Uno de los aspectos más oscuros y
extraños del currículum de las matemáticas de nuestro país es su
absoluto desprecio por la probabilidad y estadística. Parece que el
supuesto énfasis de las matemáticas “competenciales” en la
aplicabilidad de los contenidos se reduzca a las “matemáticas del
paleta” y las “matemáticas del supermercado”, es decir,
calcular baldosas y porcentajes de descuento, unas matemáticas de
chichanabo que no son atractivas ni para el más vago de la clase.
Mientras tanto, nuestros alumnos llegan
a la universidad sin haber estudiado ni una puñetera hora de
probabilidad y estadística en el bachillerato, pues desde hace
muchos años la estadística está desterrada de la selectividad (un
antiguo acuerdo tácito de la época en que los estudiantes catalanes sólo
tenían tres horas de matemáticas a la semana, que se ha mantenido
en la actualidad aunque tengan cuatro).
A nuestros alumnos de bachillerato,
incluso en la rama social, se les somete a una sobredosis absurda de
sistemas de ecuaciones, matrices y análisis mientras que se les
mantiene en la más absoluta ignorancia sobre la que es la función
matemática más poderosa de la historia, la función que realmente
gobierna el mundo: La distribución normal:
Y su forma gráfica: La campana de
Gauss:
Un ejemplo de su poder lo encontramos
en la noticia del diario “El Periódico de Catalunya” del 29/10/2014:
“Ola de acusaciones de tongo en el
examen de la policía de Badalona”
Algunos aspirantes al cuerpo de la
policía municipal de Badalona, indignados por las extrañas
preguntas a las que habían sido sometidos:
[...]«Algunas preguntas eran
imposibles de responder. Por ejemplo, qué porcentaje de paro juvenil
hay en Europa según una información que publicó la edición
digital de El País el pasado mes de marzo», recuerda uno de los
denunciantes. El examen se realizó el pasado 1 de septiembre. Había
pasado, pues, medio año.[...]
Decidieron realizar un sencillo estudio
estadístico sobre los resultados obtenidos en el examen los 670
aspirantes. Y este fue el resultado, tal y como recoge la noticia del periódico:
Efectivamente, aparece la forma típica
de la distribución normal, con su forma de campana, centrada
alrededor de 6 respuestas correctas... Excepto por una anomalía en
la parte de la derecha, Oh! Seis candidatos obtuvieron puntuaciones
“estratosféricas”, casi perfectas, entre 17 y 20 respuestas
acertadas.
Y, sí, amigos, nadie escapa al poder
de la campana de Gauss: un simple acceso a los DNI de estos
seis iluminados candidatos ha destapado, una vez más, la cruda realidad de la
corrupción política en nuestro país:
[...]Sospechan que a esos seis
talentosos aspirantes a agente de la policía municipal les une algún
tipo de relación de parentesco con empleados municipales. Según las
pesquisas llevadas a cabo por EL PERIÓDICO a raíz de esas
denuncias, así es. Dos de ellos son hijos de dos de los actuales
escoltas personales del alcalde, Xavier García Albiol (PP). Otros
tres son hijos de otros agentes de la Guardia Urbana. En el sexto
caso bajo sospecha ha sido imposible de momento verificar una
relación de parentesco.[...]
El artículo también nos ofrece una mini
lección de estadística preciosa:
[...] El problema en toda polémica de
estas características es establecer dónde está la frontera entre
lo normal y lo insólito. Uno de los denunciantes se ha tomado la
molestia de analizar estadísticamente los 670 resultados a través
de la técnica gráfica de la campana de Gauss. Así se aprecia
perfectamente lo desconcertante de los resultados del examen. Entre
las seis mejores notas y el resto se abre un abismo. La campana de
Gauss es una buena herramienta para detectar anomalías estadísticas,
y esta lo es.[...]
Ante la aplastante contundencia
matemática sería divertido si no fuera tan triste (sobretodo para
los desafortunados candidatos que estudiaron de forma honesta sin
saber que la prueba era para amigos y familiares) escuchar la defensa de los
responsables políticos, que son saben bajo qué piedra esconder su verguenza:
[...] La defensa de la pulcritud del
proceso la realiza, en nombre del Ayuntamiento de Badalona, la
concejala del PP Maria Jesús Hervàs. Antes que nada, es casi
obligado hacerle antes una pregunta. ¿De qué nacionalidad es Cate
Blanchett? Hervàs se queda atónita. Duda. «No sé, es de Estados
Unidos..., o tal vez inglesa». La mayoría de los aspirantes a
guardia urbano tampoco supieron que la respuesta correcta era
australiana. Es un consuelo menor. Hay que suponer que los hijos de
los escoltas y de los otros tres agentes que aprobaron casi sin
mácula lo sabían.
Hervàs explica que el examen es
responsabilidad de un tribunal externo y con una mecánica de
elaboración del cuestionario que lo blinda contra las filtraciones.
¿Por qué, entonces, se produce esa sospechosa coincidencia de
parentesco? Según la concejala, no hay que menospreciar el peso de
la tradición familiar, es decir, que la vocación de los aspirantes
viene de lejos, y que al igual que los hijos de médicos puede que
también sean médicos, los de policías municipales también siguen
los pasos de sus padres. Hervàs subraya su tesis con un dato. No es
la primera vez que los hijos de escoltas del alcalde ganan unas
oposiciones a agentes de policía de Badalona. Sucedió también
-dice- cuando la socialista Maite Arqué era alcaldesa. Como colofón
añade que también el sobrino de un actual concejal socialista está
entre los 12 aspirantes que han superado las pruebas. No quiere con
ello acrecentar las sospechas. Sugiere solo que los aprobados
estudiaron más y mejor, tal vez porque supieron antes que habría
oposiciones.[...]
Otra forma de ver la corrupción: La corrupción desde otro punto de vista
ResponderEliminarQue cinismo tienen. Y que poca vergüenza. Como pueden defender con esas tesis estos anómalos resultados ?
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarVaya, se me olvidaba, Muy bueno lo tuyo.
ResponderEliminarGracias por esta entrada, me apunto el blog para visitarlo con tranquilidad.
Desde el Sur del Sur
P.S.: O sea, La Línea de la Concepción, Cádiz