El 15 de enero pasado La Vanguardia publicaba la noticia: Fèlix
Millet era condenado a 9 años de cárcel por su participación en la trama
del 3%, la «mordida» oficial que Convergència i Unió (el partido
nacionalista institucional catalán, más de treinta años en el poder) se
llevaba de toda obra pública de Catalunya. Fèlix Millet es el símbolo
vivo de la degradación y corrupción política de Catalunya después de 30
años de nacionalismo.
http://www.lavanguardia.com/politica/20180115/4435202006/caso-palau-condena-feliz-millet-jordi-montull-daniel-osacar-cdc.html
Exactamente
cien años y un día antes, el 14 de enero de 1918, el mismo diario La
Vanguardia informaba de que un grupo de ciudadanos de El Masnou, una
pequeña población turística costera al norte de Barcelona, habían
organizado un mítin público para denunciar lo que consideraban una
inmoralidad inaceptable.
http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/1918/01/14/pagina-7/33307206/pdf.html
"Ilustres
hijos y entusiastas admiradores de la hermosura y honestidad de la
villa de Masnou, llamaron á los vecinos de ésta y de otras poblaciones
de la comarca para que con el calor de los aplausos exteriorizasen su
conformidad absoluta con quienes, no dejándose alucinar por el señuelo
de especiosas abundancias, muéstranse intransigentes respecto á la
instalación de un casino de recreo en la orilla de aquel trozo de mar
levantino, bello recuerdo de una era de riqueza y prosperidad por el
trabajo..."
Protestaban contra la pretensión de construir un casino de juego en su población.
"...Se
hace constar en ella, que el pueblo de Masnou formula la más enérgica
protesta contra el intento de establecer el juego de la ruleta; se pide
que las autoridades interpongan un valioso influjo para que el intento
no prospere y se les advierte que si el propósito se llevara a efecto
todos los firmantes del documento, ejercitarán cuantas acciones legales
fuese posible para impedir que el escudo de Masnou canjeasen en vez de
la casita blanca y las llaves un tapete verde y unos dados..."
Entre
los organizadores del evento encontramos a Luis Millet (1867-1941),
hermano del abuelo de Fèlix Millet. Lluis Millet, hijo predilecto del
Masnou, también conocido como "el maestro".
"...Don
Luis Millet lee sus cuartillas. Manifiesta que un sentimiento de pena
casi llega a borrar el gozo intenso que la vista del mar azul y la
atmósfera despejada y serena le causan cada vez que llega a su tierra
natal. Esa pena le induce a excitar a los hijos de dicha vila a que
guarden fielmente el sello de su honor, que no es la honestidad de los
pueblos cosa que pueda periódicamente alterarse, como las sino que es
permanente y eterna como la ley de Dios de donde dimana. Es lícito el
juego en sí, y aún constituye un descanso para el espíritu; pero es
altamente reprobable el juego cuyo motor es la ardiente ambición de
poseer riquezas sin trabajo, maldita y aborrecida por la sana conciencia
humana. Y es mucho más peligroso para la moralidad ambiente el juego
elegante que el tabernario, porque éste ya es en su conjunto bastante
repulsivo. ¡Explotar el vicio, qué vergüenza! La frase indica un cinismo
que no tiene, no puede tener ningún hermano nuestro..."
Luis
Millet, el compositor de música, acérrimo catalanista, autor de la adaptación para coro del "Cant
dels ocells" y del "Cant de la Senyera" entre otras obras.
Las tres generaciones Millet: Tio abuelo, padre y nieto: Lluís Millet i Pagès (El Masnou, 1867-1941), compositor y director de coro, Fèlix Millet i Maristany (Barcelona, 1903-1967), financiero y mecenas cultural, y finalmente el nieto, Fèlix Millet Tusell (Barcelona, 1935), empresario y corrupto oficial del régimen.
En
exactamente cien años, sin salirnos de la misma rama familiar, sin
salirnos del mismo país, sin ni siquiera salirnos del mismo periódico,
los Millet siempre han estado detrás del escenario, son un magnífico
especimen para estudiar el ciclo vital del nacionalismo, desde sus
orígenes patrióticos, constructivos, dignos, de como empiezan a
introducirse intereses empresariales, financieros, (en el caso de esta
familia es espectacular: Banca Catalana, el Banco Popular, el Opus
Dei, la fundación de Òmnium Cultural...), como los principios patrióticos se van corrompiendo por la
codicia económica, hasta acabar podridos en la corrupción, la corrupción
más profunda: La corrupción económica, la corrupción política y la
corrupción moral. Hasta que todo reventó en el aquelarre independentista del "procés".
Una
saga familiar para poder sentir ternura cuando el niñato cupero de
turno nos señale con el dedo acusándonos de no estar a favor del
"derecho a la autodeterminación del pueblo catalán".
Y
finalmente, en el terreno educativo, una saga familiar para poder
explicar cómo es posible que la consellera de educación catalana, Clara
Ponsatí, acabe "exiliada" en Bruselas. "Todo empezó hace cien años,
cuando los padres de la patria, como Lluis Millet..."
Las últimas palabras de aquel discurso de 1918 son magníficas:
"...Terminó
su discurso manifestando que es forastero en un pueblo aquel que quiere
cambiar el modo de ser del mismo, y que muchas veces la 'forasteralla'
no hay que buscarla en el exterior, sino que procede de dentro".
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