miércoles, 20 de mayo de 2020

Somos el 99%

El proceso de americanización del sistema educativo sigue su curso, imparable.

Y por  "americanización" entiendo que se puede dar mierda al 99% de la población siempre que se mantenga el 1% restante en la excelencia (Princeton, Yale, MIT, Standford…)

Este proceso se realiza, a saber:

Por la parte docente, degradando la carrera profesional hasta hacer de ella un trabajo basura más, un “McJob”, como servir hamburguesas o lavar coches. La primera temporada de “Breaking Bad” o la segunda temporada de “The Wire” son muy ilustrativas.
Objetivo realizado. La carrera docente, libre ya de cualquier traza de intelectualidad pasada, es la opción profesional para quien no tiene otra opción. Entras en listas porque tienes que pagar facturas. El profesorado tradicional, cautivo y desarmado, se va jubilando.

Por la parte del estudiante, diluir, atomizar, embarrar los contenidos hasta hacer de cualquier estudio un ridículo carrusel de experiencias lúdico-festivas. Incluso la Universidad se ha convertido en un parque de atracciones para jóvenes.

Pero entre tanta basura, ¿Qué es ser universitario? En la entrevista al filólogo Albert Hauf


encontramos un elemento que, para mí, es clave:

“[…]En els anys seixanta i setanta, quan jo era a Cardiff, confeccionàvem una reading list, una llista de llibres amb més de dos-cents títols per tal que els estudiants anaren llegint durant tota la carrera, i per això les vacances eren llarguíssimes, el curs durava només cinc mesos, la resta era temps per a llegir i això era un gran enriquiment[…]”

Una “reading list”: Una lista de 200 libros para leer. Poniendo así el protagonismo y la responsabilidad en el estudiante. Cursos cortos, de cinco meses, vacaciones largas ¡Para poder leer aún más todavía!

Y ahora escuchemos de fondo, toda la tropa de pedagogos y expertos educativos  … “¡Imposible!”, “¡Inaceptable!”, “¡Decimonónico!”, "¡Eso ya no existe!"

¿Que no existe?

En España se imparte desde hace años el llamado “Bachillerato Internacional”, un bachillerato de excelencia. En Cataluña se imparte incluso en institutos públicos, sus alumnos se juegan todo en un único examen final (sí, la Reválida existe, pero solo para el 1%)  y además en castellano.

Si no sabes más de este Bachillerato Internacional es porque tú, como yo, formamos parte del 99% restante.

Y una de las características de este bachillerato es su austeridad. Y que los estudiantes reciben listas de libros para leer.  Que el aprendizaje está basado en libros.

Aprendizaje sólido basado en libros (en papel o en pdf) para el 1% de la población. Aprendizaje gaseoso basado en ciber-embrutecimiento para el 99% restante. Este es el modelo educativo que se está consolidando.



sábado, 9 de mayo de 2020

Palanganeros

Recuerdo los tiempos en los que solo por leer la columna de Vázquez Montalbán de los lunes, solo por eso valía la pena pagar  las cien pesetas que costaba el diario "El País".

Aquellos tiempos en los que los periodistas no habían asumido aún su condición de palanganeros en el burdel mediático.

Como decía en mi anterior entrada, ahora toca martillear la idea de que sin Internet no se puede aprender. Y para ello vale todo.

Vale incluso (¡hay que tener cuajo!) presentarse en ese horrible lugar llamado "La Cañada Real" para recoger el testimonio de Cristian, un chaval que

"sin Internet en la chabola, recibe un taco de deberes cada 15 días".


Que quede claro: Cristian no puede estudiar porque no tiene Internet, y eso es lo inaceptable. Es aceptable, inevitable, la existencia de un vertedero de jeringas usadas (y reusadas) como es "La Cañada Real". Es aceptable que niños como Cristian crezcan en el mayor supermercado de la droga de Europa. Lo que no es aceptable es que no tenga Internet.

En esto, los profesores y responsables educativos hemos asumido, también, nuestra condición de palanganeros del burdel educativo. Exigimos gigas, muchas gigas de datos. Aún no sabemos para qué, (porque todavía no nos han dicho qué enseñar) pero hay que gastar gigas, pedir gigas, usar gigas.

“Algunos centros ni se han preocupado en llamar porque se da por hecho que en todas
las casas existe conexión a Internet”, dice la directora de la fundación.

Lo fácil sería consultar las dudas en Internet, pero consultar las dudas en Internet significa tener Internet. En esta chabola esto se traduce en el tiempo en que le duran los datos del móvil a los padres: no más de una semana.

Internet, "haberlo hailo". Y sería una herramienta fabulosa para que chavales como Cristian, incluso en infiernos como "La cañada Real", pudieran aprender. Lo que no hay son las decenas y decenas de Gigas que exige "la nueva educación": El vídeo, la videoconferencia... Nunca se había exigido tanto para aprender tan poco.

Ya puestos, en vez de esa foto de familia a lo "Los Santos Inocentes" (tiene guasa: Se puede ver al fondo claramente un Mercedes, un BMW, lo que parece un todoterreno de gama alta, y a la derecha, un individuo mirando un móvil), yo hubiera puesto un helicóptero de la UNESCO sobrevolando la zona, lanzando "tacos de deberes" a la población en paracaídas, como en esos reportajes del hambre en Africa.

- ¿Te gusta leer? 
- Me encanta, pero aquí no tengo libros.

¿Y por qué no tiene libros? El reportero dicharachero no nos lo aclara. Misterio. Ya te lo digo yo: Porque eso va en contra del modelo de negocio de Santillana  y sus ominosas "licencias digitales", el modelo "tanto pagas, tanto aprendes".