La historia de John Saxon (1923-1996)
es una historia de éxito personal, pedagógico y empresarial. Es la
historia de un militar graduado en ingeniería en West Point (1949),
piloto de combate condecorado en la guerra de Corea (1950-51) y en la
de Vietnam (1968-69), que en 1970 se retira del ejército para incorporarse como
profesor de matemáticas en un instituto de secundaria en Oklahoma.
Como profesor de matemáticas intenta
transmitir sus valores personales (esfuerzo personal, claridad,
orden...) a sus alumnos, y también en sus propios libros de texto
(“Saxon Math”) que va escribiendo como refuerzo para sus alumnos.
Intermediate Algebra (1976), Incremental Algebra Book I (1977),
Algebra: An Incremental Approach, Volume 2 (1979)...
El éxito de sus libros es enorme. Los
resultados de los alumnos que siguen su metodología es
incuestionable. Los peores alumnos con los libros de Saxon obtienen
resultados equivalentes a los mejores alumnos con otros libros de
texto.
En los años ochenta John Saxon
desarrolla su propia empresa editora de libros de texto de
matemáticas con un éxito impresionante. En el momento de su muerte,
en 1996, su editorial generaba unas ventas de 27 millones de dólares
anuales.
John Saxon entendía las matemáticas
como un lenguaje: El lenguaje con el que se escribe la ciencia. Como
en todo lenguaje, ciertos alumnos tienen la suerte de entenderlo
enseguida, otros necesitan más tiempo. Pero con paciencia y con
mucha práctica todos sin excepción pueden (deben) llegar a
dominarlo. Este lenguaje se llama álgebra. Las matemáticas de John
Saxon se centran en dominar el álgebra.
Como buen ingeniero, John Saxon amaba
la claridad y los resultados. En las matemáticas de un ingeniero los
resultados importan, pues cualquier mínimo error puede significar
pérdidas económicas e incluso humanas tremendas.
Para John Saxon la creatividad es
valiosa, pero no se puede enseñar. Tampoco se puede enseñar el
arte de resolver problemas. Se tiene o no se tiene, por lo tanto, el
aprendizaje no puede depender de estas facultades.
En sus libros de texto, la práctica
constante hasta el aburrimiento es fundamental. Los deberes son
necesarios. En sus matemáticas se utilizan y se trabajan los
algoritmos tradicionales, que también conocen los padres de los
alumnos, por lo que pueden ayudar a sus hijos en las tareas sin que
sea traumático.
Los libros de John Saxon son sobrios,
sin apenas dibujitos decorativos, en blanco y negro, son libros
baratos pensados para entrenar la mente, para practicar.
Teorías como “las inteligencias
múltiples” de Howard Gardner no caben en la metodología de Saxon,
ni tantas y tantas pseudociencias que actualmente ahogan el
aprendizaje. Saxon solía decir sobre los pedagogos: “Ideas in math
education seem to be evaluated not on their own merits and on whether
or not they work but on the ostensible qualifications of the people
who propose them and support them”. (Parece que las propuestas en
educación matemática no se evalúan en sus propios méritos o si
funcionan o no, sino en las ostensibles calificaciones de los que las
proponen y de los que les apoyan).
Otro de los principios de Saxon es considerar que el aprendizaje de las matemáticas es algo fundamentalmente individual, algo que no se puede subtituir por el trabajo en grupo:
Otro de los principios de Saxon es considerar que el aprendizaje de las matemáticas es algo fundamentalmente individual, algo que no se puede subtituir por el trabajo en grupo:
"Mathematics is an individual sport and is not a team sport."
Y por si fuera poco, los resultados en
pruebas oficiales (ACT, SAT...) demostraban que la metodología de
Saxon obtenía buenos resultados incluso en colectivos como el de las
féminas o algunas minorías étnicas, que en Estados Unidos
tradicionalmente han demostrado menos interés por las matemáticas.
Pues bien. Jamás oiréis hablar de John Saxon. Ni
una sola referencia. Ni una sola mención. Jamás. Como si no hubiera
existido nunca. El motivo es muy simple: Su metodología era
tradicional, basada en el sentido común. El título de su biografía ya lo deja claro: “John Saxon's Story: A genius of common sense in math education”. Un libro que merece la pena leer.
Toda su forma de entender el
aprendizaje de las matemáticas era diametralmente opuesta a la
doctrina pedagógica oficial de los “NCTM Standards”, lo que le
supuso el más absoluto obstracismo oficial.
En 1989 el NCTM (National Council of
Teachers of Mathematics), autoproclamado autoridad máxima
pedagógica, publicó un documento llamado “Curriculum and
Evaluation Standards for School Mathematics” que se convirtió
automáticamente en doctrina oficial del aprendizaje de las
matemáticas. No sólo de los Estados Unidos, en España (al menos en
Catalunya) el nefasto currículum oficial de matemáticas para la
enseñanza preuniversitaria se basa en estos "NCTM Standards". El impresentable currículum oficial de matemáticas de Catalunya es una mala
imitación de una mala idea.
Los NCTM Standards pretendieron imponer
una revolución en la forma de enseñar las matemáticas basada en el
constructivismo: El aprendizaje lo va construyendo el alumno a partir
de sus vivencias y de su entorno. Según esta doctrina pedagógica,
el aprendizaje tradicional, con el profesor llenando de contenidos la
mente del alumno es pura tortura. El alumno es el protagonista de su
aprendizaje, el profesor es un simple guía, que no fuerza, no
impone. El planteamiento “child-centered” de los NCTM Standards,
veinticinco años después, monopoliza sin ofrecer el más mínimo
resquicio a la crítica nuestra pedagogía oficial. Aunque los
resultados indiquen que es un desastre absoluto, aunque la realidad
muestre que, por primera vez en la historia, las nuevas generaciones
son significativamente más incultas que las anteriores. ¿El truco?
Ir adulterando progresivamente las pruebas diagnóstica, o
eliminándolas descaradamente (Selectividad, Reválidas...), para
evitar la evaluación objetiva.
Para la NCTM, el planteamiento de Saxon
era sencillamente inaceptable. Por mucho que los resultados indicaran
lo contrario. John Saxon luchó toda su vida por el
reconocimiento oficial de su propuesta y de sus resultados. Sin conseguirlo.
Se le acusó de pretender unas
matemáticas mecánicas, rutinarias, sin imaginación, sin
creatividad. Pero esta pretendida matemática creativa y divertida
significaba en la realidad que, por ejemplo, los negros de los
suburbios dejaran de aprender las bases del álgebra (rutinario,
duro, mecánico) necesarias para cualquier estudio superior
científico. Era (es, lo sigue siendo) condenarles a la pobreza. John
Saxon no dejó de denunciar la cara oculta de la enseñanza
“lúdica”. Si se deja en manos del alumno y de su entorno el ritmo
de aprendizaje, sólo los ricos, que disponen de óptimos
entornos culturales llegarán a “construirse” los conocimientos
que les permitirán obtener los buenos puestos de trabajo.
La educación “child-centered”,
pretendiendo poner en el alumno la responsabilidad de su aprendizaje, es el
ejercicio de irresponsabilidad generacional más vergonzoso de la
historia. No ha conseguido ningún resultado, ha entorpecido tanto
como ha podido el desarrollo de iniciativas profesionales honrosas
como la de Saxon, y sobre todo, ha atomizado la educación en una
infinidad de casos excepcionales, la ha fracturado irremediablemente.
Un ejemplo de esta fractura: En el diario de Tarragona del 6/1072016 , un director de una escuela privada (¡fractura!) concertado (¡otra fractura!) que separa a los estudiantes por sexo (¡otra fractura!) defiende la separación de chicos y chicas por las diferencias en el aprendizaje (¡otra fractura!) entre los dos sexos. Y en su defensa apela, naturalmente, a los principios del “child-centered" y toda su verborrea.
Un ejemplo de esta fractura: En el diario de Tarragona del 6/1072016 , un director de una escuela privada (¡fractura!) concertado (¡otra fractura!) que separa a los estudiantes por sexo (¡otra fractura!) defiende la separación de chicos y chicas por las diferencias en el aprendizaje (¡otra fractura!) entre los dos sexos. Y en su defensa apela, naturalmente, a los principios del “child-centered" y toda su verborrea.
Fracturas, fracturas y más fracturas. Nunca dejaremos de pagar fracturas.
Gerard: No crec que es tracti de pobres i rics en una societat concreta. La ignorància generalitzada que s'està intentant promocionar, des del meu punt de vista és provocada per l'interès en fer una bona base de clients per a tota mena d'aplicacions informàtiques. I no és que en una societat hi hagi gent amb coneixements per a tractar amb la realitat, i ignorants per l'altra banda. Penso que l'objectiu és que tothom sigui ignorant. I que fins les classes més ben situades depenguin de l'us d'aplicacions. El cas més flagrant és el compliment de les normatives d'aïllament tèrmic dels edificis. Ja no serveix de res tenir coneixement sobre la transmissió del calor o del so. En aquest moments, s'ha de saber fer servir el programa "LIDER-CALENER" que regala el Ministeri. (O versions de pagament d'altres empreses) En aquest cas els programes són un exemple de mala concepció, mala programació, i resultats erronis, però que el seu ús és imprescindible per a que la Administració aprovi un projecte.
ResponderEliminarAquest és l'exemple més barroer i de la Marca España, però per altra banda tothom està sotmès a l'us de programes com l'Autocad, una espècie de monopoli de la empresa Autodesk. Un programa que desa les dades del treball en un format inaccessible per a l'usuari, a no ser que segueixi comprant programes de la mateixa marca.
La Indústria del Software concentra el coneixement.
Els de fora d'aquesta indústria, seràn simples usuaris del coneixement. A no ser que algú se n'adoni i intenti fer alguna cosa.
Com per exemple tornar a ensenyar bé.
Hola Maurici! Gràcies per comentar. Tens tota la raó. Es tracta de externalitzacions descarades de bens públics cap a objectes privats que sempre s'hauran de pagar. Per al pròxim diumenge tinc pensada una entrada per al meu blog sobre el programa "Mathematica" en aquest sentit. Per cert, sobre "externalització", et recomano aquest article sobre "Nova Aula 21": http://www.nuvol.com/opinio/lescola-publica-catalana-en-mans-de-la-nova-filantropia/
EliminarDel programa mathematica, no en se res. No l'he fet servir mai. Però si que faig servir el Wolfram Alpha. És una joguina fantastica!.
ResponderEliminarEl que sí que he viscut, són uns moments foscos a l'origen de Wolfram: Eric W. Weisstein: https://en.wikipedia.org/wiki/Eric_W._Weisstein
I aquest fragment:
"MathWorld became involved in a legal dispute with the CRC Press in March 2000. The CRC Press claimed MathWorld violated the copyright on the CRC Concise Encyclopedia of Mathematics. During the dispute a court order shut down MathWorld for over a year starting October 23, 2000. According to Eric Weisstein’s personal site he restarted MathWorld on November 6, 2001.[1] This ultimately led[citation needed] to the creation of PlanetMath. Wolfram Research, Stephen Wolfram, and Eric Weisstein settled with the CRC Press for an undisclosed financial award and several benefits. Among these benefits are the inclusion of a copyright notice of the CRC Press at the bottom of all webpages in MathWorld and legal rights to reproduce MathWorld in book format again.
ScienceWorld, also known as Eric Weisstein's World of Science, was unveiled to the general public in January 2002. ScienceWorld includes more than 1,000 entries in many fields of science including astronomy, chemistry, physics and biographies of scientists".
Per una disputa legal, van obligar a tancar la pàgina durant anys. I ara, com a mínim van ser condemnats a haver de posar el nom de l'autor del traball (en un lloc prou amagat, però)
És el primer drama que vaig conèixer de l'internet.
Això no ho sabia, m'ho miraré bé, però darrera de Mathematica i dels seus inicis hi ha tema per donar i vendre. Escriuré el que sé a veure què et sembla.
Eliminar