lunes, 14 de enero de 2019

Réquiem por filólogos y matemáticos


¿Te cuento un secreto? Tú y yo estamos solos. Tú que lees esto y yo que, con más pena que gloria, lo  escribo.

¿Te cuento un secreto? Nosotros que leemos, cada día somos menos.

¿Te cuento un secreto? La juventud no lee absolutamente nada.

Pero seguramente esto ya lo sabes.Y sabes que la gente toma sus decisiones no en función de lo que sabe, sino de lo que "siente": Emociones, sentimientos, deseos, miedos... que circulan por Internet, convertida en un gigantesco aluvión de "memes", emoticones, "likes", imágenes, vídeos impactantes... Nos hemos convetido en yonkis emocionales que necesitamos una dosis constante de emociones que se pueden programar, se pueden "orientar" en un sentido o en otro. La sociedad convertida en una masa perfectamente manipulable.

Hay que ver la película "Brexit: The Uncivil war", del Channel 4 de la BBC. La ingeniería manipuladora es ya una realidad, y en el caso del Brexit tiene nombre propio: Dominic Cummings.


No hay nada menos democrático que un referéndum en el que todo un país se juega su futuro a un "Sí" o un "No". No hay nada más potencialmente manipulable. Con el dominio de las redes sociales como Facebook o Twiter, la manipulación social es solo una cuestión de presupuesto: Tantos millones pones encima de la mesa, tantos millones de usuarios de Facebook, Twiter y demás que serán perfectamente manipulados para orientar su "decisión" allá donde tú quieras llevarlos.

¿Te cuento un secreto? Si eres filólogo, o matemático como yo, lo tienes crudo. Porque nuestra misión educativa es precisamente dotar a los jóvenes del dominio del lenguaje, del lenguaje profundo, del lenguaje del ser humano, del espírtiu los filólogos, y de la ciencia los matemáticos, ahí es nada, y hacerlos capaces de comprender las grandes obras, los libros, para que sean invulnerables a la manipulación. En este nuevo modelo social, ya no hay sitio para nosotros.

En La Vanguardia del pasado 7 de Enero encontramos un artículo preocupante: "Sin matemáticos en las aulas" (Link)

Una preocupación que se convierte en miedo, vergüenza y rabia al leer la respuesta de los popes  del Sistema Educativo catalán. Es de un descaro entre obsceno y cruel, del que se siente dueño y bien dueño: Bien, que se vayan, no los necesitamos, no los queremos.

 "...Las matemáticas del instituto están muy alejadas de las de la universidad (!!!), y quienes hacen el grado eran alumnos a quines se les daban bien las matemáticas pero que quizá se aburrían en clase, que veían lo difícil que era para su profesor gestionar el aula y que tienen una imagen de la docencia creada en sus días de alumnos de instituto, lo que no siempre se corresponde con la imagen real de lo que representa formar parte de un claustro de profesores..."

"...A grandes rasgos es cierto que quien ha estudiado matemáticas está mejor preparado y predispuesto, pero hay excepciones, porque hay matemáticos que no empatizan con sus alumnos porque cuando ellos estudiaban les gustaban las matemáticas y se les daban bien y no entienden que sus alumnos no las comprendan..."

El camino entre la ignorancia del alumno y la sabiduría del profesor se acorta, y mucho, si se sustituye al profesor por alguien más ignorante. El objetivo no es ya acompañar en el largo camino del aprendizaje, no, ahora se trata de acortarlo lo más posible: No te muevas tú que ya voy yo. Es erradicar el esfuerzo, es decir, el hábito del caminar. El profesor, así, está mucho más cerca del alumno, y los alumnos el día de mañana serán más ignorantes, en un cuento de terror de manipulados, manipulables y manipuladores.

(Por cierto, los matemáticos, ¡qué ironía!, estamos muy solicitados para diseñar las máquinas que manipulan las redes sociales)

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