domingo, 30 de septiembre de 2018

Calificados, incalificables y descalificados

Poco a poco se va diluyendo la neblina mediático-institucional de los últimos seis años. Todo se va viendo más claro: La gran baza del movimiento independentista del "procés" era la debilidad del Estado español: España no sería lo suficientemente fuerte para resistir la tensión del proceso de autodeterminación catalán, y esta debilidad por el bando español compensaría en el bando secesionista el "detallito" de no haber alcanzado ni siquiera el 50% de respaldo democrático. España estaría "descalificada" para oponerse a la ruptura nacionalista.

Seis años después, todo el mundo sabe colocar Catalunya en el mapa, pero, ¡ay! todo el mundo la coloca dentro de España. Sin embargo el independentismo continúa y continuará repitiendo su mantra incesantemente: Pretender una España fuerte es de seres poco democráticos, ¡es de fachas!
Lo progre, lo "de izquierdas", dicen ellos, es aceptar el "derecho a la autodeterminación de los pueblos", es decir, dejar que la derechona de Convergència y todos los hijos putativos de Jordi Pujol se adueñen de las instituciones catalanas (y gestionen todos nuestros impuestos).

El espíritu de la izquierda es lo internacional, eso está claro, ¡pero sin abandonar la idea de lo nacional! Lo que importa es lo común, lo público, el barrio y la ciudad, pero no se puede pretender exigir un barrio y una ciudad limpia y agradable mientras se tiene la casa hecha una mierda.

En lo educativo pasa lo mismo: España es una nación débil, y para mayor vergüenza de la izquierda española, sólo la derecha parece dispuesta a reivindicar su fortalecimiento.

Tiene narices que tengamos que comprar el ABC (link) para poder leer a un estupendo profesor como Alberto Royo diciendo que un chaval que entrega un examen en blanco merece un 0, y que poner cualquier otra cosa es un insulto y una falta de respeto, al chaval, a todos sus compañeros y a toda la comunidad educativa. Un insulto, una falta de respecto, un engaño y una flagrante malversación de fondos públicos añadiría yo.

En Catalunya se han erradicado oficialmente los ceros. En contra del sentido común y del criterio de todo el profesorado, a partir de ahora, cuatro notas: "I", "S", "N" y "E" (y porque los gurús educativos se "han cortado", que si fuera por ellos puntuaríamos con emoticones). Esto mismo se quiso imponer hace veinte años con la reforma LOGSE y acabó siendo un fracaso: La escuela concertada y privada continuó, como es natural, poniendo notas numéricas y los profesores de la pública nos cansamos de hacer el ridículo, así de sencillo (bueno, y gracias a que el sistema informático de evaluación jamás se llegó a actualizar. El SAGA, ese insondable e indescifrable galimatías de código COBOL84,  FORTRAN y BASIC del Commodore64, tal vez nos volverá a salvar la vida).

Porque no es lo mismo calificado, incalificado y descalificado.

Calificado queda un examen en blanco cuando se le pone un cero.

Incalificables son las declaraciones de la "experta" en educación que aparece en el artículo del ABC, que ante los argumentos sensatos y cabales de Alberto Royo, se limita a divagar, que es lo único que saben hacer los expertos educativos.

Descalificada
es como queda la izquierda española cuando asume como propio el discurso de que "poner ceros es de fachas". En este punto se impone proclamar, alto y claro, desde el cariño y desde el respeto, que esa izquierda es una mierda.

Hace cien años España era educativamente una nación muy débil. Lo podemos constatar en el siguiente artículo de La Vanguardia de hace exactamente cien años (25/09/1918). Vemos un Estado incapaz de afrontar por sí mismo la escolarización toda la población sin depender de la Iglesia y su ejército de sacerdotes-maestros, sencillamente no habían recursos económicos suficientes (y de aquella debilidad nació la doble red educativa Escuela Pública vs. Privada-Concertada característica del sistema educativo español)

Los ricos medran en un Estado débil: Siempre pueden llevar a sus hijos a estudiar "con los curas", donde recibirán educación seria, con calificaciones serias, con notas de 0 a 10.


DE INSTRUCCIÓN

Orientaciones IV

(La Vanguardia, 25/09/1918, página 6)

Las escuelas nacionales, consideradas como centros productivos, entran de lleno en la nueva orientación económica que tiende á nacionalizar todas las fuentes de riqueza pública, con miras al colectivismo, convirtiendo a los directores ó maestros de enseñanza en funcionarios del Estado.

El número de maestros es insuficiente en nuestro país, considerado, según estadísticas, como el último en gastos de instrucción primaria (26.000 maestros por 20 millones de habitantes).

Si se tiene en cuenta que en la dotación de títulos de maestro se ha introducido el mismo convencionalismo que en los otros títulos académicos, lo cual no es garantía de capacidad; títulos puramente teóricas, especulativos, poco en consonancia con los métodos de enseñanza y sobre todo la educativa, de carácter esencialmente práctico.

Si se considera la escuela popular en sus dos aspectos, el técnico y el económico, siendo el primero medida de capacidad del maestro, que solo puede juzgarse por su eficacia, por sus frutos; y el segundo, el económico, que afecta más directamente; a las escuelas privadas ó particulares (que tienen por base la estimación que consiguen del público á quien sirven, y que puéde traducirse por mayor número de alumnos y mayor holgura de la escuela), hay que aceptarías de buen grado mientras no constituyan exclusivismo de enseñanza para sus directores, funcionarios del Estado; exclusivismo que pudiera convertirse en monopolio de los partidos políticos á merced de sus caprichos y concupiscencias, en perjuicio de aquella sana competencia que incita y estimula; transformándose en elemento restrictivo de la enseñanza que imposibilita el progreso en las artes todas. (Alemania permite, delante de un profesor ordinario, que enseñe, un Privat docent sin sueldo oficial, sin dependencia del catedrático, ni obligación, para los alumnos, de oir á éste ó sométeme a su examen).

Siendo insuficiente él número de maestros, conviene aprovechar elementos sanos, con honradez, capacidad y voluntad reconocidas, vengan del campo laico ó del sacerdocio. Lo que conviene, lo que es indispensable es que llenen las mejores condiciones para poder cumplir debidamente la humanitaria misión que les está confiada. En este sentido la enseñanza debiera permanecer Libre. La estadística dé 1917, publicada por el señor director geneneral del ministerio  de Instrucción pública, nos advierte que faltan crear escuelas nacionales en todas los provincias:

En la provincia de Lugo, 769. En Madrid y su provincia, 139.
En la misma estadística se declara que el número de alumnos escolares, en Barcelona, es de 82.000, y los que asisten á las escuelas públicas de todas clases 16.000. No reciben, pues, instrucción en Barcelona unos 66.000 niños.
ídem en Almería, 27.923. ídem en Coruña, 25.467.
ídem en Murcia, 24.538.
ídem Orense, Castellón y Pontevedra con más día 20.000 cada una.
Sólo en ocho provincias todos los maestros á sueldo del Tesoro son titulados.

Estos datos demuestran indudablemente  la lamentable equivocación que se tuvo al decretar obligatoria, la enseñanza en 1857, y más aún si se tiene en cuenta que desde aquella fecha algo hemos adelantado.

No podemos, pues, por ahora, intentar la obligación de la enseñanza; impidiéndolo además otras causas de orden distinto.

La Historia nos enseña que toda legislación sin la oportuna preparación, realizada á manera de imposición ó revolucionariamente, es de difícil adaptación y semillero de odios y rencores: de ahí que seamos partidarios, en general, del sistema de evolución equivalente al de convicción; y en el caso que nos ocupa debiera principiarse por difundir en el pueblo, por todos los medios posibles, la convicción de que hoy la instrucción es, más que necesaria, indispensable al individuo; y que sin ella no puede aspirar á un cambio de posición social que le eleve y dignifique.

Existe además otra consideración de orden cívico,que afecta directamente á las clases directoras, ó sea, la de imponerse la obligación de sacrificar algo de sus aspiraciones económicas en pro de la instrucción de su joven dependencia.

¿Como se resolvió, en América, ese difícil problema?

El norteamericano tiene fe ciega y completa confianza en la instrucción y educación que se dan en sus escuelas públicas. Lo mismo acontece en Alemania, aun cuando la finalidad de su enseñanza sea distinta.

Son gratuitas las escuelas públicas en Norte América, tanto para los pobres como para los ricos, por ser un axioma entre los norteamericanos que no existe razón alguna para que ningún niño de la libre América pierda la suerte de continuar sus estudios por causa da pobreza; y no quieren que se vea obligado á declarar su indigencia y á solicitar de los funcionarios, sus servidores, favores gratuitos.

Las escuelas secundarias americanas contenían 97.000 alumnos. En 1904 subieron á más de 730.000; es decir, que el número de alumnos que continuaron sus estudios al salir de la escuela primaría cuadriplicó en el espacio de 26 años.

Este fenómeno es debido en gran parte a los altos salarios que se pagan á los obreros, cuyas familias renuncian voluntariamente á la ocupación del muchacho y al dinero que pudiera llevar como remuneración á su trabajo, para poder satisfacer la legítima ambición de una instrucción esmerada y completa.

Los patronos ayudan y favorecen esta tendencia no admitiendo en sus fábricas y talleres á obreros infieriores á 17 años, apoyando su decisión en que los salarios que en sus establecimientos se pagan son, suficientemente, crecidos para que los padres no especulen sobre el trabajo de sus hijos.

Con este noble proceder, destello de virtud cívica; con el método y finalidad de la enseñanza, descritos en nuestros artículos á manera de orientaciones; con el aumento de buenos maestros en relación con la población escolar, y el indispensable número de edificios  higiénicos dedicados á escuelas publicas, creemos solucionado en gran parte, el difícil probiema de la enseñanza obligatoria en cuanto á enseñanza primaria se refiere.

Dejamos para superiores inteligencias promover la legislación que debe imperar en la enseñanza, así como los programas que deben desarrollarse en las escuelas; y que en nuestro humilde entender debiera estar en consonancia con las necesidades y modo de ser de la localidad donde se hallan enclavadas.

JOSÉ FERRER VIDAL




domingo, 23 de septiembre de 2018

Paraísos educativos = Infiernos educativos

Todos los expertos en economía coinciden en lo mismo: Si existen paraísos fiscales es porque los políticos son los primeros en tener su dinero en ellos, porque ellos son los primeros en estar "pringados" en la evasión de impuestos.

Por ejemplo, aquí en Cataluña todas las familias burguesas llevaban sus ahorros a Andorra con total confianza porque todo el mundo sabía que Pujol, el padre espiritual y político de la Catalunya moderna, era el primero en treure les peles.

Hace unos días sacaba yo punta a las declaraciones en La Vanguardia del máximo gurú educativo de Cataluña, mi admirado Eduard Vallory, de cómo este individuo se jactaba de haber obtenido nosecuantas licenciaturas y doctorados, aquí y en los Estados Unidos, "gracias a su paso por el cau (los boyscout catalanes)". Yo me prreguntaba, me sigo preguntando, si será por el "espíritu del cau" o no será más bien por los jugosos contactos políticos a los que tienen acceso los monitores de esos boyscout catalanes (aquellos monitores que demuestren dotes de liderazgo, patriotisme i dotes políticas, naturalmente).

Ahora sale a la luz la vergüenza del doctorado del presidente español, el Dr. Sánchez. Un doctorado express, en un solo año, en una Universidad "amiga" a la casta política, con un tribunal "de amigos". Pero lo peor, lo más penoso y triste es que tiene que ser una máquina, una puñetera máquina, la que dictamine, por así decirlo, la honradez de la tesis de Sánchez, qeu diga que la tesis doctoral es honesta porque sólo ha fusilado un 2% de su contenido. No un 20% ni un 15% no, sólo un 2%. ¡Entonces sí, Doctorado Cum Laudem para Sánchez, que es un buen hombre y no fotocopia!

En Cataluña es un noparar. El expresident Puigdemon alardeando de estudios en filología y periodismo y no había pasado del bachillerato, la periodista Rahola y su doble doctorado que ni era doble ni era doctorado. La alcaldesa de Barcelona, la Sra. Colau, que parece que tampoco acabó la carrera de la que alardeaba... Están todos pringados.

¡Uy! Lo de la alcaldesa Colau es de traca. Apareció en televisión el otro día afirmando, muy digna ella, que una mujer madura, directiva de cierta multinacional, le había ofrecido "ayuda" para acabar las dos asignaturas que tiene colgando de la carrera. Pero que ella dijo que no. Bien por ella. Pero que no va a decir el nombre de dicha mujer, ni va a entrar más detalles, no sea que se perjudique. ¿Se puede ser más miserable?

En el fondo todo es muy coherente. Después de décadas regalando la ESO y regalando el bachillerato, toca ahora regalar también los másteres y doctorados. La degradación y la corrupción alcanza ya todo el sistema educativo, desde la primaria al doctorado. Los jóvenes de las clases populares, que con su esfuerzo y su valía pretenden utilizar el sistema educativo como ascensor social se van a encontrar con un montón de escombros. Que también tendrán que pagar ellos, por cierto.




domingo, 9 de septiembre de 2018

Política mágica, educación mágica

Me tomo un café en la societat de mi pueblo. Al fondo, en la pared, el omnipresente televisor de plasma con la omnipresente TV3 mostrando el omnipresente líder independentista dando la omnipresente arrega patriòtica, muy a lo "1984". Pero esta vez es diferente, aparece Gabriel Rufián diciendo que debemos abandonar la idea del «independentismo mágico», que la independencia no se conseguirá sin esfuerzo, que no seremos independientes sin sacrificio (Link). Por fin una idea interesante, por fin algo que no ofenda a las inteligencias, que la independencia no es como cambiar de compañía de teléfono, ni como comprarse una Termomix a plazos. Bien.

Pero en el campo educativo ¡ay! estamos bajo la dictadura de la «educación mágica»: Aprender sin sacrificio, sin esfuerzo. Que si los profesores no suspendemos los chavales no se frustran, y no dejarán de aprender, y la cultura entra en ellos como la lluvia en la tierra buena.

Mientras me tomo el café hojeo La Vanguardia, y me encuentro la omnipresente entrevista al omnipresente gurú de la «nueva pedagogía» catalana, el omnipresente Eduard Vallory, el vendedor de termomix educativas más seductor del mundo, y su producto estrella: La nueva educación catalana, sin esfuerzo, sin sacrificio, sin suspensos, sin fracaso.

Y es que en Eduard Vallory todo es mágico. Toda su vida es mágica, yo soy su máximo admirador, su seguidor namberguan, y algún día escribiré su biografía, como pasó de ser un mal estudiante de instituto a estudiar nosécuantas carreras universitarias en Estados Unidos ¡magia!, siempre con becas, oye becas todas «meritorias» como afirma rotunda La Vanguardia pero  sin especificar qué méritos son esos. Y de ahí a liderar al profesorado catalán ¡magia!, sin haber pisado un aula en su vida. Es más, sin haber trabajado nunca en nada que no sean cargos políticos, y todo gracias a su paso como monitor de «cau». ¡oh, sí! El sr. Vallory tiene mucho que agradecer a los «cau». ¿No sabes lo que son los «caus»? Yo te lo explico. Los «cau», junto con los «escoltes», son como los «boyscout» americanos pero a la catalana, y son las canteras de jóvenes promesas para los partidos nacionalistas e independentistas catalanes, que entre sus monitores y voluntarios buscan «carne fresca» a los que proponer cargos políticos, jóvenes con dotes seductoras y de liderazgo que quieran medrar en lo político. Es la magia de la política.

En mi niñez los únicos boyscout que conocí fueron los tres sobrinitos del pato Donald en los tebeos "Don Miki" (Jorgito, Juanito y Jaimito). Y así me ha ido, qué vida más poco mágica la mía. Con una sola carrera universitaria, sin haber viajado nunca a los Estados Unidos, sin ser director de nada... todo a base de esfuerzo y sacrificio. Será por eso por lo que siento tanta repulsión a lo "mágico", a lo que se consigue sin esfuerzo, sin sacrificio.

 



sábado, 1 de septiembre de 2018

Educación catalana: Llámalo mafia, si quieres

Cuanto más conozco Sicilia más entiendo Cataluña.

Las carreteras sicilianas son un auténtico desastre. Entre arbustos invadiendo los laterales de las autovías, el asfalto en mal estado, los carriles cortados, los desvíos inesperados, las infinitas rotondas... cualquier viaje de más de cincuenta quilómetros en pleno agosto se convierte en una odisea postapocalítica a lo "Mad Max".

Los sicilianos saben perfectamente el perché: "Scusi, perché le imprese dobrebbero farla bene la strada, se peggio la fanno, più ci guadagnano, nell'inmediato e a vita, con il diritto alla manutenzione?"
Porque las mismas empresas que hacen las carreteras son las que luego se encargan de su mantenimiento, y cuanto peor las hacen más ganan, antes y después toda la vida. Cuanto peor las hacen, mayor es el coste del mantenimiento posterior. Y siempre "en la sobra", con total impunidad.

Es así de terrible, y así de sencillo. Llámalo mafia, si quieres.

A partir de este curso en los institutos catalanes se dejará de puntuar numéricamente, del 0 al 10, como hasta ahora, para pasar, por imperativo legal, a una escala de sólo cuatro letras: "I" , "S", "N, y "E". Toda la franja de la insuficiencia, del 0 al 4.99, se reducirá a un único valor: "I", es decir, el "insu" de toda la vida. El chaval que saca un cero, "insu". El que se esfuerza un poco y saca digamos un tres, pues también "insu". Y aquél que con esfuerzo casi llega al suficiente pero de momento se queda en el 4, pues lo mismo, "insu".
Y la equivalencia numérica de este "I" para hacer media será de un 2.5. A partir de ahora todos los jóvenes que suspenderán con la misma nota, un 2.5. ¿Cabe imaginar mayor despropósito?

Con la "pedagogía catalana" se da un caso insólito en la historia universal de la ciencia: Es el único caso conocido de una ciencia en la que, en vez de ir a mayor precisión en la medida, exige "avanzar" reduciendo la exactitud, exige perder nitidez, exige "mirar para otro lado", exige "taparse los ojos", como sin darle importancia a las cosas. Qué vergüenza.

Porque los responsables de este despropósito, cómodamente instalados en la sombra, son los mismos que en los próximos años van seguir viviendo del cuento, calentando silla en Via Augusta, en los "ICE", parcheando y remendando el sistema educativo que ellos mismos están destrozando con total impunidad, son los mismos que seguirán imponiendo a los profesores las chorradas neopedagógicas más ridículas imaginables para ir tapando las grietas de su propia chapuza. Los que acusarán (¡ellos!) al profesorado de ineptitud, de no ser suficientemente "finlandeses".
 
Es así de sencillo, es así de terrible. Llámalo mafia, si quieres.