jueves, 17 de noviembre de 2022

Las notas cambian (primer año triunfal pedagogista)

Leo hoy mismo en La Vanguardia:

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Las notas cambian y deben incluir un plan de refuerzo para el escolar que suspende

[...]El cambio más importante es que el profesor dará información cualitativa y personalizada y, en el caso de que el niño o adolescente haya suspendido, especificará las accionnes que programará para que progrese y aprueba. Esto es para todos los alumnos de la educación básica, de 6 a 16 años.[...]

[...]que cuando un niño no alcance los conocimientos mínimos estipulados se incluyan de inmediato medidas de corrección concretas para evitar que arrastre la falta de conocimiento e impida progresar en los siguientes objetivos[...]

[...]La nueva evaluación[...]busca no constatar el fracaso del alumno, sino conocer las dificultades que ha tenido y poner remedio, aplicando en cada caso un plan individual de refuerzo educativo[...]

[...]La finalidad de esta medida es evitar las repeticiones, el fracaso y, en última instancia, el abandono escolar , actundo en el mismo momento en que se producen las primeras dificultades en el aprendizaje, para evitar que estas crezcan a lo largo del curso hasta el putno de que se conviertan en inabordables para el alumno[...]

Y para rematar:

[...]Si a pesar de introducir medidas correctoras (atención grupal o individualizada, mayor tarea individual...) las dificultades persisten, se planificará nuevas acciones contando con la ayuda de personal educativo[...]

Y lo que el artículo no dice lo digo yo: contando con la ayuda de personal educativo... que no llegará nunca porque la Administración Educativa alegará que no tiene un puto duro y que te tienes que joder como docente con lo que hay, y que si no puedes llegar a todos los alumnos pues mira, tú ya si eso haz lo que buenamente puedas, porque desde el año 2009 vamos saltando de crisis en crisis, de recorte en recorte, y total, si el año pasado podías dar clase con veinticinco alumnos, también podrás aguantar este curso con una ratio de treinta. Que peor están en Ucrania.

La clave de bóveda de todo este disparate no está en lo que se exige al profesorado: Todo el profesorado ya hace lo que puede por corregir y ayudar a los alumnos más necesitados. Todo el profesorado ya detecta las dificultades de los alumnos con problemas y actúa aplicando planes individualizados.

La cuestión aquí es que todo el profesorado tendrá que redactar todas estas acciones en el boletín de notas. Algo absolutamente inútil, una sobrecarga burocrática más. 

Pero ¡ojo! solo en aquellos alumnos que suspendan. Es decir, el mensaje es en este punto nítido: Si suspendes al chaval, tendrás tú como profesor que redactar más que todo lo que el chiquillo ha trabajado en todo el trimestre. Apruébalo y quítate un problema de encima: El problema (la locura) de redactar qué acciones piensas hacer, qué déficits has detectado, que medidas se van a tomar... Y a ver qué dices, a ver qué escribes, no sea que ofendas al chico o chica, o que ofendas a los padres, que les señales con el dedo, les culpabilices de alguna manera...

Y no es solo un disparate burocrático. Es una invasión total del espacio de la familia, de las competencias de las familia como responsables del seguimiento de sus hijos. Es pretender que el profesorado asuma toda la responsabilidad del proceso educativo.

Todo esto es, finalmente, terriblemente cruel. La mafia de la pedagogía ya ha ganado la guerra, ya se ha adueñado de todo el espacio de formación preuniversitaria. No hay ninguna necesidad de machacar tanto al profesorado, cautivo y desarmado, las tropas pedagogistas han ya alcanzado ya sus últimos objetivos. La guerra ha terminado








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