domingo, 31 de marzo de 2019

Bachillerato de calidad para el Tercer Mundo


Utilizamos palabras del siglo XX para intentar comprender este horrible siglo XXI, y así nos va.

Lloramos por el desmantelamiento del sistema educativo público sin comprender que "sistema educativo público" es un concepto del siglo pasado. Estamos anticuados.

¿Qué tienen en común el colegio Sant Peter's School de Pedralbes, en Barcelona, y el Jaume Vicens Vives, de Lleida?

Aparentemente nada, el primero es uno de los colegios privados más exclusivos y elitistas de Barcelona, el segundo es un colegio público de de Lérida.

Lo "público" y lo "privado" son dos conceptos del siglo XX. Estamos anticuados, insisto. Ambos colegios viven plenamente en armonía en su tiempo y en su lugar.

El tiempo: Este siglo XXI, el siglo de las burbujas: Yo y los míos. Mi nación, mi tierra, mi educación, mi, mi mi. "...Y cada vez más tú, y cada vez más yo, sin rastro de nosotros...", cantaba Sabina.

El lugar: Catalunya, una nación con plena conciencia tercermundista.

Pero no te enfades, los términos "nación" y "tercer mundo", son conceptos propios del siglo XX, lo utilizo porque no tengo otros mejores.

Los dos colegios anteriores, tan aparentemente diferentes, imparten el "Bachillerato Internacional".

El "Bachillerato Internacional" es una institución internacional, con sede en Suiza, que ofrece sistemas educativos de calidad a países tercermundistas. Países que, por su misma debilidad tercermundista, no son capaces por sí mismos de ofrecer a su juventud un sistema educativo sólido. Por ejemplo, Catalunya y España en general.

Pero vamos por orden. En primer lugar, estamos ya muy cerca de la degradación más absoluta del sistema educativo nacional. Dentro de poco le habremos dado la vuelta como a un calcetín: Seremos los profesores los que estemos sistemáticamente evaluados por los alumnos (en forma de "encuestas de satisfacción") y por los padres (mediante esa Santa Inquisición moderna llamada "grupos de wasap de padres"), seremos los profesores los que estemos hasta arriba de deberes (en forma de ingente burocracia premeditadamente inútil ) y seremos los profesores los que aprendamos cada día (pero, ¡ay! solo aprendemos pedagogía, es decir, mierda).

Con todo esto, conseguiremos en pocos años la americanización total del sistema educativo, es decir, convertirlo en un "mcjob" más, la alternativa laboral para aquellos que no tienen ninguna otra, un trabajo basura, un trabajo de mierda. En este sentido vale la pena ver como empieza la serie "Breaking Bad" o la segunda temporada de "The Wire".

Aunque "americanización" es también un concepto del siglo XX, en este caso funciona, y nos lleva derechitos al siguiente paso. Las leyes capitalistas son muy claras: Puedes mantener al 99% de la población con un sistema educativo de mierda siempre que ofrezcas al 1% restante un sistema de calidad.

Y aquí entra el "Bachillerato Internacional": Un bachillerato de calidad, impartido en tanto en escuelas públicas y privadas, una educación seria para una selecta minoría de nuestros jóvenes, un bachillerato organizado y dirigido por una institución suiza de la que prácticamente no conocemos nada.

¿Y en qué consiste la calidad de este bachillerato? En hacer exactamente lo contrario que proclamamos, mañana tarde y noche, como "educación moderna". El cinismo y la hipocresía alcanzan cotas estratosféricas.

Es un bachillerato austero. Sin pantallas, sin Internet, sin chorradas mindfulmines o  coaching. Leer y estudiar con libros, el "empollar" de toda la vida, fíjate tú qué cosas.

Es un bachillerato exigente. El peso del aprendizaje recae sobre el alumno, al que se considera responsable de sus estudios (es decir, se le respeta), y los profesores asumen la enorme responsabilidad de estar a la altura del nivel de exigencia que se impone el alumno y su familia. Sí, exactamente al revés de lo que pasa con el bachillerato "normal", el otro.

Es un bachillerato con carácter global, inmune a toda intromisión de carácter local. Para que te hagas una idea, en el caso de Catalunya, la lengua catalana, sencillamente no existe en el BI.

Es un bachillerato con reválida final. Todos los estudiantes deben pasar una exigente reválida al final de sus estudios. Sí, se juegan todo en un examen. Lo que consideramos inaceptable para los demás, aquí es imprescindible. Y por si fuera poco, los padres, incluso en la pública, pagan religiosamente cada mes un buen dinero para ello.

Sí, en Catalunya, nuestros mejores alumnos estudian un bachillerato exigente, con reválida final, tanto en escuelas privadas como públicas, pagan por ello y encima en castellano. Benvinguts al segle XXI.

Vale la pena leer el artículo de La Vanguardia del pasado 16 de marzo.

www.toomates.net/antididactica/UnaEducacionGlobal_La_Vanguardia_18_03_2019.jpg

El artículo no tiene desperdicio, y acaba con una frase memorable de Lourdes Barceló, la directora pedagógica del Sant Peter's School:

"Sin embargo, [en la Reválida del Bachillerato Internacional] el azar no juega un papel importante como en las PAU. Son exámenes que demuestran que un alumno sabe, no 'que se lo sabe'"

Tal vez te pase como a mí, que no entiendes la diferencia entre "el alumno que sabe" y "el alumno que se lo sabe", o que no te hace gracia la redundancia enfática de la buena señora, vaya, que no apreciamos el uso de este dativo de interés. Será que estamos anticuados. Y si te preguntas por qué lo bueno para unos no puede ser lo bueno para todos, entonces, además de anticuado, es que 'me' has salido de izquierdas.

domingo, 17 de marzo de 2019

Huelgas de estudiantes

Aunque esté todo perdido (porque sí, todo está perdido), no dejaremos nunca de denunciar las incoherencias de la "nueva educación", no dejaremos nunca de escupirle a la cara todas sus contradicciones, todas sus mentiras. Que son (fíjate tú qué cosas) las mismas contradicciones y mentiras del sistema capitalista, que se esconde detrás, oculto, por obra y gracia de la llamada "pedagogía", el "opio del pueblo" del siglo XXI.

La pedagogía estudia y promueve la ignorancia, y los pedagogos son los sacerdotes de este nuevo reino espiritual: "La ignorancia es buena, tú no tengas miedo, verás qué feliz eres...", "el conocimiento está sobrevalorado...", "el Dios capitalista proveerá..."... amén.

El viernes pasado nuestros estudiantes "hicieron" huelga por el medio ambiente. Una más. Cada vez hacen más y más y por los más diversos motivos y razones. El "derecho a la huelga" de los estudiantes está aceptado explícitamente recogido en las nuevas leyes educativas. Protestar dejando de estudiar un día entero ¿puede haber algo más ridículo?

Las "huelgas de estudiantes" son otro ejemplo de bochornosa perversión del lenguaje, otro signo de la decadencia integral de la educación. Sencillamente, los jóvenes no tienen ni zorra idea de lo que es una huelga... y los políticos están encantados de que así sea.

¿Cómo? ¿Qué dicen los gurús de la nueva educación? ¿Que para eso estamos nosotros, los profesores, los docentes, para enseñarles? ¡Ah! Sí. Y sin mucho rollo teórico, con aplicaciones prácticas en la vida real y mediante "competencias básicas" ¡Ah, las competencias básicas!

Las competencias básicas como las de la CNT, que hoy hace exactamente cien años, el 17 de marzo de 1919, consiguieron que la patronal de Barcelona se rindiera, después de semanas de una durísima huelga general en todo Barcelona, y aceptara las condiciones de los obreros. Las competencias básicas de un movimiento obrero que, por primera vez, comprendió el inmenso poder de la lucha organizada y de la unión obrera.

Aquel día la patronal aceptó, entre otros derechos, la jornada laboral de ocho horas, que en poco tiempo se extendió a toda España.

Pero, ¡ca! De esto nadie habla, esto no se dice, esto no se toca. Ni dentro ni fuera de los institutos. Como diría Pujol, això no toca!

Porque, entonces (igual que ahora) la lucha obrera no comulgaba con la catequesis nacionalista de la Lliga regionalista y la Mancomunitat: la existencia mística de la "Pàtria Catalana", y el derecho metafísico de la "autodeterminación de los pueblos".

Cien años después todo sigue igual: La lucha obrera no comulga con el nacionalismo, y el nacionalismo, el gran enemigo de Europa, controla con mano de hierro toda la política catalana.

sábado, 9 de marzo de 2019

Por un pasado lleno de esperanza ¡Arriba los corazones!

Se dice que hay que vivir el presente. Toma, claro, no nos queda otra.

Pero también se dice que hay que mirar al futuro, aquí discrepo. Yo, aquí, me opongo.

Porque, digo yo, habrá que mirar al futuro en época de prosperidad, cuando se va hacia arriba, pero cuando nos toca vivir una época de decadencia como esta, cuando todo va hacia abajo, lo conveniente es dar media vuelta, y mirar al pasado. Lo que pasa es que no estamos acostumbrados, y al principio cuesta, se necesita práctica, pero vale la pena.

Porque nos encontramos con un pasado lleno de prosperidad, dejamos atrás un devenir decadente, y aparecerá ante nosotros un "devenido" esplendoroso.

¡Sigue mirando! Más y más lejos, Verás el glorioso Renacimiento, perderás de vista el "Refallecimiento" que te esperaba.

Llegarás hasta la espléndida Grecia. Y redescubrirás, si quieres, las matemáticas. Yo estos días los he dedicado al estudio de las "circunferencias de Apolonio". Pregúntale a quien quieras qué es una circunferencia, aquí y en la China, y su pulgar se clavará en el aire, como en un agujero imaginario, y su índice, bien tieso, bien estirado, trazará un arco invisible. Eso es una circunferencia: Los puntos equidistantes a un centro dado. Pero en el siglo III antes de Cristo, Apolonio, por primera vez en la Historia, encontró una forma alternativa: Son aquellos puntos cuyas distancias a dos puntos fijos del plano (llamados "focos") están en razón constante: PA/PB=k. Y así nacieron las cónicas. ¡Ah, las cónicas! esas figuras matemáticas que nos han acompañado a lo largo de más de 2000 años. Que van y vienen: En momentos de prosperidad se redescubren, en momentos de decadencia como éste, se pierden.

En Catalunya hace décadas que las cónicas fueron desterradas del sistema educativo. Y ahora empiezan a llegar, claro, los primeros profesores de matemáticas que ya no saben qué es una cónica. ¡Estamos en un momento histórico! Ya queda poco para perderlas del todo (las perdemos si miramos al futuro, pero las encontramos si miramos al pasado, no sé si me explico).

Los matemáticos huyen de la carrera docente, y los filólogos, y los filósofos, cualquiera que tenga la más mínima alternativa profesional. Ensenyament ha abierto la puerta, y ya entra cualquiera como profesor de matemáticas. Ni siguiera se les exige tener el "CAP", un curso de mierda pero curso al fin y al cabo.

Y hablando de "exigir", ayer me enteré por el Periódico de Catalunya (link) que en la nueva República Catalana me hubieran dado seis meses para renunciar a ser español para seguir siendo funcionario. En eso sí que son muy "exigentes".

"...Además, la norma básica de la nueva república impondría, según los papeles incautados, a todos los funcionarios la obligación de elegir una sola nacionalidad, y les daría seis meses para decidir si ejercer en Catalunya como ciudadanos catalanes o no serlo, pero tampoco ejercer..."

Decadencia, pura decadencia. Se impone mirar al pasado. Y cerrar el puño en alto, y levantar el corazón, bien tieso, bien estirado, como clavándolo en un agujero imaginario.

(Nota: Las circunferencias de Apolonio eran conocidas mucho antes de Apolonio, como el teorema de Pitágoras era conocido mucho antes de Pitágoras. Me tomo una licencia narrativa.)