domingo, 25 de septiembre de 2016

Traje de saliva a la privatización educativa ("Una altra escola", TV3)

Si el sistema educativo de un país es su tesoro más valioso, el reportaje de la televisión pública de Catalunya sobre el proyecto “Escola Nova 21”


Nos muestra un futuro educativo dominado por los intereses de la educación privada, es decir, un futuro privatizado y privatizante, un futuro realmente negro. La futura nación catalana independiente nacerá con un sistema educativo muerto. Una nación que abandona cualquier aspiración a crear un marco común de conocimientos exigibles para todos sus ciudadanos, una nación condenada a aceptar un lugar discreto en la estantería del “todo a 100” de la globalidad laboral mundial, a producir una masa laboral “aún más”: Aún más barata, aún más dócil, aún más ignorante.

La propia presentación del reportaje es un ejemplo antológico de manipulación y tergiversación informativa:

“Buenas noches. Se va extendiendo la convicción entre los profesionales de la enseñanza y la ciudadanía que los métodos educativos tradicionales han envejecido de una manera acelerada. Afrontamos los grandes retos de una sociedad que se transforma con una enorme velocidad con estrategias pedagógicas caducas que tal vez potencian el desinterés y el fracaso escolar.
Los impulsores de la revolución educativa quieren superar la idea de la escuela como simple transmisor de conocimientos que se memorizan y se reproducen. La nueva misión, argumentan, es desarrollar competencias para la vida. Cambiar dinámicas, metodologías, rutinas, espacios, y el rol de maestros y alumnos no es nada fácil, pero el cambio educativo en nuestro país ya está en marcha. El proyecto “Escola Nova 21”, con un éxito sin precedentes, ya aglutina medio millar de centros dispuestos a dar la vuelta totalmente a métodos y estrategias. Un proyecto que interpelará finalmente al conjunto de nuestro sistema educativo. Nos hemos aproximado a la experiencia de cuatro de estos centros, tienen un objetivo común: Hacer del aprendizaje una auténtica pasión y una herramienta de futuro eficaz.”


...Al decir “Se va extendiendo la convicción...” cuando debería decir  “Vamos extendiendo la convicción...

...Al decir “La idea de la escuela como simple transmisor de conocimientos”. ¿simple? La transmisión de conocimientos es algo muy serio, y cualquier cosa menos simple.

...Al decir  “tienen un objetivo común: Hacer del aprendizaje una auténtica pasión y una herramienta de futuro eficaz”.  ¿Y los demás? ¿Fuera del proyecto “Escola Nova 21” la pasión no es auténtica, no pretendemos ser también una herramienta de futuro eficaz?

Pero es que todo el reportaje, minuto a minuto y segundo a segundo, es un completo e integral traje de saliva al proyecto “Escola Nova 21”, un bombardeo incesante de mensajes positivos, en el que ni existe ni se espera el más mínimo decoro de imparcialidad informativa.

...El juego espontáneo...
...Sin clases magistrales...
...Cae en picado la conflictividad...
...El aprendizaje tiene sentido...
...Superar la burocracia normativa...
...Desaprender...
...Aquel profesorado un poco holgazán...
...Desarrollar inteligencias múltiples...
...Yo no sé en otros centros, pero aquí no lanzamos la toalla...
...Libertad total para unos talleres adaptados a la edad...
...Sin pizarras, ni libros de texto, deberes, castigos o premios, sin la dirección de la maestra...
...Escuelas con modelos avanzados que ayudarán a escuelas públicas y concertadas a transformarse...

Y por si fuera poco, se adueñan de actividades de fuerte impacto social cuando no son exclusivas de estas escuelas:

Trabajo de integración con jóvenes inmigrantes y minorías étnicas:

Madres solidarias haciendo bocadillos para los niños del colegio con problemas de falta de alimentación:

¿Acaso el trabajo de integración y solidaridad social es monopolio de las escuelas de “Nova Aula 21”? ¿Dejarían de serlo si el proyecto acabara? ¿Los demás no somos solidarios o integradores? Si el modelo es tan bueno ¿Es necesario vender como propio lo que es de todos?  Es mezquino.

La gestión privada como motor de la innovación educativa.

Todo este reportaje apesta a privatización neoliberal del sistema educativo.

Mientras en los centros públicos se hace imposible mantener un equipo estable en los centros privados la propiedad puede imponer a los maestros que se han de renovar y cómo hacerlo

¡Ah! La propiedad privada como mecanismo para la imposición (¡que no impulso!) de la renovación de los maestros. El futuro de la educación de Cataluña en manos de la escuela concertada-privada y en particular de un individuo venido del mundo de las altas finanzas y del business-friendly (más friend que business):


Este señor reivindica la introducción de las “Charter School” americanas en Catalunya: Escuelas que reciben dinero público pero que se gestionan de forma privada. Es muy libre de pretenderlo. En América hace veinte años que el sistema público de enseñanza se abrió a este tipo de iniciativas privadas, pero es que allí parten de un sistema público férreo (exceptuando una ínfima minoría de escuelas para ricos totalmente privadas). Pero aquí el sistema educativo lleva más de treinta años semiprivatizado:  Escuelas públicas (60%) y escuelas privadas-concertadas (40%). Aquí ya tenemos “un sistema donde hay escuelas autónomas con proyecto educativo propio, con estabilidad de plantilla, con capacidad de seleccionar el profesorado en base a este proyecto educativo...” etc. etc.

Pero es que, además, el sistema educativo catalán, con su modelo mixto (60% pública vs. 40% privada/concertada) finalizaba en una prueba objetiva y general, la Selectividad, en la que los estudiantes de la escuela pública siempre han sacado mejores notas que los de la privada-concertada. Incluso jugando la escuela pública en inferioridad de condiciones al no poder filtrar los alumnos ni exigirles pagos “bajo mano”.

La escuela pública siempre estuvo por delante de la privada en resultados académicos, en solidaridad y en integración social. Este ha sido siempre el gran orgullo de los profesores de la pública.

Y para destruir el orgullo de la pública (objetivo último de todo este chiringuito) es necesario destruir la única prueba objetiva de conocimientos reales que existe aún en el sistema educativo: La Selectividad. A lo largo de este “reportaje” son constantes las muestras de incomodidad con dicha prueba, a l que se llama “...la prueba anacrónica de la Administración...”. Se acusa a la Selectividad de no valorar convenientemente las potencialidades de los alumnos de "la nueva educación":

...Las temidas pruebas de acceso a la universidad, de futuro incierto, abren o cierran la puerta a la carrera deseada. Unas pruebas muy orientadas a los contenidos y poco a las capacidades creativas, de trabajo autónomo y colaborativo de alumnos como los del colegio Montserrat...

Aquí el lazo retórico es ya soga de horca: Puesto que será del todo imposible valorar las capacidades creativas, de trabajo autónomo y colaborativo, si no existiera la selectividad la única acreditación posible sería matricularse y cursar estudios en el colegio Montserrat, y pagar religiosamente sus cuotas, por cierto, nada asequibles para ser una concertada:

http://www.xarxatic.com/los-centros-concertados-no-hacen-negocio-el-caso-del-colegio-montserrat/

Todo el proyecto “Escola Nova 21” no es más que un "caballo de troya" de la escuela privada para destruir el sistema público educativo desde dentro.

El aprendizaje mágico.

El pensamiento mágico de la "nueva pedagogía" inunda todo este proyecto con su halo de autocomplacencia equiparable a la más destructiva secta. Yo, como profesor de matemáticas, aunque hace años que ya abominé de la pseudociencia de la “didáctica” aún me asombra. Veamos el fenómeno con más detenimiento, abramos nuestro espíritu a la maravilla:

Secuencia 1: Niños jugando. Habla una maestra:  “Que este juego espontáneo, cuando [el niño] va creciendo le lleva a un momento a saber que hay un algoritmo que se llama división y esto, es decir, esta presencia de este algoritmo que se llama división es una actividad que evidentemente el maestro tiene que hacer”.


¡Ah! El algoritmo de la división le llegará al niño como presencia místico-metafísica, no sabemos si será en forma de arbusto flameante o blanca paloma, entre juegos y entretenimientos. El mismo principio cognitivo que le lleva a mi sobrina de dos años a querer subir ella sola al tobogán, a ver que ciertos cubos de colores caben o no unos dentro de otros (¡Oh maravilla! ¡Siempre los pequeños en los más grandes!) ese aprendizaje innato maravilloso de los más pequeños, se pretende convertir en principio universal del aprendizaje. Los conocimientos van cayendo por sí mismos. Y los que no llegan, se googlean. Y cuando al niño se le presente el algoritmo de la división, allí estará el profesor esperando, para mostrárselo en todo su esplendor entre lágrimas y abrazos.

Secuencia 2: Vemos un grupo de adolescentes preparando la selectividad de matemáticas resolviendo problemas de cálculo diferencial, llenando las paredes-pizarra de fórmulas matemáticas, con bastante destreza, por cierto.


Pero aquí nadie explica nada: Nadie nos informa si el método pedagógico lúdico-mágico alcanza también a la comprensión de los secretos del cálculo diferencial y la geometría analítica preuniversitaria, si estos jóvenes alcanzaron estas destrezas con arcillas y plastelinas.

En  la “nueva pedagogía” todo consiste en provocar el mareo con un juego de trileros en el que la bolita del aprendizaje se esconde saltando sin parar del cubilete de la educación infantil, al cubilete de la primaria, la secundaria y el bachillerato.



domingo, 18 de septiembre de 2016

El precio de la ignorancia

No nos aclaró Ray Bradbury el porqué, en su novela Fahrenheit 451, se asignó precisamente a los bomberos la tarea de quemar los libros.


Siempre pensé que el autor buscaba el impacto visual de aquellos bomberos armados con lanzallamas invadiendo las casas. Pero tal vez la razón sea mucho más sencilla: Los bomberos, en su anterior misión de apagar fuegos, eran los que mejor conocían los líquidos más inflamables, las técnicas óptimas para reducir todo a cenizas.

Si en el siglo XX se asignó al profesorado la misión de extender y universalizar el conocimiento, el siglo XXI nos asigna precisamente a nosotros, los profesores, la gestión de la ignorancia. Debemos extender la ignorancia, universalizar una cándida y dulce ignorancia infantil a toda la sociedad.

Los gurús educativos nos exhortan infatigables a alcanzar nuevos y sorprendentes niveles de ignorancia. El psicólogo educador Jaime Funes, en una entrevista al diario de Navarra del 15/9/2016 no puede ser más claro:


No se le puede negar el arrojo de estos gurús: "Lo que el niño necesita saber es que su abuelo nació después de Colón". El “abuelo” como nueva medida patrón de la reducción de conocimiento: Está todo lo que pasó antes de mi abuelo, mi abuelo, y todo lo que pasó después. ¡Oh sí! ¡La de cosas que podemos dejar de aprender con esta nueva unidad de medida! España podrá alcanzar los mayores niveles de ignorancia imaginables en poquísimo tiempo. El abuelo es la mejor tarjeta de presentación de este neo-analfabetismo.

Aunque tengo que reconocer que su última frase (“Pero el alumno debe saber es qué era la tiranía”) me chirría, y no sólo gramaticalmente. Es cruel, incluso sádico, enseñar a alguien qué es la tiranía mientras le condenas a la ignorancia.

Porque, no lo olvidemos, la ignorancia genera riqueza. La ignorancia como principal dinamizadora del Producto Interior Bruto (PIB) español. El caso de CASIO y sus calculadoras científicas es paradigmático.


CASIO ha decidido dejar de producir las clásicas calculadoras científicas “fx-82” por una nueva gama de calculadoras escolares “CLASWIZ” a un precio muy superior.

Por ejemplo, la calculadora clásica “fx-82” pasa de costar 9€ a 19.90€. No existe la más mínima justificación técnica para este aumento de precio. Es un flagrante caso de aumento de precio por nicho de mercado esclavo.

Las calculadoras científicas, esas maquinitas negras en forma de tableta de chocolate y  pantalla LCD, inseparables de todo estudiante de matemáticas de los últimos treinta años, son un producto totalmente obsoleto. Nuestros jóvenes, todos nuestros jóvenes, llevan en el bolsillo unas computadoras que sólo por tradición se llaman  “teléfonos móviles” con una potencia de cálculo, una memoria y una potencia gráfica infinitamente superiores a las calculadoras científicas. En el colmo de la desvergüenza, la propia CASIO ofrece instalar un emulador de sus calculadoras (http://www.edu-casio.es/null/118).

Las calculadoras hace tiempo que dejaron de ser el referente de las matemáticas universitarias porque los programas matemáticos de gestión simbólica y numérica se han universalizado y están al alcance de todo el mundo por Internet (Worlfram Alpha, Sage...). Hace años que las calculadoras científicas tienen su sitio en el trastero de chismes matemáticos obsoletos, junto a la regla de cálculo o las tablas de logaritmos.

Y sin embargo, CASIO no sólo las mantiene sino que además aumenta su precio. Porque son unos excelentes gestores de ignorancias. Porque nuestros alumnos, sobre todo en bachillerato, las utilizan como “bastón de ciego” al tropezar con el cálculo mental más básico con cualquier operación con signo, con fracciones o con radicales.

Los nuevos modelos de calculadora, que resuelven automáticamente sistemas de ecuaciones lineales simples, integrales definidas o ecuaciones polinomiales de tercer o cuarto grado no tienen por objetivo el modernizar las matemáticas, sino el de aprovechar y explotan las ignorancias básicas de nuestros alumnos. Es explotar comercialmente las inseguridades de nuestros alumnos que nosotros deberíamos eliminar, no perpetuar.

Que los jóvenes españoles en segundo de bachillerato no se atrevan a calcular 5-3*(-2) sin tirar de calculadora proporciona muchos millones de euros a CASIO. Mantener a nuestro alumnado en determinadas e interesadas incompetencias de cálculo básico es una cuestión de supervivencia para CASIO, y requiere la participación activa del profesorado.

La vergonzosa etiqueta “RECOMENDADA POR EL PROFESORADO. Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas” es el sello de calidad que garantiza que el profesorado de matemáticas participa activamente en la promoción y  mantenimiento de las ignorancias básicas del alumnado. Es ponerle letra al himno nacional de la Republica Bananera Española.

En cualquier país civilizado, detrás de esta etiqueta encontraríamos un caso de corrupción. Sobres con billetes de 500€, orgías de sexo y drogas pagadas a los directivos de la FPSPM ¡qué se yo! algo que justificara esta “recomendación”. Sin embargo, nada de esto ocurre. Esta recomendación no es más que pura desidia, pura barbarie. Jamás las autoridades educativas se molestaron en clarificar curricularmente qué competencias numéricas debían o no saber los alumnos. Algo tan simple como especificar qué y qué no se debe saber calcular mentalmente es una tarea que jamás se llevó a cabo. Y como resultado tenemos una juventud española encadenada a una máquina anticuada, y vergonzosamente cara.

domingo, 11 de septiembre de 2016

Matemáticas y patriotismo (En memoria de José Echegaray)

Comparemos hoy dos comparaciones, mezclemos pues cuatro conceptos: Matemáticas y música, terrorismo y patriotismo.

En primer lugar, tomemos la cita del gurú de la pedagogía catalana Anton Aubanell en un especial de educación matemática del diario Ara del 10/7/2016:

“[..]‘Les matemàtiques sovint es confonen amb les fórmules’, diu Aubanell, que considera que en un simple joc a vegades hi ha més matemàtica que en una pissarra plena d'integrals. ‘Jo ho comparo amb la música, pots gaudir-ne molt i no saber llegir una partitura’[...]”

 (“[..] ‘Las matemáticas a menudo se confunden con las fórmulas’ dice Aubanell, que considera que en un simple juego a veces hay más matemáticas que en una pizarra llena de integrales. ‘Jo lo comparo con la música, puedes disfrutar mucho y no saber leer una partituta’)[...]”

Nuestra ignorancia en matemáticas puede ser tan grande como nuestra ignorancia en música, y disfrutar tanto o más. La futura República Catalana independiente nacerá con la cartilla neoliberal bien aprendida, perfectamente integrada en el mundo globalizado de la OCDE y su política educativa de “competencias básicas”. En una Cataluña independiente plenamente identificada en su papel de potencia turística y geriátrica mundial no habrá sitio para “pizarras llenas de integrales”, ni las “fórmulas”. Dentro del libre mercado neoliberal internacional, deberemos orientar y orientaremos nuestra educación a los “simples juegos” y al “disfrutar”. Que los (nuevos) amos especuladores mundiales encuentren en Catalunya la mejor relación calidad-precio en camareros y servicio de habitaciones.

En segundo lugar tomemos otra cita, de ayer mismo, del ministro de Asuntos Exteriores español, Jose Manuel García-Margallo, en el diario “El Español”:

“[...]ha advertido hoy de que el ‘desafío soberanista’ de Cataluña es el ‘más importante’ que enfrenta España, ya que ‘de una crisis se sale, un ataque terrorista se supera, pero la disolución de España es absolutamente irreversible’[...]”

Nos plantea el Sr. Ministro una terrible comparativa a los españoles, entre el dolor físico de la agresión terrorista y el dolor metafísico de la ruptura de España. Y tiene él clara la jerarquía de dolores, yo en absoluto. A mí me falta información, no especifica el Sr. Ministro cuando se refiere a la “superación del ataque terrorista” si se refiere a sí mismo como ministro dando el pésame a los familiares de los fallecidos (han matado a un hijo suyo pero lo superará, España permanece unida), o en la hipotética tesitura de enfrentarse a la muerte de un familiar cercano suyo (han matado a un hijo mío, pero lo superaré, España permanece unida), o incluso como español genérico viendo la noticia por televisión o los diarios. ¿Y si el trozo fuera pequeño, como la isla de Peregil? ¿O un trocito especialmente feo, como el centro urbano de Ciudad Real? Demasiadas incógnitas para un tema tan serio.

Entre una Catalunya que mira a un futuro glorioso de la ignorancia (y muy insistentemente una ignorancia matemática) y una España obligada a  recuperar y actualizar el discurso patriótico-dramático del 98 ante la irremediable próxima independencia de Cataluña, yo propongo recuperar la figura de José Echegaray (1932-1916).


Su pasión por las matemáticas le proporcionó una sólida carrera profesional como ingeniero de puentes y caminos y una encomiable faceta de divulgador de la ciencia. Su compromiso público le impulsó a estudiar ciencia económica llegando a ser ministro de Hacienda, y por si fuera poco, su amor por el teatro le proporcionó una reputada fama como dramaturgo y el premio Nobel de Literatura en 1904.

“[...]Las matemáticas fueron y son una de las grandes preocupaciones de mi vida; y si yo hubiera sido rico, o lo fuera hoy, si no tuviera que ganar el pan de cada día con el trabajo diario, probablemente me hubiera marchado a una casa de campo muy alegra y muy confortable, y me hubiera dedicado exclusivamente al cultivo de las Ciencias Matemáticas. Ni más dramas, ni más argumentos terribles, ni más adulterios, ni más suicidios, ni más duelos, ni más pasiones desencadenadas, ni, sobre todo, más críticos; otras incógnitas y otras ecuaciones me hubieran preocupado.
Pero el cultivo de las Altas Matemáticas no da lo bastante para vivir. El drama más desdichado, el crimen teatral más modesto, proporciona mucho más dinero que el más alto problema de cálculo integral; y la obligación es antes que la devoción, y la realidad se impone, y hay que dejar las Matemáticas para ir rellenando con ellas los huecos de descanso que el trabajo productivo deja de tiempo en tiempo[...]” ("Recuerdos", 1917)



Para Echegaray los tres grandes males de España son la ignorancia, la indisciplina y el patriotismo melodramático de zarzuela. Y no dejó jamás de denunciarlos, con el ejemplo de su impresionante vida personal, profesional y política, y en sus discursos.

En su famoso discurso de incorporación a la Real Academia de ciencias exactas, físicas y naturales, en 1866. Un discurso durísimo, muy polémico en su momento, en un exhaustivo y pomposo repaso a los grandes matemáticos universales para denunciar "por ausencia", machaconamente, el desprecio español por la matemática pura.

“[...]Amarga, tristísima verdad, bien lo conozco y lo siento; pero gran verdad también, y fuerza es repetirla para que perdamos ilusiones halagüeñas, que sólo pueden servir para hacer el mayor daño. Angustiosas reflexiones se agolpan a mi mente al recordar este nuestro lastimoso atraso, y atraso crónico, en uno de los ramos del saber que más glorias han dado a la época moderna, y que tano contribuye a vigorizar las más nobles facultades del alma; al ver como pasa uno y otro siglo, el XVI, el XVII, el XVIII, y ni un solo geómetra español aparece, no ya en primera línea, que fuera mucho pedir para tan gran postración, pero ni aún en segunda siquiera; como si viciada esta raza durante siglos enteros, necesitáramos siglos también para arrojar el virus que en nuestra sangre inoculara una generación ciega y fanática[...]

[...]Yo he tenido que referir la historia de las matemáticas allá, para probar que no la hay aquí; y para probarlo, señores, con la elocuente voz de los hechos, demostración ruda pero firmísima, contra la cual se estrellan impotentes, sofismas, alharacas y declaraciones, he necesitado buscar la filiación de cada verdad, el origen de cada teoría, el nacimiento de cada idea, el autor de cada descubrimiento, y después los hombres que desarrollan y perfeccionan aquellos descubrimientos y teorías, formando de esta suerte la ciencia moderna en toda su magnífica riqueza; y he necesitado de todo esto para poder decir sin remordimiento y sin temor: la moderna ciencia matemática nada nos debe: no es nuestra; no hay en ella nombre alguno que labios castellanos puedan pronunciar sin esfuerzo[...]”



En su discurso "de la fuerza de las naciones" de 1898, sobre las verdaderas causas de la derrota española en Cuba y Filipinas:

“[...]Una nación que cultive la ciencia, y al cultivarla la posea desde sus más elevadas regiones hasta sus regiones más modestas, desde la ciencia pura hasta las aplicaciones industriales, desde el ideal abstracto hasta la práctica positiva; una nación que trabaje y que acumule trabajo, y que se enriquezca y que acumule riquezas en forma de capital, que es la más  poderosa palanca de la civilización, será una nación fuerte y poderosa y duradera en la Historia si además posee otra tercera cualidad, de que os hablaré luego [el sacrificio espontáneo de cada individuo de su propio derecho en aras del deber común].
En cambio, una nación ignorante y una nación perezosa lleva sobre sí su sentencia de muerte. Por más que varíe de organización, o que las agote todas, ni encenderá la idea en los cerebros, ni dará vigor a los músculos. Cambiará de postura en el lecho, pero será lecho de muerte. Aquí voy a formular una pregunta relacionada con nuestras tremendas catástrofes; que por más que me esfuerce en discutir fría y desapasionadamente sobre cuestiones generales y abstractas, la triste realidad y el amor á la Patria se me imponen y me obligan á mirar de continuo el mismo pavoroso problema. Y la pregunta es ésta: ¿Quién creéis que nos ha vencido en la pasada insurrección y en la pasada guerra?
No nos han vencido los hombres. Y no es esto inútil alarde de patriotismo o insustancial fanfarronada; pero en justicia puedo decir, porque es justicia que todo el mundo nos hace, que en tierra y en mar, entre las olas y en las trincheras, han sabido morir nuestros hombres; soldado ante soldado, hasta nuestros mayores enemigos respetan á los nuestros.
Quien nos ha vencido— y esto sí que me parece axiomático han sido la Ciencia y la riqueza. Máquinas de guerra perfectas y poderosas; caparazones de hierro que no podíamos romper; grandes maquinistas y grandes ingenieros; una experiencia en el tiro que es, en cierto modo, ciencia y trabajo acumulados, y — si me permitís la palabra— capital balístico; y, por otra parte, artillería de tierra como no teníamos nosotros, y en el sitio del combate, triple o cuádruple masa de enemigos.[...]

[...]Los hechos son como son: son tristes, son brutales, pero son indiscutibles : la ciencia, una ciencia superior á la nuestra— no hay que negarlo;— la industria, ramificación de la Ciencia pura, una de las primeras industrias del mundo; la riqueza, una riqueza abrumadora, un capital inmenso: tales son los elementos contra los cuales hemos luchado y por los cuales hemos sido vencidos.[...]

[...]Yo, el individualista incorregible, acuso a todos mis conciudadanos pasados y presentes, y no acuso a los futuros porque son futuros todavía, de una incurable indisciplina social, de un individualismo exagerado que esteriliza los más nobles esfuerzos y las más altas facultades.[...]”



El próximo miércoles 14 de septiembre se cumplirá el centenario del fallecimiento de José Echegaray. Una buena oportunidad para su lectura.

[...]¡Es singular cómo lo pasado, por molesto, por desagradable, por triste que haya sido, se transforma a través del tiempo en algo simpático y poético! No hay prosa que después de cincuenta años no se convierta en poesía. No hay cacharro viejo que en el transcurso de los siglos no se convierta en creación artística. Tómese al ser más estúpido de los que hoy nos rodeaan y, si pudiera conservársele con vida hasta dentro de quinientos años, sería el hombre más interesante de la nueva raza.[...]

domingo, 4 de septiembre de 2016

¡Más ironía, por favor!

Si dicen que la ironía es la defensa del hombre civilizado ante la pérdida, en Cataluña vamos a necesitar toneladas para que la contemplación de la destrucción del sistema educativo no nos produzca un coágulo cerebral mortal de necesidad.

Y ya que copiamos a América en nuestra decadencia, podríamos copiar a América en su ironía, por ejemplo la mordacidad del presentador de televisión John Oliver en su programa Last Week Tonight, lo que aquí sería un Gran Wyoming o un Andreu Buenafuente.


La destrucción educativa es integral: Afecta al qué, cómo y dónde estudiamos.

QUÉ ESTUDIAMOS. La progresiva substitución de los currículums tradicionales basados en contenidos por las actuales abominables “competencias básicas” y el “aprender a aprender”, no son más que falacias para ocultar lo evidente: Aprendemos cada vez menos y cada vez peor.



"[…]In chemistry, ‘you probably won’t even learn how to cook meth and that’s really all anyone is in it for’[…]"
(En clase de química nunca te enseñarán a producir anfetaminas, y es lo que tiene salida)

CÓMO ESTUDIAMOS. La progresiva imposición de métodos externos (Reválidas, pruebas de evaluación externa...), nos muestra claramente hasta que punto se ha perdido la confianza en el sistema educativo. Como cuando el tendero, ante la evidencia de las pérdidas, instala por toda la tienda cámaras de vigilancia para detectar a los empleados que roban mercancías. En América llevan años con los “Standardized Testing”, sin que hayan producido ninguna mejora significativa.


DÓNDE ESTUDIAMOS. De esto no teníamos todavía en Cataluña, pero están empezando a llegar. En Estados Unidos llevan más de 20 años impulsando las “Charter School”: escuelas de dirección y gestión privada pero con dinero público (como el modelo de sanidad de Convergència). La idea es poder ofrecer a cualquiera que tenga un proyecto educativo innovador (el “charter”), el dinero público suficiente para llevarlo a cabo, contratar al personal que considere adecuado y sin ningún tipo de control estatal. Actualmente en Estados Unidos existen unas 6000 escuelas de este tipo, educando a más de 3 millones de estudiantes.


En Cataluña podemos tendríamos en el proyecto “Nova Aula XXI” de chiringuitismo educativo lo que en un futuro no muy lejano podrá llegar a ser la red catalana de Charter Schools, (más allá naturalmente de la ya consolidada red de escuelas concertadas).

Estos proyectos han permitido llevar a cabo iniciativas educativas muy loables en contextos sociales muy desfavorecidos por grupos activistas muy concienciados socialmente y sin ánimo de lucro. Pero también han permitido entrar en el sistema educativo a sinvergüenzas que sólo piensan en el beneficio comercial, y se ha alimentado la corrupción de los políticos locales que tienen la potestad de aceptar o no los proyectos. Además se ha demostrado que muchos de estos proyectos presuntamente innovadores son puro humo.

Para los políticos el sistema de Charter Schools es muy goloso, pues por un lado les permite quedar ante la opinión pública como promotores de la innovación educativa (proclamando los muchos millones de dólares que dedican a este tipo de escuelas), pero sin tener que posicionarse por una u otra línea educativa, es decir sin asumir responsabilidades. Esto se deja para las leyes del libre mercado: Las escuelas que funcionen sobrevivirán, y las escuelas que no funcionen acabarán cerrando.

Pero es un tema interesante si la sacrosanta ley americana del mercado se puede aplicar al mundo educativo. Como dice el propio John Oliver en su video: “[…]The problem with letting the free market decide when it comes to kids is that kids change faster than the market. And by the time it’s obvious the school is failing, futures may have been ruined.[…]”

(El problema de dejar que el libre mercado decida cuando se trata de jóvenes es que los jóvenes cambian más rápido que el mercado, y cuando se ha hecho evidente que la escuela ha fracasado, se puede haber arruinado el futuro de éstos)

Curiosamente la difusión de este vídeo por televisión ha enfurecido al lobby de las Charter School, pues consideran que da una imagen distorsionada de estas escuelas. Para lavar su imagen, han convocado un concurso de vídeos escolares para alumnos y profesores que muestren que las Charter School son proyectos educativos, que el dinero no lo es todo, que no van por la pasta. Y para motivarles se ofrece un premio de 100000$ al mejor vídeo de todos.



Más ironía imposible. Tenemos tanto que aprender de los americanos y de su decadencia...