domingo, 21 de enero de 2018

La Saga Millet: El poder corruptor del nacionalismo

El 15 de enero pasado La Vanguardia publicaba la noticia: Fèlix Millet era condenado a 9 años de cárcel por su participación en la trama del 3%, la «mordida» oficial que Convergència i Unió (el partido nacionalista institucional catalán, más de treinta años en el poder) se llevaba de toda obra pública de Catalunya. Fèlix Millet es el símbolo vivo de la degradación y corrupción política de Catalunya después de 30 años de nacionalismo.



http://www.lavanguardia.com/politica/20180115/4435202006/caso-palau-condena-feliz-millet-jordi-montull-daniel-osacar-cdc.html

Exactamente cien años y un día antes, el 14 de enero de 1918, el mismo diario La Vanguardia informaba de que un grupo de ciudadanos de El Masnou, una pequeña población turística costera al norte de Barcelona, habían organizado un mítin público para denunciar lo que consideraban una inmoralidad inaceptable.

http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/1918/01/14/pagina-7/33307206/pdf.html

"Ilustres hijos y entusiastas admiradores de la hermosura y honestidad de la villa de  Masnou, llamaron á los vecinos de ésta y de otras poblaciones de la comarca para que con el calor de los aplausos exteriorizasen su conformidad absoluta con quienes, no dejándose alucinar por el señuelo de especiosas abundancias, muéstranse intransigentes respecto á la instalación de un casino de recreo en la orilla de aquel trozo de mar levantino, bello recuerdo de una era de riqueza y prosperidad por el trabajo..."

Protestaban contra la pretensión de construir un casino de juego en su población.

"...Se hace constar en ella, que el pueblo de Masnou formula la más enérgica protesta contra el intento de establecer el juego de la ruleta; se pide que las autoridades interpongan un valioso influjo para que el intento no prospere y se les advierte que si el propósito se llevara a efecto todos los firmantes del documento, ejercitarán cuantas acciones legales fuese posible para impedir que el escudo de Masnou canjeasen en vez de la casita blanca y las llaves un tapete verde y unos dados..."

Entre los organizadores del evento encontramos a Luis Millet (1867-1941), hermano del abuelo de Fèlix Millet. Lluis Millet, hijo predilecto del Masnou, también conocido como "el maestro".

"...Don Luis Millet lee sus cuartillas. Manifiesta que un sentimiento de pena casi llega a borrar el gozo intenso que la vista del mar azul y la atmósfera despejada y serena le causan cada vez que llega a su tierra natal. Esa pena le induce a excitar a los hijos de dicha vila a que guarden fielmente el sello de su honor, que no es la honestidad de los pueblos cosa que pueda periódicamente alterarse, como las  sino que es permanente y eterna como la ley de Dios de donde dimana. Es lícito el juego en sí, y aún constituye un descanso para el espíritu; pero es altamente reprobable el juego cuyo motor es la ardiente ambición de poseer riquezas sin trabajo, maldita y aborrecida por la sana conciencia humana. Y es mucho más peligroso para la moralidad ambiente el juego elegante que el tabernario, porque éste ya es en su conjunto bastante repulsivo. ¡Explotar el vicio, qué vergüenza! La frase indica un cinismo que no tiene, no puede tener ningún hermano nuestro..."

Luis Millet, el compositor de música, acérrimo catalanista, autor de la adaptación para coro del "Cant dels ocells" y del "Cant de la Senyera" entre otras obras.

Las tres generaciones Millet: Tio abuelo, padre y nieto: Lluís Millet i Pagès (El Masnou, 1867-1941), compositor y director de coro, Fèlix Millet i Maristany (Barcelona, 1903-1967), financiero y mecenas cultural, y finalmente el nieto, Fèlix Millet Tusell (Barcelona, 1935), empresario y corrupto oficial del régimen.

En exactamente cien años, sin salirnos de la misma rama familiar, sin salirnos del mismo país, sin ni siquiera salirnos del mismo periódico, los Millet siempre han estado detrás del escenario, son un magnífico especimen para estudiar el ciclo vital del nacionalismo, desde sus orígenes patrióticos, constructivos, dignos, de como empiezan a introducirse intereses empresariales, financieros, (en el caso de esta familia es espectacular: Banca Catalana, el Banco Popular, el Opus Dei, la fundación de Òmnium Cultural...), como los principios patrióticos se van corrompiendo por la codicia económica, hasta acabar podridos en la corrupción, la corrupción más profunda: La corrupción económica, la corrupción política y la corrupción moral. Hasta que todo reventó en el aquelarre independentista del "procés".

Una saga familiar para poder sentir ternura cuando el niñato cupero de turno nos señale con el dedo acusándonos de no estar a favor del "derecho a la autodeterminación del pueblo catalán".

Y finalmente, en el terreno educativo, una saga familiar para poder explicar cómo es posible que la consellera de educación catalana, Clara Ponsatí, acabe "exiliada" en Bruselas. "Todo empezó hace cien años, cuando los padres de la patria, como Lluis Millet..."

Las últimas palabras de aquel discurso de 1918 son magníficas:

"...Terminó su discurso manifestando que es forastero en un pueblo aquel que quiere cambiar el modo de ser del mismo, y que muchas veces la 'forasteralla' no hay que buscarla en el exterior, sino que procede de dentro".

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