Y todavía algunos se preguntan qué hacer, como luchar contra esto. Como resistir. No me cansaré de decirlo: No se puede hacer nada, solo nos queda el exilio, interior o exterior.
Echar unas risas ¡Que no nos quiten también eso! Ayer Federico Jiménez Losantos en Esradio estaba sembrado recordando con nostalgia sus tiempos de profesor de secundaria en Barcelona
Los profesores tradicionales somos historia.
Gerard, a ti, a mí y a los que vemos las catástrofes desde debajo del techo que se nos puede caer encima a menudo sucede que nos falta perspectiva. Mi mujer no es docente y, cuando le hablo de estas cosas, me dice que es inútil que luchemos, porque no tenemos fuerza para cambiar lo que hay. Según su parecer, las cosas están tan mal que la solución llegará por implosión: a no mucho tardar, el desastre educativo será tan insostenible que será inexcusable tirar el sistema y hacer otro radicalmente distinto, como si fuese una casa en ruinas. Puede que no le falte razón, te lo digo porque, cuando yo era pequeño, la enseñanza en España era otro desastre y el arreglo, a los pocos años, fue exactamente ese que dice mi mujer. Esto no quiere decir que no debamos luchar o al menos decir no a la m_ _ _ _ _ que padecemos, aunque solo sea a título testimonial.
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