Los problemas de trigonometría o de matemáticas financieras desaparecieron de la selectividad catalana en el año 2003, como desaparecieron los problemas de estadística y probabilidad.
Se estableció un pacto no escrito con el profesorado de bachillerato para una reducción de temarios con el objetivo de “hacer sitio” a las tres horas de lengua catalana en segundo de bachillerato. En aquellos tiempos algunos se preguntaban por qué, en Galicia, también con una segunda lengua, no se reducían temarios. Siempre ha habido muy preguntones.
Ahora, con el nuevo currículum de matemáticas, aparecen de nuevo todos estos conceptos, y la probabilidad y estadística (re)aparece con fuerza, tanto en la rama tecnológica como la CCSS, tanto en primer curso como en segundo. Y todo esto con una reducción de cuatro a tres horas semanales en primero de bachillerato.
Le pregunto a un profesor de matemáticas de uno de los centros de secundaria más grandes de Cataluña cómo harán ellos en su instituto para poder dar todo el temario.
¡Muy fácil!, me dice. Nos hemos inventado una nueva asignatura anual de una hora que dedicaremos precisamente a la probabilidad y la estadística.
¿Pero esto se puede hacer? Pregunto asombrado. ¡Pues claro, nos ampara la ley de Autonomía de Centro!
¡Fantástico! La hora que nos quitan por un lado, la ponemos nosotros por otro. Se puede hacer todo, siempre que no sea "oficial", siempre que quede por debajo del radar mediático.
Y así funciona y funcionará todo. Con flexibilidad y con imaginación se puede hacer todo. Hay y habrá institutos que apuesten por los contenidos, por el esfuerzo, como hay y habrá institutos que apuesten por pegar macarrones pintados en cartulinas negras. Como hay y habrá ricos y pobres, guapos y feos.
La nota discordante la pondremos nosotros, los profesores “vieja escuela”, los que creemos en un sistema educativo igual para todos, tan rígido como nosotros mismos.
Y así todo. Entre el conseller d’educació y los sindicatos (que son como el duo Pimpinela, que no paraban de pelearse y resultó que eran hermanos) han pactado una próxima maniobra de ingeniería docente brillantísima: Reducir una hora lectiva a todos los profesores ¡bien! Pero en enero, con un trimestre acabado ¡Oh! ¿Casualidad? ¡Mis cojones! Sólo los institutos flexibles, los que sean capaces de reorganizar todos los horarios de todos los profesores y de todos los alumnos con el curso empezado podrán aprovecharse de esta mejora, y por el contrario, los institutos rígidos, que no sean capaces de reconstruir todo el marco horario así a bote pronto, no podrán disfrutar de esta reducción, y perderán aún más posiciones en la carrera educativo competitiva entre centros.
Y así, Conselleria i sindicatos de profesores, juntos de la mano, desmantelan el viejo sistema educativo, y con las ruinas que somos nosotros los viejos profesores cimentarán el nuevo sistema educativo, más flexible, más ligero.
Y lo que es más importante y no me cansaré de repetir: Que nadie te engañe, todo esto es absolutamente inevitable.
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