El pasado día 10 falleció a los 97 años Pere Mir, el gran mecenas de la ciencia catalana. Un químico brillante que hizo una considerable fortuna gracias a sus más de veinte patentes para el tratamiento industrial de la madera.
En el momento de su jubilación como empresario decidió dedicar una parte de los beneficios obtenidos en la venta de su empresa, Derivados Forestales, a la creación de la fundación Cellex para impulsar la investigación científica entre la juventud catalana.
Una de las iniciativas de la fundación Cellex es el programa CiMS-Cellex, que otorga becas de estudio a jóvenes brillantes que deseen estudiar el Bachillerato Internacional.
El Bachillerato Internacional es un bachillerato organizado y desarrollado por una institución privada con sede en Ginebra que ofrece un programa de estudios sólido y exigente, que prepara a los jóvenes para afrontar con éxito unos estudios universitarios de calidad.
El Bachillerato Internacional es un producto educativo pensado para ofrecer un aprendizaje sólido a aquellos Estados, naciones o territorios que por el motivo que sea (hablar de tercermundismo tal vez sería peyorativo para muchas naciones de África) son impotentes para consolidar uno propio. España y Catalunya serían dos claros ejemplos de naciones incapaces de desarrollar ni mantener sistemas educativos con la más mínima solidez.
El Bachillerato Internacional se puede cursar actualmente en varios centros privados y también públicos de Catalunya, con y sin beca Cellex. Es un bachillerato basado en la cultura del esfuerzo, en el aprendizaje de contenidos, y en una estricta y rigurosa prueba final, una reválida. Una reválida final que tiene un coste de más de 1200 euros y que los padres deben pagar de su bolsillo (y que para más inri los jóvenes catalanes hacen en castellano).
En el Bachillerato Internacional encontramos como valores exactamente los mismos elementos (conocimientos evaluables en exámenes, esfuerzo, reválida...) que los medios de comunicación y los “expertos” educativos repudian. Siempre discretamente, fuera del foco mediático, pues en el capitalismo lo bueno y lo masificado son incompatibles.
En Catalunya, donde se encuentra el mayor número de expertos educativos por metro cuadrado del mundo, nadie jamás habla del Bachillerato Internacional. Como diría Pujol, això no toca.
Y es que, naturalmente, aunque una nación se desintegre, (y su decadente sistema educativo sea el reflejo de dicha desintegración), siempre será necesario educar y producir una mínima pero selecta cantidad de jóvenes profesionales cultos que ocupen los puestos de responsabilidad. Y siempre habrá capitalistas que con sus generosas aportaciones filantrópicas ayuden a perpetuar este sistema.
Retrocedemos a marchas forzadas al provincialismo del siglo XVIII: Vestimos a nuestros jóvenes de vistosos trajes regionales, y llevamos a nuestros mejores estudiantes a estudiar al extranjero, al bachillerato “Internacional”, gracias a la generosidad de los ricos mecenas, los impulsores de la ciencia del Ancient Regime.
Pere Mir tambe ha estat un dels principals impulsors del MMACA (Museu de les matemàtiques) de Cornellà:
ResponderEliminarhttps://twitter.com/MMACA_cat/status/842400829864853504
Pere Mir ha estat també un dels més importants recolzament en la creació del MMACA
ResponderEliminarEstimado Gerard, dices: "España y Catalunya serían dos claros ejemplos de naciones". No lo entiendo. Que yo sepa, España es una nación que empezó a formarse (si no a existir como tal, puesto que una nación se forma poco a poco) a partir de la unión de los reinos de Castilla y de Aragón. Antes no existía en absoluto. Es decir, nunca en toda la historia de la Humanidad ha existido una nación llamada España de la que no haya formado parte el reino de Aragón (del cual formaba parte un espacio geográfico llamado Cataluña). España ha sido siempre una nación de la que ha formado parte Cataluña. España no existe sin Cataluña. Por eso no tiene sentido hablar de una confederación entre España y Cataluña. Para no hablar de otras presuntas naciones que no formarían parte de España. No sé qué nombre podría tener el espacio geopolítico resultante del desmembramiento de España, pero lo que sí es seguro es que ese nombre no podrá ser "España". Me parece.
ResponderEliminarHola sardolux. Te pido disculpas por no haber respondido ni publicado tu comentario antes. Blogger cambió la forma de notificármelos, yo no lo sabía, y pensaba que no me llegaba ninguno, hasta que hoy he descubierto que se iban acumulando en una carpeta cuya existencia desconocía. Ha sido desagradable descubrirlo porque si agradezco que alguien me lea, aún más agradezco a los que tenéis la cortesía de comentar alguna cosa que he escrito.
EliminarSobre el tema que planteabas, estoy totalmente de acuerdo con lo que me dices, pero creo que es compatible con llamar "nación" a Catalunya. Estarás de acuerdo conmigo en que Catalunya satisface muchos de las características de una nación.