La antididáctica es liberación, pero exige práctica.
Se empieza con pequeños pasos, tan sencillos como recortar este anuncio de una escuela privada:
Lo guardas en la cartera, o lo enganchas con una chincheta en la pared.
Y cuando no puedas aguantar más la chapa mediática de la nueva ley educativa, de los nuevos sistemas de (no) evaluación, del aprobar al que no ha aprobado, de las nuevas cotas de degradación sistemática de los contenidos, de toda esta miseria educativa...
Tú vas y lo miras, y con solo mirarlo entiendes que toda esta mierda no es para todo el mundo, no, que también existen sistemas alternativos como el "bachillerato internacional", que es la negación exacta de toda esta basura.
Un bachillerato que se imparte en escuelas privadas, concertadas y también en algunas públicas.
Un bachillerato que exige la superación de unas pruebas finales muy exigentes.
Y que, mientras desayunas, comes y cenas con el nuevo decreto educativo y la madre que lo parió, apenas conoces nada del "bachillerato internacional", porque no interesa lo más mínimo que sea conocido.
¿No sabes lo que es el "Bachillerato Internacional"? es muy fácil, yo te lo explico. ¿Verdad que cuando se va a un lugar tercermundista y atrasado se recomienda beber agua enbotellada? Esto es lo mismo: El "Bachillerato Internacional" es una franquicia que ofrece educación de calidad "embotellada" para los países que no pueden ofrecerla por sí mismos, una educación limpia en un entorno sucio, una educación sana en un entorno podrido.
Y que hagas lo que hagas, no va a cambiar nada.
Y finalmente, plenamente coonsciente de toda la enorme cantidad de tiempo que dedicabas inútilmente a todas estas guerras perdidas, ya solo te queda planificar a qué vas a dedicar todo este tiempo.
Bienvenido al primer día del resto de tu vida.
Nota: Esta misma acción liberalizadora de la antididáctica también ha demostrado resultados altamente satisfactorios en ambientes politizados con sobrecarga nacionalista, como por ejemplo, en Cataluña. Dejo a los investigadores futuros determinar si, generando la misma peste, se trata o no de la misma mierda.
