jueves, 25 de agosto de 2016

Neurología: Jerarquizantes vs. Igualitaristas

Encontramos a David Bueno, profesor de "neurociencia" de la Universidad de Barcelona, en La Contra de La Vanguardia:

"[...]Pregunta: ¿Podría haber un genoma independentista y un genoma unionista?
Respuesta: Hay genomas que condicionan cerebros más jerarquizantes... o más igualitaristas, y cabe deducir que estos últimos serán individuos más proclives al independentismo.[...]"





La Neurociencia reduce y explica. No se le puede pedir más a una ciencia. Reduce el dilema catalán independentista-unionista a lo genético, y por el mismo precio lo explica: Cerebros jerarquizantes y cerebros igualitaristas.
Hay que joderse con la metafísica. Porque yo que lo llevaba fatal con eso de ser "unionista", que me sentía raro, como un actor de reparto en "Lo que el viento se llevó", ahora resulta que soy genéticamente “jerarquizante", y poco o nada "igualitarista", que por lo que nos dice este "experto" son conceptos antagónicos. 
Y somos millones los jerarquizantes catalanes: Nosotros los charnegos, quillos de Cornellà, chonis de L'Hospitalet, los nens de Castefa... Incluso tal vez podamos encontrar en la  "neurociencia" explicación racional al milagro de la transmutación del Sr. Gabriel Rufián, el charnego que salió de la nada más absoluta en Santa Coloma y ascendió a los cielos como diputado independentista catalán en las cortes españolas, por mediación divina o por mutación cromosómica, no me cabe otra explicación.

A mí no me preocupa encontrar a este señor en el diario "Ara" iluminándonos con artículos como

"Porqué huímos del lobo pero pisamos las hormigas"

porque hasta para estos enigmas humanos encontramos en  la "neurociencia" detallada y puntual explicación racional.

Me preocupa, y mucho, encontrar a este señor y su "neurociencia" como andamiaje científico del movimiento antievaluativo-antiexámenes-antideberes de la escuela catalana moderna:

El somni d’acabar amb (tots?) els exàmens
Cada cop més centres educatius resten pes als exàmens en les seves avaluacions i aposten per l'autoavaluació dels alumnes amb la supervisió dels docents.

"[...]“Les emocions i l’autoestima són fonamentals per als alumnes”, considera la directora. Aquesta ha estat una convicció repetida per prestigiosos pedagogs des de fa gairebé un segle, però ara compta a més amb el suport de la neurociència. El professor David Bueno (UB), genetista i divulgador, subratlla com la sanció en l’avaluació és una via morta, sobretot per a aquells que la reben constantment[...]"

("Las emociones y la autoestima son fundamentales para los alumnos", considera la directora. Esta ha sido una convinción repetida por prestigiosos pedagogos des de hace casi un siglo, pero ahora cuenta con el soporte de la neurociencia. El profesor David Bueno (UB), genetista y divulgador, subraya como la sanción en la evaluación es una via muerta, sobre todo para aquellos que la reciben constantemente...)

Parece ser que las emociones y la autoestima no fueron fundamentales para los alumnos hasta bien entrado el siglo XX, y aún así sólo en ciertos círculos pedagógicos prestigiosos. Pero es que ahora, además del "prestigio" de la pedagogía, lo avala el "prestigio" de la neurociencia. Y si dos ciencias prestigiosas dicen lo mismo no me jodas es que ha de ser verdad pero fijo. Porque sólo una, igual se equivoca, no te digo yo que no, pero dos, ca.

La pedagogía, como la neurociencia, reduce al mismo tiempo que explica. Todo se reduce a no poner deberes, a no evaluar... Reducir, simplificar, independentista o unionista, jerarquizante o igualista. Para ello no nos parece contradictorio en pos de la modernidad, desempolvar antiguas teorías decimonónicas pedagógicas que la historia había enterrado en el basurero de las cosas inútiles, junto con todas aquellas teorías americanas del siglo pasado sobre las raíces neuronales de la homosexualidad, de las teorías raciales de la delincuencia, de toda la “neurociencia” en general. 

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