de cultos e incultos y donde siempre mandan los mismos.

Pero cada vez las ruedas de molino son más y más grandes, en educación y en política...


martes, 10 de julio de 2018

Maturità vs. Selectivitat

Para adquirir consciencia del lodazal educativo en el que año tras año nos vamos hundiendo más y más sólo hay que descargar de Internet la prueba de matemáticas de la Maturità italiana:

https://www.blitzquotidiano.it/wp/wp-content/uploads/2018/06/liceo-scientifico-seconda-prova-matematica.pdf

Y compararla con su equivalente catalán, la prueba de Matemàtiques de la Selectivitat de Catalunya:

http://universitats.gencat.cat/web/.content/01_acces_i_admissio/pau/documents/examens_2018/pau_mate18jl.pdf

Mira que en Catalunya tenemos expertos educativos para parar un tren (y ojalá se intente algún día), mira que disponemos del mayor número de gurús pedagógicos por metro cuadrado de toda Europa, pues tú descuida que no los compararán, no.

Porque es para ponerse a llorar.

La prueba de matemáticas de la Selectividad de Catalunya no tiene más objetivo que el de reducir, año tras año, su contenido y ser año tras año un poco más fácil que el anterior, todo para para mantener de forma totalmente artificial unos resultados superiores (o al menos iguales) que el año anterior. Por la política. Por la puñetera política.

Y puesto que el temario no se puede reducir ya más porque es sencillamente imposible (hace años que fueron desterradas la probabilidad, la estadística, la trigonometría, la geometría en el plano...). Los pobres comisarios políticos responsables de dicha prueba no saben ya qué inventar para hacerla aún más fácil. La última tendencia son los problemas "comprueba que...". En la historia de las matemáticas han existido los problemas "demuestra que..." o "calcula el...". Ahora nos hemos inventado el "comprueba que...", que es el fraude más vergonzoso que se puede hacer a un estudiante de matemáticas. Por ejemplo, en el problema 6 se presenta un sistema de ecuaciones en forma matricial, se da su solución y se pide "comprobar que, efectivamente, los valores propuestos son correctos:

En España se realizan 17 exámenes diferentes de matemáticas. Cada región, comunidad autónoma, nación o república en vías de desarrollo hace el suyo, específico, diferente, distinto ¿Y todo para qué? Para regalar puntos. Para inflar artificialmente los resultados (En Catalunya estamos en un 97% de aprobados). Porque ningún territorio quiere quedar por detrás de los demás en los medios de comunicación. Los resultados son falsos, todo el mundo lo sabe, pero todo el mundo calla...

También sabíamos hace quince años que la burbuja inmobiliaria en España explotaría tarde o temprano, pero preferíamos vivir en la fantasía, en la mentira. También todo el mundo callaba.

Y porque los expertos pedagógicos, que son perfectamente concientes de esta mentira educativa, son (por increíble que parezca) los responsables de alimentarla más y más cada día, porque se lucran de ella, porque viven de ella. No me cansaré nunca de denunciarlo: Los expertos educativos y pedagógicos, auténticas garrapatas, son los máximos responsables de la degradación de nuestro sistema educativo, y algún día deberán ser juzgados y condenados por su crimen.

Mientras tanto, en Italia, un mismo examen de matemáticas evalúa a medio millón de estudiantes al final de su etapa pre-universitaria. Un mismo examen de Turín a Palermo. Una prueba de matemáticas que dura seis horas, una prueba sólida, exigente, reflejo inequívoco de un sistema educativo serio.

Los jóvenes catalanes son tan válidos y tan competentes como los italianos, y no se merecen una selectividad mediocre, reflejo de un sistema educativo mediocre dominado por la casta política más mediocre de Europa.

sábado, 23 de junio de 2018

Lenguaje parlamentario (La Vanguardia, 23/6/1918)

La vida política

(La Vanguardia, 23 de junio de 1918, página 10)

La actividad del actual gobierno es realmente excepcional; en todos los Consejos de ministros se aprueban proyectos de verdadera trascendencia y sobre materias diversas, algunas tan complejas como todo lo que a la enseñanza pública se refiere. No hay punto importante de la administración pública en que el actual gobierno no haya puesto su mano; en los cuerpos colegisladores están los frutos de su labor y muchos de estos planes ea las Cortes morirán sin discutirse por efecto de los vicios de nuestro régimen. En esto no tenernos remedio posible; con la reforma última del reglamento y con todas las que se intenten ocurrirá lo mismo; no están en las leyes los medios de cortar añejos vicios, sino en las costumbres que no queremos reformar de modo alguno. Los proyectos de ley se discuten largamente ó mejor dicho ocupan mucho tiempo a los señores diputados porque una cosa es discutir y otra pasar el rato. Además las minorías siguen entendiendo su papel en un sentido negativo; hacer la oposición no es proponerlas mejoras que se juzguen oportunas en los proyectos que el gobierno presente, sino combatir al gobierno y al régimen a propósito de todos loa asuntos y con los motivos menos adecuados a este efecto.
En las discusiones relativas a Marruecos y a las reformas militares se han producido ya desde los bancos do la izquierda violentos ataques contra la Corona, achacándole responsabilidades que ni teóricamente ni prácticamente puede tener. Para esto se proclama y defiende esa inmunidad del diputado de que tanto hemos hablado últimamente. Es verdad que en una de las últimas sesiones el diputado socialista señor Prieto ha dicho dirigiéndose al señor La Cierva: «Siento no poder usar aquí el lenguaje que se emplea en la calle». Es una queja que pinta una época parlamentaria; echar de menos el lenguaje callejero para discutir; sentir tener que guardar las escasas formas de corrección que en nuestro Parlamento se emplean es tener una idea de la representación nacional excesivamente avanzada.



Creemos que tarde ó temprano este bello ideal del diputado socialista se verá cumplido y que se prescindirá de convencionalismos tan interesantes como la buena educación en las polémicas; la energía de la frase se confunde muchas veces con la grosería y el que no tiene medios de hacer un discurso notable por las ideas lo puede hacer inolvidable por los insultos. Algo de esto verifica cierta parte de la prensa radical y asi esta segura del aplauso de las personas de gusto detestable. Convertir el Parlamento en club tiene de bueno que aumenta la concurrencia a las tribunas y hasta llena de curiosos la calles adyacentes al Palacio de las Cortes, Las sesiones en que sólo se cruzan razones de banco a banco son sesiones de una sosería lamentable; cuando se cambian injurias, el espectáculo se anima y la tarde se pasa alegremente.
Como complemento a la singular inspiración del señor Prieto, acerca del lenguaje parlamentario, el señor Domingo contestando a una interrupción del presidente, ha dicho en la sesión del jueves: —«Yo hablo para la calle»—lo cual revela una extraña persistencia en convertir el salón de sesiones del Congreso en algo que se asemeje al mercado de verdura de la plaza de la Cebada. No quiere todo esto decir que los radicales de la izquierda desean que se ponga coto a la retórica parlamentaria; ¡ojalá fuera este su empeño! lo que quieren es substituir a las imágenes  y metáforas de la preceptiva vigente, la frescura y desvergüenza de la retórica callejera que tiene sus frases hechas, encanto de la chulería madrileña y del pueblo inculto de todas partes. ¡Para qué eufemismos! Las cosas claras y entiéndase que por cosas claras queremos decir cosas injuriosas y ofensivas para el adversario, para sus opiniones y para todo lo que haya de respetable en un país.
Este método de expresión tiene su público. En París,donde han tenido su asiento todas las extravagancias y todos los refinamientos del bueno y del mal gusto, había antes de la guerra un café de varietés denominado Cabaret des truands, dedicado a satisfacer este deseo de emplear el lenguaje violento y grosero.
Entraba el parroquiano, tomaba asiento y el mozo se le acercaba para decirle: ¿Qué quiere usted tomar, grandísimo canalla? -Tráigame un bock, cara de animal, —contestaba el cliente.— Pero so burro, dígame si lo quiere grande o chico para poder servirlo —replicaba el camarero.— Cuando no se detalla se trae chico, estúpido — aducía el cliente.—Pues el ladrón del amo nos manda que los sirvamos grandes— añadía el sirviente.—El amo es un ex presidiario como tú; todos los de esta casa sois una colección de asesinos.
Y asi continuaba la conversación con gran contentamiento de los oyentes y de los actores que hacían lo posible por alcanzar el titulo de campeones de la injuria, de la insolencia y de la grosería. Hay gustos para todos en este mundo. Pero ¿qué pasaba en la calle para la cual hablaba el diputado republicano acusando a la Corona de hechos de los que legal y lógicamente es irresponsable? Pues, poca cosa; que se acababa el carbón y que se anunciaba otra nueva subida de ese pan acomodado en su peso al sistema métrico municipal que no concede al kilo más que ochocientos gramos. Es de suponer que ese pueblo de la calle para quien pretenden hablar socialistas y republicanos, esté más interesado en la escasez y subida de los artículos de primera necesidad que en las formas del lenguaje parlamentario. Este kilo misterioso, este kilo madrileño que disminuye paulatinamente en gramos y que aumenta sucesivamente en precio, preocupa más a los trabajadores que las teorías de Karl Marx, aunque otra cosa crean los republicanos y socialistas del Congreso y es una preocupación para el pueblo muy superior al lenguaje que se emplee en el Parlamento para combatir a los ministros.
Y pasaba más fuera de las Cortes mientras el diputado republicano proclamaba solemnemente que él hablaba para la calle y se rebelaba contra los toques de la campanilla presidencial; pasaba que ese monarca a quien injustamente, irrespetuosamente se atacaba, recibía a una comisión de trabajadores, de los que trabajan, en su real cámara; les daba democráticamente la mano; les excitaba a la unión; hacía votos porque consiguieran la realización de sus aspiraciones; les recomendaba la práctica dé las medidas que aconseja la previsión y les ofrecía su apoyo para el logro de sus legítimos fines. Y los obreros entendieron y agradecieron el lenguaje del monarca, esos obreros a quienes sus apóstoles creen tan incultos que no pueden comprender más idioma que el de la injuria y el odio.
Es un contraste digno de anotarse y una lección que no sabernos si aprovechará a esas clases a quienes se hace creer que sólo colaborando en favor de la causa republicana se venderá el pan barato y llegará la carne a todos los hogares. Continuemos los ensayos de un nuevo método de discutir para poder apreciar sus resultados brevemente; pero sospechamos, con permiso de los Quintilianos callejeros, que por decir media docena de groserías a los ministros y unas cuantas injurias a los calificados de burgueses, ni va a aumentar la cosecha de cereales, ni los señores ingleses y norte-americanos nos van a dar mas carbón que el que les venga en gana y a cambio de los productos que consideren necesarios para su existencia.

EMILIO SÁNCHEZ PASTOR

jueves, 21 de junio de 2018

Encuentros en la tercera frase (1)

En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo. 
SEPULTURERO en Luces de Bohemia

Algunas historias exigen cierta geografía previa. Badalona es una ciudad con apartheid casi pertecto delimitado por el Carrer Antonio Bori, el Pavelló Olímpic y la parada de metro del Born. Al Norte, la zona de los blancos, es decir, de los catalanes, de los “BTV” (“Badalonins de tota la vida”). Al Sur, la zona de los negros, es decir, de los charnegos, los charnegros. El Romo es un negro que vive en la zona de los blancos, en una bonita casita de planta baja del carrer La Lluna, con “badiu” (Patio trasero) i “micaquer” (nisperero). Y se expresa normalmente en catalán, la lengua de los blancos. El Romo está plenamente integrado en la vida de los blancos.

Esto ocurrió hace unos quince años. El Romo pasea por el centro de Badalona, y se le acerca una conocida, seguramente del trabajo.

CONOCIDA: Hola Gerard! Com estàs?
EL ROMO: Aquí passejant.

El Romo no sabe quién es esa buena señora pero lo disimula pues supone que no durará mucho la cosa. Pero se equivoca. Aquella señora, aún no sabe a santo de qué, tiene una proposición que hacerle. Le propone, con toda la ilusión del mundo, que se apunte ÉL a no sé qué asociación de por ahí para personas que COMO ÉL, han abandonado la lengua castellana de sus padres para adoptar como propia la lengua catalana.

EL ROMO: No gràcies, no m’interessa.

EL ROMO Se la quita de encima con esta o cualquier frase evasiva. Sigue su camino, entre turbado y humillado.

EL ROMO siempre conservará este recuerdo acompañado de la fantasía de haberle clavado un palillo de dientes en un ojo. ¿Quién narices era aquella mujer? ¿De qué me conocía? ¿Realmente existía una asociación así? ¿Se puede cambiar de lengua como se cambia de equipo de fútbol? Y sobre todo ¿De dónde había sacado aquella mujer que YO había abandonado la lengua castellana?

Tú ríete, pero he hecho números y he deducido que fue por aquel entonces, en la ciudad vecina, en Santa Coloma, cuando a otro charnego, “EL RUFIÁN”, alguien le hizo la misma propuesta. Y él dijo que sí, y ahí lo tienes, sólo por decir que sí, quince años después, de diputado en Madrid por ERC, de la mano del diputado blanco Tardà, pero sacándose sus buenos 5000 euros mensuales, plenamente realizado en su condición de mono amaestrado charnego del independentismo. Sólo por esto. Fue una buena época para los charnegos.


MAX: Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada.
DON LATINO: ¡Miau! ¡Te estás contagiando!
MAX: España es una deformación grotesca de la civilización europea.
DON LATINO: ¡Pudiera! Yo me inhibo.

MAX: Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas.

(Luces de Bohemia)

miércoles, 20 de junio de 2018

Reválidas, Bachilleres y Bachillerías (Julio Borrell)

ASPECTOS
Las tesis doctorales

(La Vanguardia, 19 de junio de 1918, página 8)

Ha aparecido en la Gaceta un real decreto restableciendo las tesis doctorales. Esta disposición, que no tiene nada de inesperada, hará recordar a los que estén en antecedentes uno de los más cariosos episodios de nuestra política y nuestra administración de Instrucción pública: la llamada cuestión, de las reválidas. Digo recordar porque las cuestiones de instrucción pública se olvidan pronto y preocupan poco, y a corto número de personas. No hay que fiarse de los tópicos retóricos, de la cultura y la instrucción que suelen  sembrarse en discursos políticos y artículos periodísticos. Son pura bambolla casi siempre. No responden, por lo general, ni a un entusiasmo sincero ni a un razonado conocimiento de estos problemas.

Un buen día, como dicen algunos traductores del francés, el señor Burell salió con un decreto suprimiendo los ejercicios de reválida en general, desde el grado de Bachiller al de doctor. La razón en que, al parecer se fundaba el autor de la inopinada reforma, era que los ejercicios de reválida significaban una innecesaria, duplicación de pruebas, ya que existían exámenes  de asignaturas. No pensó, sin duda, que aún admitido el supuesto de esa equivalencia y esa duplicidad fie pruebas, quedaba una cuestión previa por resolver: la de si sobraban los exámenes de asignatura ó los ejercicios de grado. Una investigación siquiera elemental, de los sistemas de pruebas académicas establecidos en los cultos; un momento de meditación sobre lo que representa una asignatura y lo que representa un título académico o declaración de capacidad profesional hubiera conducido al claro entendimiento del señor Burell a la conclusión de que, de suprimir algo, lo racional era suprimir los exámenes de asignaturas. No hubiera dictado el decreto. Por falta de estas precauciones lo dictó, pensando acaso que iba a granjear el aplauso público y hasta a favorecer a la enseñanza.  Tengo por muy probable que no tardó en arrepentirse  de su iniciativa (¡peligrosa palabra!) y que si hubiera podido revocar la disposición, sin parecer que daba su brazo a torcer, sin confesar el error, lo hubiera hecho do muy buen grado.

La Universidad de Madrid protestó airadamente y a su protesta se unieron la mayoría de las otras Universidades si no todas. Empezaron a surgir dificultades prácticas. El decreto, además de acusar un gran desconocimiento de la cuestión, infringía la Ley de Instrucción pública, infringida en verdad por casi todos los ministros, mas que en esta ocasión tuvo valedores que salieran por su marchita y cien reces esquilmada doncellez. Los doctores que, al amparo del decreto habían sacado el título, como se puede sacar la cédula, se encontraron con que eran tenidos por doctores de segunda clase. Algunas universidades les negaron el derecho a figurar en los claustros doctorales; en algunos tribunales de oposiciones el  hecho de ser doctor no revalidado, se consideró como nota de inferioridad en la carrera. Con todo, el decreto seguía vigente,  aún después de salir del gobierno el señor Burell, por el temor de que los estudiantes promoviesen algaradas si se restablecían las reválidas de los grados inferiores, no la de doctor a la que espontáneamente se iban sometiendo los estudiantes  del doctorado, para no ser considerados el día de mañana como doctores legos.  Las protestas de la Universidad dormían en las mesas del ministerio. El aplazamiento es una delas armas y uno de  los procedimientos  de la Administración, aunque no esté en los reglamentos del  procedimiento administrativo. Por fin, el señor Rodés, que en el poco  tiempo que desempeño el ministerio de Instrucción pública demostró tener más hechura de ministro que la mayor parte da sus predecesores, envió al Consejo de Instrucción pública la protesta universitaria. El Consejo, reducido a una sombra, por el señor Burrell, había permanecido silencioso e inmóvil, en medio de la protesta contra la supresión de las reválidas. Mas al serle comunicada la reclamación universitaria procedió con diligencia y acierto. Se nombró una comisión compuesta de tres eminentes profesores: Ramón y Cajal, Azcárate y Carracido y dio dictamen favorable al restablecimiento de las reválidas, inmediato en las  del grado de doctor; sometido a una información universitaria previa y a una reorganización general de las pruebas académicas en lo tocante  a las licenciaturas y demás grados o títulos de carreras y enseñanzas.

De acuerdo con la primera parte de este dictamen, se acaban de restablecer las llamadas tesis doctorales, que mejor que tesis se deberían llamar Memorias  o trabajos doctorales, ya que el nombre de tesis responde a la tradición escolástica de una argumentación en favor o en contra de ciertas proposiciones, mientras que en los trabajos científicos modernos la investigación y la crítica son dos de los grandes fines, no la habilidad dialéctica.

Repito lo que decía al principio. La cuestión de las reválidas es un episodio muy característico, muy típico de nuestra Administración de Instrucción pública; de los im promptu y las inspiraciones de los ministros, de las Ninfas Egerias de pocas letras, de lo desacostumbrado que es enterarse y hacerse cargo, porque lo mismo que el señor Burell, han hecho muchos, aunque él haya llegado a ser una figura representativa. El preámbulo del decreto del señor Alba, lleno de eufemismos y de circunloquios , para no molestar al señor Burell  (que es el primer convencido de que lo de las reválidas fue un mal paso) muestra que un error es mucho más fácil de cometer que de enmendar. El error se comete de una plumada, en un instante, es como una alegre pirueta del absolutismo ministerial. La enmienda, necesita muchos rodeos, muchas precauciones, basta si me apuran muchas protestas, de que el disparate que se va a enmendar fue una cosa muy bien hecha. Y hay quien piensa que el principio de autoridad padece si no se sostienen con toda energía las equivocaciones.

ANDRENIO




Bachilleres y bachillerías

(Un artículo periodístico de Julio Borell, fecha desconocida)

De todos nuestros hombres políticos solo recuerdo uno con quien jamás haya tenido el honor de cambiar palabra ni saludo. El personaje político es el Sr. Groizard, ministro de Fomento. Alejado de España en altos puestos diplomáticos  allá por la época en que algunos jóvenes demócratas y liberales hiciéramos nuestra entrada en la vida parlamentaria, solo he podido conocer al Sr. Groizard por su fama de jurisconsulto, y ahora más recientemente por sus discutidas reformas.
Mi aplauso y mi cooperación modesta a la obra importantísima del Sr. Groizard son bien espontáneos, como lo es también mi convencimiento, origen a su vez de tal aplauso y de aquella entusiasta cooperación. Las honrosas menciones que de escritos míos defensores del decreto  Groizard hacen catedráticos y publicistas distinguidos en periódicos y en revistas, me confortan contra la incertidumbre. Los partidarios de las reformas van siendo ya legión, y eso que amenazaban los enemigos con dejar tamañiito al ejército de Jerjes.
Claro está que los profesores van por un lado y que por otro marchan los padres de familia, a todo trance empeñados en sacar bachilleres como quien saca pollos de una incubadora industriosa.
Pero por lo mismo que la lucha se determina bien en sus caracteres esenciales, adviértese consoladoramente como con la ruidosa batalla solo se esgrimen por los enemigos de toda saludable y científica transformación las arenas mohosas del utilitarismo y del interos privado, por completo ilegitimas y desdeñables cuando, como ahora, resulta planteado con valentía el problema de la educación, grave para la ciencia, importantísimo para la cultura nacional.
"Vuestros hijos no serán  bachilleres hasta los diez y seis años". "Las matriculas van a costamos un sentido", y no dicen más las votes que pro-testan; si dicen algo mas es para mostrar algún nuevo flaco, algún prurito  de simonía para con la ciencia: —Las asignaturas son muchas; los chicos que van al Instituto en busca de un titulejo fácil, que necesidad tienen de saber Derecho usual ni Estética, ni sistemas de filosofía, ni Historia de la literatura?
¿Qué falta le hace a un bachiller una Teoría sobre el Arte?
¡Claro! Para los abogados de secano y pan los médicos actuantes in anima vili; para la microbiada universitaria que, tarde o temprano, se extiende por el campo de cultivo de las oficinas públicas, con saber garrapatear una firma al pie de una nómina ya huelga toda la ciencia de todas las Salamancas pretéritas y de todas las Sobornas presentes.

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El Sr. Groizard, con un decreto que no es la perfección ni cosa que a la perfección se acerque; con una reforma que para mí tiene el grave defecto del dualismo científico haciendo bachilleres en ciencias morales y en ciencias físicas, como si tales clasificaciones y apartijos pudieran responder a la enseñanza integral; el señor Groizard, "precipitando un poco los acontecimientos", ha realizado, sin embargo, una obra de gran trascendencia en aquello que su decreto tiene de arranque y decisión pan cortar la anémica cabeza a la vieja enseñanza ritualista, burocrática, mecánica y estéril.
La rutina y la comodidad han recibido un golpe terrible, y al golpe han quedado de una vez y para siempre en desnudez que pide detentes vestiduras.
La Memoria y el librejo aparecen ya en muy secundario lugar. El mísero recitado estudiantil y la tarea nada elevada ni nada trascendente del profesor, reducido a la sinecura de oír con el libro de texto a la vista y de señalar pan el día siguiente la copia y la canturia de otra lección, no van a ser ya procedimientos y métodos de usual y corriente empleo.
El catedrático tendrá que educar; el catedrático tendrá que asistir lentamente en uno y otro curso al desarrollo intelectual del alumno, a la fructificación de las semillas arrojadas sin precipitaciones al surco... Los cuatro o cinco cursos a que son ya de hoy en adelante "dosificadas", metodizadas y organizadas las materias de enseñanza requieren una gran vocación en el profesor y un cuidado de todos los días.
Ya no será posible acabar las asignaturas de un "golletazo", ni catedrático y alumno se perderán de vista de pronto y pars siempre, sin que entre uno y otro quede lazo moral ni comunicación intelectual posible.
Lo que el Instituto y la Universidad deben tener de hogar y prolongación de la familia, lo que da fuerza y carácter al estudio, la persistencia y la unidad, son condiciones imprescindibles en la nueva organización, y este es el gran paso y el gran triunfo del Sr. Groizard.
Es evidente que los padres, deseosos de "sembrar bachilleres para recoger empleados", hallaran en todo esto mucho de música celestial y no poco de música wagneriana.
Los alumnos con ocho o diez altos no son tampoco gran voto en Ia cuesti6n; estos profesores (que si pueden serlo) divídanse en dos bandos:  unos toman las cosas de la enseñanza en serio, y dicen: "Ese es el camino señalado al decreto Groizard", y otros, con toda su alma y con encantadora bonhomie, dicen por lo bajo y aun por el registro agudo: "iVaya  por el señor Groizard, y cerno nos ha reventado, cargándonos de materias que maldito si nos han vuelto a preocupar desde que cogimos Ia  cátedra y escribimos el socorrido y piadoso libro de texto!"
Aplauden generalmente los jóvenes pan quienes todavía la cátedra no se ha convertido en tienda de retazos y desechos de ideas. Se ríen de  la "ocurrencia del Sr. Groizard" y se indignan contra ella (dómines y aventureros de Ia enseñanza, que, sin ocasión ni continuidad de pensamiento y cultura, ven en el Instituto o en la Universidad una oficina del Estado donde, ¡qué demonio!, se cobra poco; pero lo que se cobra es el precio de una media hora de científico chirigoteo.
Entre unos y otros, el Sr. Groizard aparece con la nobilísima aspiración de colocar la balanza en el fiel; y aunque no hay fidelidad posible en balanza humana, basta la intención para ganar el espíritu de justicia.
Ha transigido ya el Sr. Groizard en cuanto podía transigir; los "famosos derechos adquiridos" (no ha habido nunca tales derechos ni tales moutons), a salvo se encuentran con el decreto
Quede, pues, por entero el trabajo de organización definitiva de la reforma. Flaquear ya en ello sería renunciar a otra más grande y, sin duda, más urgente: a la de la Enseñanza primaria, que es nuestro escarnio y nuestra picota.