El principio fundamental de la mafia es ofrecer seguridad para evitar el miedo que ellos mismos generan.
Lo hemos visto en el mejor cine americano: Yo me acerco a tu tienda, allí estás tú, ofreciendo honestamente tu fruta, llevo la mano metida en el bolsillo. Puedo llevar o no una pistola. Te puedo pegar o no un tiro. A ti o a tu hijo. Sientes miedo. ¿Vas a vivir con ese miedo? ¡Qué necesidad tienes! Me pagas una cuota mensual y ya puedes volver a trabajar tranquilo...
Naturalmente, este sistema miserable solo se puede dar cuando hay una administración pública débil. Cuando la policía no hace su trabajo, por crisis, por degradación, por corrupción, por lo que sea.
La mafia del mundo de la enseñanza es la “pedagogía”, también llamada “didáctica”. Sus capos son los “doctores en didáctica de las...”. La administración obligó a que cada facultad universitaria tuviera su correspondiente departamento de “didáctica de...”: La facultad de matemáticas, su departamento de “didáctica de las matemáticas”, la facultad de biología, su departamento de “didáctica de la biología”, y así todo.
Pero, todo el mundo lo sabe, la didáctica no tiene sustancia, no tiene contenido ni para llenar un folio por las dos caras. Y por eso estos departamentos de “didáctica de...” se llenan de los arribistas, de los que no estudian, de los que no saben pero que no quieren dejar la universidad por nada del mundo. Y se pasan la vida vendiendo humo, y diciendo sandeces, plenamente convencidos de que, en realidad, no saben nada. De que son un fraude. Pero tienen poder, muchísimo poder mediático. Descubren el poder inmenso de tener una mano en el bolsillo, un bolsillo que sólo ellos saben vacío.
Y debilitan el sistema educativo. Y descubren el poder del miedo. Y difunden miedo. Y aparecen en los medios de comunicación, con su sonrisa de seguridad, como buenos gansters, llenando titulares:
"Puedes dar una gran clase de mates, pero si no te escuchan..."
Titulares del miedo: Sí, puedes ser un buen profesor de matemáticas, y tus manzanas las más frescas del mercado, pero..."
Y cuestionan el poder establecido de la enseñanza tradicional, barata, sencilla, honesta, ¡Que no, que ya no sirve! Y quieren poder, y más poder, y más dinero...
Y al final, el pago:
“[...]Decidí enseñar a maestros y profesores porque la repercusión es mayor que si yo diera clases. Innovamat está en 1800 escuelas, cerca de 350.000 alumnos.[...]”.
... cerca de 350.000 familias que ya pagan la cuota del el último chiringuito educativo privado, Innovamat, cerca de 1800 escuelas que, por el miedo a no saber dar clase, pagan mensualmente, mejor dicho, hacen pagar a las familias los materiales didácticos que esta empresa privada produce. Empresa privada en manos de ellos mismos, los mismos gurús de la pedagogía que deberían estar para ayudar, para liberarnos a los profesores, no para hacer negocio del miedo, pora hacer negocio con la incertidumbre, para hacer caja con la degradación sistemática del sistema educativo. Degradación sistemática que ellos mismos provocan, porque les conviene a sus negocios privados.
El círculo se ha cerrado: Ya estamos obligados a comprar los productos educativos-comerciales que los mismos gurús de la pedagogía ofrecen para liberarnos del miedo que ellos mismos nos transmiten, aprovechando la debilidad de una Administración educativa que ellos mismos no han dejado de debilitar, año tras año, día a día.
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