domingo, 26 de junio de 2022

La patria verdadera

Para mí que la verdadera patria no es un lugar, sino un tiempo. Que uno no vive en un lugar, sino en un momento. Que tu compatriota es tu coetáneo. 

Me cuesta diferenciar tierras, me parecen todas iguales. Como cuando voy a comprar a Fraga, y cruzo la frontera entre Aragón y Cataluña, pasado Serós, veo a un lado y otro la misma tierra de secano, pobre y quemada. Justo en la frontera hay una gasolinera atrotinada, que si no te lo dicen parece que estás en la Ruta 66, en pleno desierto de Arizona.


Y esto viene a cuento porque ayer llegó a mis manos un libro de problemas de geometría, escrito por un joven chino llamado Jerry Gu.

Geometry Problems For Math Competitions (Jerry Gu, 2021)

Y como ahora tengo más tiempo, me entretuve leyendo el prólogo, que me conmovió en lo más profundo (la traducción es mía):

"[...]Nunca podré dejar de agradecer lo suficiente a mis padres, Yong Gu y Lily Qiao, por su amor y apoyo incondicional. Mi padre forma parte de una primera generación de inmigrantes que creció en una zona rural de China de extrema pobreza. Durante su infancia, tuvo una curiosidad insaciable que le impulsó a aprender sobre cualquier tema nuevo que le llegaba. La familia no podía costear la compra de libros, por lo que se pasaba horas estudiando en librerías y bibliotecas. La pasión de mi padre por el aprendizaje, a pesar de las circunstancias, tuvo su recompensa al alcanzar una puntuación alta en la Olimpiada Matemática China y ser admitido en una de las mejores universidades de China, llegando a ser el primer miembro de la familia en obtener un título universitario. 

Mi madre, científica y profesora, fue también la primer miembro de su familia en obtener un título universitario. Su amor por la ciencia y su pasión por la enseñanza me han inspirado cada día de mi vida.

La historia del éxito de mis padres me ha motivado para trabajar duro por alcanzar mis sueños. [...]"

Yo, como los padres del autor, soy el primero de mi familia en alcanzar un título universitario. Mis padres, como lo fueron sus abuelos, también crecieron en unas zonas de España de estrema pobreza. Mis cuatro abuelos fueron campesinos analfabetos. Mi madre leía de niña a la luz de un quinqué, ¿hace falta que siga?

Mi vida, como la suya, gira alrededor del conocimiento, del aprendizaje, de la cultura, del valor del esfuerzo, de la superación personal. Todo esto es mi verdadera patria y bandera. Yo soy compatriota de este chino, yo le abría mi casa, le invitaba a cañas, compartía con él mi bocadillo.  

Ahora que hemos perdido la guerra educativa en las escuelas e institutos, ahora que, cautivo y desarmado el gremio docente, los malditos expertos educativos y gurús de la pedagogía son dueños y señores de una docencia degradada hasta la anorexia, toca enarbolar bandera en Internet, el lugar en el que nos encontraremos todos los amantes del conocimiento y la cultura.

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