domingo, 24 de abril de 2016

Cultura emprendedora (Parasofías educativas)

¡Qué susto me llevé el otro día! ¿No te lo he contado? Pues no entro yo en la cafetería como cada mañana y me encuentro con la siguiente portada del diario de Tarragona:

Política: El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, presenta un plan con marcado acento social. No habrá referéndum.


¡Como! Exclamé atónito, ¿acaso nuestro president niega al pueblo catalán su derecho incuestionable para decidir, libre y democráticamente, su futuro en las urnas? ¿Acaso no está la democracia por encima de todo? ¡No hay que temer a las urnas!


¡Ah no!, se refiere a “BCN World”, el gran proyecto empresarial de casinos y hoteles que la Generalitat desea instalar en Salou. Por lo que parece, al gobierno no le parece oportuno que la ciudadanía se pronuncie sobre la conveniencia de dicha iniciativa empresarial. Como tampoco le pareció oportuno hace unos años pasar por las urnas otras iniciativas como la venta de todo el suministro de agua de más de cuatro millones de catalanes a una empresa madrileña. Son cosas empresariales. De los negocios. Y no hay nada menos democrático que el dinero.

De entre todas las parasofías que están invadiendo las escuelas e institutos (la palabra parasofía la encontré el otro día aquí y la encuentro muy afortunada), la emprendeduría,  el aprender a emprender, el aprender a pensar como piensa un empresario, es tal vez la que me produce mayor rechazo, una mayor repulsión. Me imagino que el asco que me produce “el aprendizaje por competencias” se debe a la sospecha de que detrás del concepto de competencia se esconde el utilitarismo propio de la mentalidad empresarial: No importa el que sabes sino lo que sabes hacer... para hacer ganar más dinero a tu empresa. Money makes the world go around...

El gurú educativo oficial, el Sr. Marina, en plena pista de despegue para ser el próximo ministro de educación, es uno de los mayores defensores de la educación “emprendedora”. Y en sí mismo es todo un ejemplo, pues posee una sicav, como las Koplovich, y se relaciona con las grandes empresas internacionales del trabajo temporal como ManPower y tiene contactos con grandes asesorías americanas como McKinsey.

No es de extrañar pues que lo encontremos prologando una línea de cuentos para niños de 0 a 7 años: “Nico el emprendedor ¡Si puedo!”.
El objetivo de estos libros es infundir en los niños más pequeños el espíritu de tenacidad, de optimismo, de perseverancia, de voluntad, que por lo que parece por algún extraño motivo no reciben en la escuela.

Un niño va a la playa con su cubito y su palita con los que construye un castillo de arena. El castillo de arena se derrumba. ¡Oh!. Y el niño, lejos de rendirse, persiste, tenaz, no ceja, hasta alcanzar el éxito.

Y yo, que no recibí nunca formación emprendedora, recuerdo que mi pasatiempo favorito de niño en la playa era precisamente construir castillos de arena durante horas, enormes, increíbles, desafiando todas las leyes físicas para hacerlos más altos y más fuertes, adornándolos con plumas y pichinas, hasta puente levadizo de maderitas con su foso con agua de verdad y todo les ponía. Y todo sin coaching, ni educación emocional, ni competencias básicas, ni educación por el emprendimiento, ni mindfullness...


El otro día un alumno mío, un buen chico de segundo de bachillerato quiere enseñarme el libro que está leyendo en su tiempo libre:

“Los secretos de la mente millonaria" de T. Harv Eker

Siento la misma repulsión por este libro que por toda la  “educación por el emprendimiento” del Sr. Marina, pero como tenía pensado escribir sobre el “Nico el emprendedor”, pensé que tal vez sería interesante relacionar los dos libros, uno para niños y otro para más mayores.



[...]Declaración: Pon la mano sobre el corazón y di: “Soy un excelente receptor. Estoy abierto y dispuesto a recibir enormes cantidades de dinero en mi vida”. Tócate la cabeza y di: “¡Tengo una mente millonaria!”[...]

Bueno, hasta aquí la mierda usual de este tipo de libros. Pero lo escrito en la página 155 me llama poderosamente la atención:


[...]PRINCIPIO DE RIQUEZA: ¡No existe ninguna víctima que sea rica!
Por otro lado, ser víctima tiene definitivamente sus recompensas. ¿Qué saca la gente de ser víctima? La respuesta es atención...[...]


No es sorprendente que en este tipo de libros se hable de ganadores y perdedores, como las dos caras de la misma moneda, los winers y los losers, todo muy americano. Pero habla de víctimas, y con una frialdad y un cinismo que produce escalofríos.

En el mismo bar donde desayuno cada domingo y escribo la entrada semanal de este blog aprovechando su excelente wifi, donde estoy ahora mismo con mi portátil,  pregunté ayer a la dueña por una de las camareras, a la que hace tiempo que no veo, una mujer estupenda, una trabajadora incansable, una luchadora. La dueña me dijo que ya no venía por “asuntos personales”. No la había vuelto a ver desde que apareció con toda la cara marcada. Los asuntos personales eran una paliza que recibió de su marido, y la prohibición de acercarse más ese trabajo y a los otros trabajos con los que mantenía la casa pues según él “recibía malas influencias”. No la hemos vuelto a ver. Una víctima de malos tratos. Mientras tanto, nuestros jóvenes leen libros donde se dice que “ser víctima tiene definitivamente sus recompensas”.

¿De qué estábamos hablando? Ah sí, de que habrá referendum ¡Qué susto me dí!

Bonustrack:
Sobre "Emprendedoría" como pensamiento mágico os recomiendo Emprenedoria i màgia (Diari de Girona, 18/04/2016) (en catalán)

Sobre políticas emprendedoras serias hoy mismo en ABC  Israel, la tierra prometida de la innovación y la tecnología




domingo, 17 de abril de 2016

¿Dónde está mi educación?


Estamos en el 2008. Como cualquier otra familia catalana después de cenar, Marta Sibina y Albano Dante, una pareja de Girona miran TV3, la televisión pública catalana. Y echan anuncios. Y uno de ellos es el de Asistencia Sanitaria Colegial, una mutua médica privada. Un anuncio especialmente duro, contundente.


 Ocho años después, cuesta encontrarlo en Youtube, pero finalmente lo pude encontrar:


Lo que hace especial a este anuncio es que en vez de alabar las excelencias médicas de la mutua, muestra una situación de desamparo, de angustia, de terror, si no contratas los servicios de dicha mutua privada. Es decir, si dependes de la sanidad pública: Si no pagas una mutua médica privada, una buena mutua privada, te puedes morir miserablemente en tu casa sin que una ambulancia te recoja.

Marta y Albano mantienen una pequeña revista de ámbito local en Blanes, "CafèAmbLlet", y al dia siguiente, indignados por la falsedad de este anuncio, denunciaron en su revista el falso mensaje de dicho anuncio.

Es totalmente lícito que una empresa intente mostrar las ventajas que ofrece su producto, pero lo que no es tan lícito es que lo intente hacer con engaños y mentiras. (...) Este discurso de que la sanidad pública nos deja indefensos a las dos de la mañana es falso e interesado y es alimentado con este tipo de anuncios por aquellos que sí nos ayudarán a las dos de la madrugada... siempre y cuando tengamos con que pagar.

Como era de esperar, el día siguiente recibimos una llamada de ASC. Su jefe de prensa, muy amablemente, nos explicaba que la idea del anuncio no era menospreciar el servicio público, sino hacer una comparativa con otras mutuas de pago:
—A veces —me decía el jefe de prensa— nos quedamos con la primera parte del spot y no vemos o sentimos las aclaraciones que, incluso, lleva de forma explícita. ¿Quizá solo vemos lo que queremos ver?
—Hombre, yo veo lo que hay... —le contesté—. En su anuncio lo que se ve es que en nuestro país, si no tienes ASC, nadie vendrá a socorrerte...
—No, lo que decimos es que, si tienes otra mutua, no atenderán el teléfono tan rápido como nosotros...
—Muy bien, pero ¿la pareja que protagoniza el anuncio no sabe que existe el Servicio de Emergencias Médicas (SEM)?
—Pero eso es el sistema público, nosotros hacemos una comparativa con otras privadas...
—Sí, pero su anuncio tiene como base una mentira, ya que omite la existencia de un sistema público. En Cataluña hay un servicio de emergencias público. Hay ambulancias, profesionales de guardia, telefonistas... Según el anuncio, eso no existe...
—Sí, pero nosotros no hablamos de la pública, porque es algo totalmente diferente...
No hubo manera de salir de ese bucle. Es el trabajo de muchos jefes de prensa: disfrazar, distraer e intentar ganar la partida. Si no lo pueden hacer con argumentos, lo intentan por aburrimiento. El anuncio de ASC dejaba en evidencia que la empresa tenía un problema: tenía que vender un servicio que ya existía y por el que los clientes potenciales ya habían pagado.


Marta y Albano se dedicaron durante dos años a investigar qué había detrás de este anuncio, qué había detrás del negocio de las mutuas privadas médicas en Catalunya, y destaparon uno de los mayores escándalos de corrupción política de la historia de Catalunya: Una confabulación entre políticos y empresarios para ir derivando sistematicamente el sistema sanitario público hacia empresas privadas, opacas, desmantelar progresivamente el sistema público de hospitales hacia consorcios privados. Empresas público-privadas: Públicas para recibir dinero público, y privadas para repartir sueldos y beneficios entre empresarios y amigos con absoluta opacidad, y todo con el beneplácito de la clase política.

Todo esto significó para esta pareja años de acoso, de denuncias, de presiones, de censura, que no hicieron más que acrecentar la decisión de seguir adelante, de profundizar aún más, hasta conseguir publicar el libro "Artur Mas: ¿Dónde está mi dinero?" que podeis descargar libremente de Internet, cuya lectura recomiendo:

http://www.cafeambllet.com/press/wp-content/uploads/2013/11/DondeEstaMiDinero.pdf

Los mismos políticos que los denunciaron por calumnias, que  intentaron callarlos con todo tipo de presiones, años después se encontraron en el banquillo de los acusados  por prevaricación, por cohecho, por malversación de fondos, por sinverguenzas.

Los videos promocionales del proyecto "Generation Spain" de la consultora americana McKinsey son terribles. Lejos de mostrar las posibles excelencias de su proyecto (a 3000€ por curso), muestran una visión desoladora de la educación universitaria española:


Los testimonios de los jóvenes que aparecen muestran una educación universitaria desoladora, unos  titulados universitarios incompetentes, incultos, infantiles hasta el bochorno, carentes de la más mínima autonomía, ineptos hasta decir basta, sin el menor rastro de conciencia social, carne de cañón neoliberal.

Esta visión demoledora del sistema educativo nacional no la encontramos en otros videos de la misma fundación para paises como Kenia:


o India:


o Estados Unidos:

La visión catastrofista del sistema educativo sólo se aplica a España. Según esta institución, la universidad española es una fábrica de jóvenes ineptos, incultos, incompetentes, obsoletos, infantiles y fracasados.


Sólo en España se está dando la mayor acumulación mundial de engreídos majaderos gurús de la pedagogía, promocionando las mayores sandeces educativas con la más absoluta desfachatez. Ejemplos aquí y aquí, cada semana aparecen nuevos proyectos privados educativos a cada cual más quijotesco que llenan las páginas de los medios de comunicación. Todo lo privado es moderno, dinámico y productivo, todo lo público es rancio, castrador y perjudicial.

Y todo esto con el beneplácito de los políticos, que lejos de defender lo público, permiten, e incluso financian cualquier iniciativa que vapulee y denigre el sistema educativo público nacional, y al profesorado en particular. Gurús como el empresario-filósofo Jose Antonio Marina y su empresa sicav se postulan como guías del profesorado. Todo esto sólo pasa en España.

¿Qué hace de nuestro país el nuevo El Dorado de todo tipo de charlatanes educativos nacionales e internacionales? En España estamos viviendo el que es el mayor caso de destrucción de propiedad pública de la historia, el caso de corrupción política más escandaloso imaginable: El desmantelamiento de todo un sistema público nacional de educación, que va pasando progresivamente a manos privadas. Y todo esto está pasando delante de nuestros ojos, día a día, año tras año.


domingo, 10 de abril de 2016

El modelo educativo Mckinsey

En geometría el concepto de paralelismo ha sido históricamente una fuente inagotable de quebraderos de cabeza. Las consecuencias derivadas al aceptar la existencia de rectas paralelas en el plano y los axiomas necesarios para construir semejantes objetos son la razón de ser de la geometría euclídea, la única verdadera hasta que a principios del siglo XX se aceptó la posibilidad de negarlo, con el descubrimiento de las geometrías hiperbólicas y elípticas.

El paralelismo tiene algo de aberrante, de terrible, pues significa la distancia insuperable: dos objetos que jamás se tocarán por muy cerca que encuentren, dos objetos que no tienen nada en común.

A todos nos conmovió la horrible imagen del policía griego recogiendo el cadáver de aquel niño inmigrante ahogado en la playa. La fotografía recoge el momento en que se encuentran las rectas vitales del niño y del policía, después de la muerte del primero.
Sin embargo, y sin salir de España, podemos encontrar una imagen aún más dura, aún más terrible si cabe. La fotografía realizada por Javier Bauluz en el año 2003 en una playa de Cádiz, dos jóvenes tomando el sol y al fondo el cadáver de un inmigrante que ha llegado ahogado a la costa de Europa. El fotógrafo muestra el atroz paralelismo de las rectas de los dos jóvenes bajo la sombrilla y la recta que es el joven ahogado a penas cincuenta metros de ellos, sencillamente no lo ven, no lo han visto ni lo verán. Dos realidades en mundos “paralelos”.


Como paralelismo podemos encontrar en otra fotografía de Bauluz del año 2000, la Guardia Civil retirando el ataúd con el cadáver de un inmigrante encontrado ahogado en la playa de Tarifa, mientras al fondo dos personas juegan a las palas, indiferentes. La fotografía muestra de una forma cruda el paralelismo, es decir la falta más absoluta de puntos en común entre el fallecido, intentando llegar a la costa en la patera, muriendo agotado, depositado en la caja, y la vida del turista que mientras tanto jugaba a las palas, que juega a las palas, que seguirá jugando a las palas.


El paralelismo es un concepto atroz, terrible, repulsivo, pues justifica la indiferencia, la inanición. Se entiende pues que para los geómetras de todos los tiempos haya sido algo incómodo, molesto, al que han dedicado los mayores esfuerzos en estudiarlo, en superarlo, en controlarlo.

Precisamente el paralelismo de rectas es la metáfora que utiliza la consultora americana Mckinsey para justificar su modelo educativo internacional “Education to employment”.


Dos rectas paralelas: Los jóvenes, que viven el drama de no encontrar  trabajo, y los empresarios, que viven el drama de no encontrar trabajadores adecuados, convenientemente cualificados. Y una tercera recta, la educación, la formación, que es paralela a ambas, sin ningún punto en común con los jóvenes y sin ningún punto en común con el mundo empresarial.

Esta situación de paralelismo entre el mundo de los jóvenes, el mundo de las empresas y el mundo educativo es lo que Mckinsey denomina “E2E GAP” (Education to Employment Gap) algo así como la brecha entre educación y empleo, una brecha que los señores y señoras de Mckinsey, en lo que podemos suponer un loable espíritu ético histórico, se han propuesto superar, pues por lo que parece, ni nuestras autoridades educativas ni políticas lo hacen. ¡Alabado sea McKinsey!


Por supuesto, la solución propuesta por Mckinsey es doblar la educación a las directrices de las empresas, es decir, una educación de competencias básicas.

En España, el gurú oficial de la educación, Jose Antonio Marina, parece en comunión con las directivas de McKinsey. Podemos leer en su web oficial:

[...]Los informes McKinsey, y todos los estudios llevados a cabo por la OCDE en los últimos años, señalan de forma contundente que la calidad de un sistema educativo depende fundamentalmente de la calidad del profesorado y de las políticas llevadas a cabo con la profesión docente.[...]

En Diagonal Periodico  encontramos [...]Luis Garicano, responsable del programa educativo de Ciudadanos, tuvo la suerte de ampliar su currículo como economista en esta prestigiosa consultora, McKinsey & Co, y que son precisamente Marina y Garicano quienes se han ofrecido para consumar un Pacto por la Educación.[...]

En La Vanguardia de ayer sábado 9/4/2016 encontramos el artículo sobre el proyecto “Generation” de McKinsey, para jóvenes desempleados.

http://www.lavanguardia.com/economia/20160408/40979669040/generation-mckinsey-formacion-empleo.html
 
Generation se lanza a por el talento español. 

Nuevamente la palabra Talento como palabra-fetiche educativa

La consultora McKinsey busca reducir la brecha entre formación y empresa a través de un programa orientado a jóvenes sin empleo.

Y todo por el módico precio de 3000 euros de nada.

Os recomiendo ver el video oficial de “Generation España”. Es alucinante. Los testimonios de varios jóvenes españoles que han cursado “Generation” son alucinantes, no tienen desperdicio.


Destacaría entre todos los del primer joven que aparece:


“En la Universidad te dicen sí, hay que trabajar en equipo, pero nadie te enseña como se trabaja en equipo. Bueno, pues en Generation aprendemos eso”


“Aprendemos a tratar con la gente, a saber hablar, a saber darnos feedback, y eso es cosa que no nos han enseñado nunca”

Es comprensible el drama personal de este joven al que nadie en la Universidad le enseñó como trabajar en equipo, ni a “dar feedback”, ni saber hablar. Pobrecico mío, qué disgusto para los padres.

“Lo que hemos hecho hasta ahora, para mí, tiene más valor que tres años en la Universidad, y eso en un solo mes”

Parece un anuncio de detergente. ¡Generation lava más blanco! 

“Aplicad Generation, porque la verdad después de sentirme frustrado, de ya llegar a un punto de pensar en que a lo mejor no valgo, o a lo mejor no cuento para nadie, pues se me presentó una oportunidad”

¿pero qué demonios le harían en la Universidad a este pobre chaval?

“Y no es que se me haya abierto una puerta, sino que se me ha abierto un abanico entero, como si, a lo mejor es una exageración, pero como si encontrara otro planeta, y dijeras ¡guau! ¡Aquí hay un mundo entero por explotar”

Pues nada chavalote, tú ha "explotar" mundos por ahí, como Dart Vader con la Estrella de la Muerte.

Hace semanas en este mismo blog hablaba de la política educativa de ManPower y su proyecto Human Age Institute. Personalmente creo que todos los que estamos relacionados con el mundo educativo deberíamos informarnos más de instituciones privadas como ManPower o McKinsey, y de su influencia en la educación actual y futura.

Otro paralelismo educativo lo encontramos en el profesorado en general, y en particular el profesorado de matemáticas, al contemplar indiferentes como la asignatura de filosofía va desapareciendo del sistema educativo preuniversitario. Como si las matemáticas y la filosofía no tuvieran nada que ver, como si no fuera con nosotros.

Para profundizar en la educación por competecias, su relación con el neoliberalismo y la desaparición de asignaturas como Filosofía, os recomiendo el artículo



martes, 5 de abril de 2016

De la Generación del 66 a la Generación Z

El artículo “El talento para quien lo trabaja”, publicado en el diario El País el 27 de febrero del 2011 es un buen artículo sobre el concepto de Talento. Pone en tela de juicio la imagen del talento natural, innato, genético, (¡Cuánto daño hizo la película Amadeus!), y reivindica el talento fruto del esfuerzo, del trabajo perseverante, de la tenacidad, la llamada  “Regla de las 10000 horas”: por mucho potencial que se tenga, el éxito se consigue después de practicar y trabajar durante muchísimo tiempo.

Un artículo equilibrado como este, con diferentes puntos de vista razonados, lo encontramos en las páginas de Cultura. Un artículo así jamás lo encontraremos en las páginas de Educación. En primer lugar porque el valor del esfuerzo y del trabajo está totalmente desterrado del lenguaje educativo oficial. Y porque los artículos educativos destacan por su enorme mediocridad.

En La Vanguardia del día 31 de Marzo encontramos esta misma pauta: Encontramos el artículo “La Generación del 66”, del sociólogo Borja de Riquer, en la que se analiza la generación de los estudiantes universitarios en los últimos años del franquismo, aquellos que actualmente se están jubilando.


Una generación luchadora, rebelde, culturalmente sólida, política y socialmente activa, que se empapaba de las influencias de Estados Unidos y del norte de Europa.

Y en el mismo diario y en el mismo día,  pocas páginas después, tenemos el artículo “La revolución de los hijos de Internet” sobre los jóvenes nacidos entre 1994 el 2009, los que próximamente entrarán en la Universidad.


El artículo es pura basura, una cadena de afirmaciones sin la menor justificación, que da a nuestros jóvenes supuestas habilidades, competencias (¡qué asco me da esta palabra!) más que discutibles sin la más mínima justificación.

Por poner un ejemplo de charlatanería y frases rebuscadas:

[...]Como gran diferencia respecto a las generaciones anteriores, está el modo en que las nuevas tecnologías han condicionado su forma de aprender: gracias a internet se han acostumbrado desde pequeños a no depender tanto de padres y docentes para adquirir el conocimiento, a utilizar de manera inmediata fuentes tan dispares en su naturaleza como indiferenciadas en las forma de acceder a ellas, a recibir cantidades ingentes de datos y a discriminarlos con arreglo a su propio criterio[...]


Si lo de "fuentes tan dispares en su naturaleza como indiferenciadas en las forma de acceder a ellas" te parece pura charlatanería, no te pierdas expresiones como "los profesionales más valorados del futuro no serán aquellos que cuenten con una mayor especialización dentro de un campo concreto sino que serán aquellos que sean polímatas y puedan hibridar conocimientos de áreas diferentes" del artículo de prensa original.

Del artículo sólo se salva la fotografía que lo acompaña, una muestra de la terrible dependencia que tienen nuestros jóvenes del teléfono móvil: Sólo viven una experiencia (en este caso un concierto de música) si lo graban, si lo viven EN la pantalla de su móvil.


Pero tal vez lo más inquietante es lo que hay detrás de todo esto. El artículo de la “Generación del 66” está escrito por un eminente sociólogo y historiador, que además habla de su propia generación, mientras que la periodista que firma el artículo de la “Generación Z” se limita a recoger contenidos de un informe producido por Deusto Business School y la consultora Atrevia, es decir, empresas que se dedican a buscar nichos de mercado, a analizar sectores por sus potencialidades consumistas o como mano de obra barata. Es decir, toda una generación de jóvenes que se analiza y estudia por y para la lógica de consumo y productividad capitalistas: Maximalizar el consumo y minimizar los costes laborales.

La llegada de los ordenadores al ambiente doméstico en la década de los 80 significó una oportunidad histórica para superar la cuña productor-consumidor, pues los ordenadores permitían producir y distribuir contenidos alternativos, sin necesidad de grandes infraestructuras. Alvin Toffler, uno de los principales analistas sociales de aquella época, predijo en su libro “La tercera ola” un futuro basado en el conocimiento, que circularía libremente por las futuras redes de comunicaciones.

En los últimos años del franquismo, aquellos jóvenes de la generación del 66, con sus rudimentarias imprentas, con sus fascines, con sus reuniones clandestinas, sin disponer de nada ni remotamente parecido a Internet, fueron capaces de organizarse y de compartir y difundir las ideas que circulaban por el mundo, saltando con imaginación y valentía la censura y el control de medios impuesta por la dictadura franquista. Casi cuarenta años después, la imagen que ofrece el artículo de “la generación Z” es el de una generación cautiva y desarmada, esclava de sus necesidades consumistas y laboralmente sumisa, sin el menor atisbo de conciencia social.

Cuando en el artículo leemos [...]Esos chicos protagonizarán el mayor cambio social de los últimos tiempos, crearán un nuevo mundo, con nuevas reglas, con otros valores, convulsionarán el mercado empresarial y laboral[...] sólo les falta añadir “porque consumirán compulsivamente más que nunca y trabajarán más que nunca bajo las peores condiciones laborales en los últimos tiempos, y encima creerán que viven en el mejor de los mundos posibles”.

En la presentación oficial del informe "La generación Z" queda todo meridianamente claro: [...]Bajo el título de "Generación Z: el último salto generacional", se ha presentado este miércoles 30 de marzo el último estudio elaborado por Atrevia y la Universidad de Deusto, con el objetivo de analizar si las organizaciones se encuentran preparadas para la llegada de los nuevos consumidores y trabajadores[...]. Entre tanto consumo y tanto trabajo cuesta creer que esta generación pueda impulsar algún tipo de "gran cambio social".