jueves, 30 de octubre de 2014

Corrupción política y Campana de Gauss. Ejemplo práctico en Badalona.

Uno de los aspectos más oscuros y extraños del currículum de las matemáticas de nuestro país es su absoluto desprecio por la probabilidad y estadística. Parece que el supuesto énfasis de las matemáticas “competenciales” en la aplicabilidad de los contenidos se reduzca a las “matemáticas del paleta” y las “matemáticas del supermercado”, es decir, calcular baldosas y porcentajes de descuento, unas matemáticas de chichanabo que no son atractivas ni para el más vago de la clase.

Mientras tanto, nuestros alumnos llegan a la universidad sin haber estudiado ni una puñetera hora de probabilidad y estadística en el bachillerato, pues desde hace muchos años la estadística está desterrada de la selectividad (un antiguo acuerdo tácito de la época en que los estudiantes catalanes sólo tenían tres horas de matemáticas a la semana, que se ha mantenido en la actualidad aunque tengan cuatro).

A nuestros alumnos de bachillerato, incluso en la rama social, se les somete a una sobredosis absurda de sistemas de ecuaciones, matrices y análisis mientras que se les mantiene en la más absoluta ignorancia sobre la que es la función matemática más poderosa de la historia, la función que realmente gobierna el mundo: La distribución normal:


Y su forma gráfica: La campana de Gauss:

Un ejemplo de su poder lo encontramos en la noticia del diario “El Periódico de Catalunya” del 29/10/2014:


http://www.elperiodico.com/es/noticias/barcelona/ola-acusaciones-tongo-examen-policia-badalona-3569873


“Ola de acusaciones de tongo en el examen de la policía de Badalona”

Algunos aspirantes al cuerpo de la policía municipal de Badalona, indignados por las extrañas preguntas a las que habían sido sometidos:

[...]«Algunas preguntas eran imposibles de responder. Por ejemplo, qué porcentaje de paro juvenil hay en Europa según una información que publicó la edición digital de El País el pasado mes de marzo», recuerda uno de los denunciantes. El examen se realizó el pasado 1 de septiembre. Había pasado, pues, medio año.[...]

Decidieron realizar un sencillo estudio estadístico sobre los resultados obtenidos en el examen los 670 aspirantes. Y este fue el resultado, tal y como recoge la noticia del periódico:



Efectivamente, aparece la forma típica de la distribución normal, con su forma de campana, centrada alrededor de 6 respuestas correctas... Excepto por una anomalía en la parte de la derecha, Oh! Seis candidatos obtuvieron puntuaciones “estratosféricas”, casi perfectas, entre 17 y 20 respuestas acertadas.

Y, sí, amigos, nadie escapa al poder de la campana de Gauss: un simple acceso a los DNI de estos seis iluminados candidatos ha destapado, una vez más, la cruda realidad de la corrupción política en nuestro país:

[...]Sospechan que a esos seis talentosos aspirantes a agente de la policía municipal les une algún tipo de relación de parentesco con empleados municipales. Según las pesquisas llevadas a cabo por EL PERIÓDICO a raíz de esas denuncias, así es. Dos de ellos son hijos de dos de los actuales escoltas personales del alcalde, Xavier García Albiol (PP). Otros tres son hijos de otros agentes de la Guardia Urbana. En el sexto caso bajo sospecha ha sido imposible de momento verificar una relación de parentesco.[...]

El artículo también nos ofrece una mini lección de estadística preciosa:

[...] El problema en toda polémica de estas características es establecer dónde está la frontera entre lo normal y lo insólito. Uno de los denunciantes se ha tomado la molestia de analizar estadísticamente los 670 resultados a través de la técnica gráfica de la campana de Gauss. Así se aprecia perfectamente lo desconcertante de los resultados del examen. Entre las seis mejores notas y el resto se abre un abismo. La campana de Gauss es una buena herramienta para detectar anomalías estadísticas, y esta lo es.[...]

Ante la aplastante contundencia matemática sería divertido si no fuera tan triste (sobretodo para los desafortunados candidatos que estudiaron de forma honesta sin saber que la prueba era para amigos y familiares) escuchar la defensa de los responsables políticos, que son saben bajo qué piedra esconder su verguenza:

[...] La defensa de la pulcritud del proceso la realiza, en nombre del Ayuntamiento de Badalona, la concejala del PP Maria Jesús Hervàs. Antes que nada, es casi obligado hacerle antes una pregunta. ¿De qué nacionalidad es Cate Blanchett? Hervàs se queda atónita. Duda. «No sé, es de Estados Unidos..., o tal vez inglesa». La mayoría de los aspirantes a guardia urbano tampoco supieron que la respuesta correcta era australiana. Es un consuelo menor. Hay que suponer que los hijos de los escoltas y de los otros tres agentes que aprobaron casi sin mácula lo sabían.
Hervàs explica que el examen es responsabilidad de un tribunal externo y con una mecánica de elaboración del cuestionario que lo blinda contra las filtraciones. ¿Por qué, entonces, se produce esa sospechosa coincidencia de parentesco? Según la concejala, no hay que menospreciar el peso de la tradición familiar, es decir, que la vocación de los aspirantes viene de lejos, y que al igual que los hijos de médicos puede que también sean médicos, los de policías municipales también siguen los pasos de sus padres. Hervàs subraya su tesis con un dato. No es la primera vez que los hijos de escoltas del alcalde ganan unas oposiciones a agentes de policía de Badalona. Sucedió también -dice- cuando la socialista Maite Arqué era alcaldesa. Como colofón añade que también el sobrino de un actual concejal socialista está entre los 12 aspirantes que han superado las pruebas. No quiere con ello acrecentar las sospechas. Sugiere solo que los aprobados estudiaron más y mejor, tal vez porque supieron antes que habría oposiciones.[...]


miércoles, 15 de octubre de 2014

Primeros detenidos de Al-Gebra

Me llega via Google+ (https://plus.google.com/+MarcusBennettamouse) que se han producido las primeras detenciones de miembros de Al-Gebra.




Se recomienda a todos aquellos que posean material potencialmente peligroso (tratados de álgebra, libros de matemáticas no competenciales...) que se dehagan de ellos antes de que las autoridades educativas y didácticas los detecten.

jueves, 9 de octubre de 2014

Incompetencias básicas: Matemáticas y Ébola

La Vanguardia del dia 2 de octubre trae una editorial titulada “La política, como las matemáticas”, que empieza con la siguiente cita a Kennedy:

Edward Kennedy pronunció la siguiente sentencia en el Senado estadounidense:”La política es como las matemáticas, todo lo que no es totalmente cierto está mal”.

Me gusta esta cita porque muestra el valor más precioso de las matemáticas: el amor por la exactitud, la pasión por la rigurosidad, la exigencia incansable de la máxima precisión.

Yo tendría unos quince años cuando llegó a mis manos por primera vez un libro de matemáticas: “Álgebra” , de Roger Godement, un densísimo “tocho” de álgebra del 1965 que todavía no sé a santo de qué disponía la biblioteca pública de Esplugues.

El libro era un buen ejemplo de estructuralismo, muy en la línea dura Bourbaki, en donde cada definición y cada teorema tenía que estar perfectamente justificado por los anteriores, formalizando todo el álgebra sobre la teoría de conjuntos.

Recuerdo en particular la definición de grupo, alrededor de la página 120 (sí, eran necesarias más de 100 páginas de teoría de conjuntos para poder definir con propiedad lo que es un grupo)

“un grupo es un conjunto A junto con una ley de composición que cumpla las condiciones a, b y c (asociativa, existencia de elemento neutro y existencia de elemento simétrico)”

Esta definición venía acompañada de una nota de advertencia, que en la edición española decía algo así como:

“el principiante se cuidará de no decir que un grupo es un conjunto en el que exista una ley de composición que cumpla las condiciones a, b y c, pues se puede demostrar fácilmente que en cualquier conjunto existe una ley de composición que cumpla estas condiciones, y estaríamos diciendo que un grupo es cualquier conjunto”.


Recuerdo como yo me esforzaba en entender el sentido de aquella advertencia leyendo una y otra vez las dos frases, que para mí eran prácticamente sinónimas mientras que para el autor del libro significaban la diferencia entre todo y nada, algo como de vida o muerte.

Aquello era rigurosidad, y aunque de aquel libro no entendía ni la mitad de las cosas, sentí que si aquel señor había dedicado tanto esfuerzo en especificar y matizar cada concepto, las matemáticas tenían que ser algo que valiera la pena.

Lo que aquel autor quería dejar claro era que para definir un grupo era necesario un conjunto de elementos y también tener definida la manera como estos elementos interactúan entre ellos. Las dos cosas.

Porque resulta que matemáticamente es posible asignar a cualquier conjunto de elementos unas reglas de interacción que satisfagan las condiciones de grupo. Y por lo tanto si dices que un grupo es un conjunto de elementos en el que exista una ley de composición que cumpla las condiciones, entonces no estás diciendo nada, pues en todo conjunto imaginable existe seguro al menos una ley así.

Intentaré explicarlo con un ejemplo práctico de actualidad:

Para tener un equipo médico bacteriológico para tratar enfermos con ébola, NO es suficiente con disponer de un conjunto de enfermeros y un conjunto de trajes protectores, confiando en que los trajes dispongan de algún tipo de manual de instrucciones. No. También es necesario detallar como todos estos elementos interaccionarán entre sí, especificando todo con rigurosidad, con exactitud matemática, pues el más mínimo fallo puede tener consecuencias catastróficas.


Porque se puede demostrar matemáticamente que cualquier conjunto de enfermeros, junto con cualquier conjunto de trajes protectores, sin más ni más, forman estructura de equipo bacteriológico, que sí, pero a costa de tener una chapuza de equipo, con las consecuencias de todos conocidas.

Esto con Bourbaki no pasaba.