jueves, 25 de junio de 2020

¡Viva Portugal!

Cuando te vengan con chorradas educativas de un país lejano
¡Responde tú con el dato concreto del país de al lado!

Me he entretenido unos días en traducir y resolver la prueba de selectividad de matemáticas del año pasado de Portugal.


Una prueba exigente, de temario amplio, con calculadora y sin calculadora, con geometría, con trigonometría, con probabilidad y estadística, con combinatoria, números complejos, progresiones, cónicas...

Sin la demencial obsesión que tenemos aquí por las matrices 3x3, los sistemas sobresaturados de parámetros o por las derivaciones de funciones absurdamente barrocas.

Comparada con la portuguesa, las diecisiete (!) pruebas españolas destacan por su mediocridad.

Y entre toda esta mediocridad, destaca sin duda la prueba catalana, que, además de todas estas carencias y de destacar por encima de todas por su extrema anorexia, carece desde hace una década de todo el bloque de la probabilidad y estadística. Precisamente la matemática con más aplicaciones prácticas en la vida real, la más necesaria, sí, la de las epidemias...  ¿Es un fet diferencial català?

Los jóvenes catalanes llevan más de una década sin saber lo que es el teorema de Bayes o la distribución normal. Bueno, sí, lo saben por la serie Big Bang Theory:



¿Por qué? ¿Qué consecuencias tiene toda esta mediocridad institucional? ¿Por qué los jóvenes de Portugal acaban su etapa preuniversitaria con una prueba de matemáticas cien veces más exigente que la española?

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