domingo, 22 de octubre de 2017

Una única Europa, una única Reválida

Que dice TV3 que ejecutar el 155 les hace daño a muchos. Que dice TVE que ejecutar el DUI hace daño a muchos otros. Y todos salen por sus televisiones ("sus" televisiones, pero que pagamos todos con "nuestros" impuestos, ¿qué gracioso verdad?)

Y qué quieres que te diga, que a mí me duelen otras cosas, y las pongo es este blog mío porque para eso es mío (y que no cuesta un duro a nadie).

A mí me duele entrar en clase de bachillerato y encontrarme en el corcho una circular de Ensenyament donde dice

"...hay que ir avanzando a un modelo de exámenes más centrado en evaluar competencias que conocimientos..."


No dice estos o aquellos conocimientos, memorísticos o anticuados. No. Todo el  conocimiento. A mí esto me hace daño.

Y encima reclama "la complicidad del profesorado": Que digamos todos ¡sí a las competencias, abajo los conocimientos! Es decir, queremos ciudadanos competentes pero ignorantes, como si no fueran una y la misma cosa. Y todo ello, supuestamente, sin abandonar "los principios de mérito y capacidad".

¡Sólo el conocimiento garantiza el principio del mérito y la capacidad!

El texto no tiene desperdicio: "Como  tal vez sepas, pues los medios se han hecho eco..." porque desde hace muchisimos años las directrices educativas son pùlpfiction para llenar páginas y páginas de dominicales de periódicos subvencionados. ¿Quieres saber cómo va la educación en Catalunya? Lee el diario Ara.

Naturalmente, esta "nueva educación" será estrictamente catalana. Será (ya ves tú qué casualidad) totalmente incompatible con cualquier directiva que mane en la meseta. Sólo los responsables educativos catalanes, nuestros guías espirituales, dominan las claves de la educación del siglo XXI. (Que sí, ¿por qué ríes?). Los de Madrid no. Nosotros los catalanes somos mucho más modernos. Mucho más europeos. Mucho más "nórdicos", dónde va a a parar.

El problema español-catalán es educativo. Y sólo se solucionará cuando la educación se independice de la política. Y esto, en España, sólo se puede hacer desde Europa. Aceptémoslo, nosotros, sin el dictado europeo, jamás "dejaremos de tirar de navaja". El de ValldeRomaní jamás perdonará al de Villatocinos de Arriba que hace un millón de años su antepasado ameba pusiera un tentáculo encima a una pariente  suya. Pero Europa debe ser consciente de esto, debe dejar la comodidad de su proyecto  puramente económico y aceptar su responsabilidad cultural con los países del sur. Debe abordar ya la implementación obligatoria de un Sistema Educativo Preuniversitario Europeo Único, que impida a los nacionalismos la tentación de meter la zarpa en la educación. O eso o nos convertiremos, españoles y catalanes, en el  "Jurassic Park del siglo XIX" de Europa.


Una única Europa, una única Reválida


P.D. Qué ganas tengo que se acabe este siglo XXI.


domingo, 15 de octubre de 2017

Proyecto Pedralbes

Digo yo que alguna cosa habremos hecho bien los catalanes para haber merecido recibir de la santísima providencia ese regalo divino en forma de partido político llamado “las CUP”.

“Las CUP”, que en su anterior etapa municipalista destaparon tantos casos de corrupción en Catalunya, en su actual versión nacional se han crecido, se han venido arriba, y se atreven a enmendar a Marx y aquel rancio “¡proletarios del mundo unios!”. Que no, que lo que tienen que hacer los proletarios no es unirse, sino autodeterminarse.

En su último comunicado oficial exigen al presidente Puigdemont una ruptura sin paliativos con el Estado Español y la proclamación inmediata de la República Catalana.

Puestos a decir disparates, propongo a las CUP considerar la posibilidad de dotar a Catalunya de la bomba atómica, como Pakistán o Corea del Norte.


Naturalmente sólo como elemento puramente disuasorio, para romper la correlación de fuerzas.

(Por cierto, qué manía con referirnos siempre a los países nórdicos, que si Noruega por aquí, que si Finlandia por allá, que si Bélgica eso, que si Dinamarca lo otro... pero ¡ay! nadie nombra nunca el caso del “Sahara español” y el Frente Polisario. Qué invisibles son, qué racistas somos, y qué triste es todo)

A lo que iba. Para que Catalunya se pudiera dotar de su propia bomba atómica necesitaría su propio proyecto “Manhattan”, al que propongo llamar “Projecte Pedralbes”.

Y para desarrollar un proyecto tecnológico de tal magnitud necesitaría científicos, muchísimos científicos trabajando dentro del país. Muchísima tecnología, muchísima ciencia propia.

Y para desarrollar toda esta cultura científica se necesitan matemáticas. Matemáticas sólidas, potentes, una educación matemática nacional de primerísima calidad. Que es justo todo lo contrario de lo que se está haciendo ahora y lo que se pretende hacer en el futuro, con este currículum “competencial” patético, penoso, ridículo, infantil.

Proclama la CUP en su comunicado: “La gent és l’única estructura sòlida que té aquest país”, “La nostra força és la gent”...

No. La fuerza de un país es su nivel cultural, y su tesoro más valioso es un sistema educativo sólido, basado en contenidos, y que fomente el valor del mérito, el esfuerzo y la superación personal.

Un sistema educativo como el nuestro, que se degrada a marchas forzadas ante nuestros ojos, es garantía de una total dependencia.

P.D. El comunicado de la CUP especifica: “La gent és, també, la que va anar a votar perquè ho tenia previst; La que va votar SÍ i la que va votar NO; però també qui no ho va fer per por”.

(“La gente es, también, la que fue a votar porque lo tenía previsto; la que votó que SÍ y la que votó NO; pero también quien no lo hizo por miedo”)

¡Vaya! Resulta que yo, para la CUP, no soy gente.


Os dirán que el renacimiento contemporáneo de Cataluña empieza en tal o cual aventura política, en el "cierre de cajas", en la "campaña de los cuatro presidentes" o en cualquiera otra majadería por el estilo. No. Hay que ver más hondamente las cosas. La historia del renacimiento contemporáneo en Catalunya empieza el día en que Juan Palau, de vuelta de Alemania, rico, artista -tal vez por inclinaciones voluptuosas de temperamento, indolente-, dijo con decisión a su familia y a sus amigos, admirados, que "quería ser maestro de escuela".

Eugeni d'Ors, 1918